El liceo Particular Subvencionado de Ercilla fue un ejemplo de proyecto educacional rural que se ha convertido en Prefectura de Fuerzas Especiales de Carabineros de Chile. El ex establecimiento educacional pasó formalmente a manos de la institución en comodato, mientras en estos momentos se agilizan los trámites para su compra.
En marzo de 1996, gracias a la filantropía de Enrique de Luxemburgo –entonces Príncipe heredero del Gran Ducado–, se otorgaron $ 1.350 millones de pesos al Instituto de Educación Rural, a través de la intervención del diputado DC de la zona, Edmundo Villouta. La fundación, vinculada a la Acción Católica Rural, construyó en Pailahueque, en 45 hectáreas, un centro con altos estándares de calidad, equipado con maquinaria de trabajo, internado, casino de alimentación, calefacción central, sala de lavado, grandes espacios de esparcimiento y para desarrollo del proyecto educacional. Este proyecto educacional pensado en la comuna rural de Ercilla, pero que carecía de financiamiento, finalmente se hizo realidad.
Ercilla es la comuna más pobre del país, la principal actividad de subsistencia de la zona es la agricultura y la ganadería. El promedio de escolaridad es de 7.1 años. En lo referente a la educación, en la comuna el 100% de la matrícula escolar del año 2012 recibe financiamiento público (55,8% corresponde a establecimientos municipalizados y 44,2% a particulares subvencionados). Los resultados promedio obtenidos por los alumnos que estudian en la comuna, en las pruebas Simce 2012, son en general significativamente menores que los observados en la región y el país, salvo en la prueba de inglés de 3° medio, en que el resultado promedio de la comuna no difiere estadísticamente del promedio regional, pero es menor al nacional.
El año 2001 el liceo rural de Ercilla abrió sus puertas a la primera generación de Enseñanza Media, ofreciendo formación de excelencia a técnicos agrícolas, mecánicos, forestales y en párvulos.
El año 2011, se estima que el 48,8% de la población comunal se encontraba en situación de pobreza, lo que corresponde a una tasa significativamente mayor, desde un punto de vista estadístico, a la registrada a nivel regional (22,9%) y nacional (14,4%).
[cita tipo=»destaque»]Cuesta creer que frente a una coyuntura de conflicto que se da en esa zona con los innumerables emplazamientos entre autoridades, oposición y comunidad mapuche, hasta ahora las autoridades políticas de la zona, tanto el diputado Mario Venegas (DC) como los senadores Jaime Quintana (PPD), Eugenio Tuma (PPD), no hayan hecho ninguna declaración visible en la prensa escrita respecto de la insólita transformación del Liceo Técnico de Ercilla en la nueva Prefectura de Fuerzas Especiales de Carabineros.[/cita]
Conocido también como Liceo Técnico de Pailahueque, más del 90% de su presupuesto provenía de subvenciones del Mineduc y aportes del Ministerio de Agricultura. Tras diez años la crisis financiera en que se encontraba el Instituto de Educación Rural (en esa época el tercer sostenedor más grande del país, con más de diez mil alumnos de zonas rurales y vulnerables) llevó, a fines del año 2013, a un proceso legal de reorganización judicial, el cual elaboró una lista de activos prescindibles, y cerró cinco colegios, entre ellos el de Pailahueque, el único colegio técnico de la zona.
Cuesta creer que frente a una coyuntura de conflicto que se da en esa zona con los innumerables emplazamientos entre autoridades, oposición y comunidad mapuche, hasta ahora las autoridades políticas de la zona, tanto el diputado Mario Venegas (DC) como los senadores Jaime Quintana (PPD), Eugenio Tuma (PPD), no hayan hecho ninguna declaración visible en la prensa escrita respecto de la insólita transformación del Liceo Técnico de Ercilla en la nueva Prefectura de Fuerzas Especiales de Carabineros.
A nivel de autoridades de Gobierno, ya sean el ministro del Interior y la ministra de Educación, incomprensiblemente, nadie ha hecho referencia al tema.
Los parlamentarios de oposición, como el diputados Jorge Rathgeb (RN) y los senadores José García Ruminot (RN) y Alberto Espina Otero (RN), no han manifestado ningún comentario al respecto.
Por su parte, los nuevos inquilinos encabezados por Bruno Villalobos, General Director de Carabineros, plantean que esta nueva jefatura, bautizada como “Zona Policial de Control de Orden Público”, es necesaria para encargarse de perseguir los ataques incendiarios y el robo de madera.
El INDH, por su lado, en sus Informes Anuales, ha manifestado su preocupación por la vulneración de derechos de niños, niñas y adolescentes, en el contexto del conflicto generado en la zona de La Araucanía, en el marco de las reivindicaciones de tierras del pueblo mapuche.
La instalación de este megacuartel para efectivos de fuerzas especiales en la comuna de Ercilla, produce un cambio significativo en la educación y desarrollo social en el sector de Pailahueque, puesto que se privilegia la presencia de Carabineros en desmedro de la educación de los niños y jóvenes de la comuna. Aquí la autoridad y el Estado, en plena faena de Reforma Educacional, han privilegiado crear una poderosa base policial capaz de alojar a 300 efectivos de fuerzas especiales de Carabineros, en vez de rescatar un proyecto educacional imprescindible en la zona de conflicto mapuche.
Con la implementación de esta base policial de Carabineros, es probable que exista un recrudecimiento de la violencia al interior de la comuna de Ercilla, debido a un privilegio de control por parte de Carabineros sobre los comuneros mapuches, esto es, potenciado por la misión del cuartel, el que aspira a ser el “eje de la Zona Policial de Control de Orden Público”.
La Prefectura de Fuerzas Especiales evidencia, además, una falta de plan de desarrollo en la comuna de Ercilla, dejando en claro incapacidad, desinteligencia e ignorancia por parte de funcionarios del Estado en temas del conflicto mapuche, en tanto que, al ser Ercilla una de las comunas más pobres del país, resulta necesario tener una institución educacional que potencie el desarrollo social de sus habitantes.
Lamentablemente, la autoridad ha privilegiado el control y represión en la zona del conflicto mapuche, por sobre el diálogo y promoción del desarrollo de sus habitantes.
En el particular contexto actual, en el cual día a día los medios de comunicación nos informan sobre ataques, allanamientos y actos incendiarios, ya no solo de vehículos o maquinaria forestal, sino de iglesias y escuelas, esta medida se presenta como una macabra e irónica provocación.
La situación da cuenta de la incapacidad del Ejecutivo (y del Estado en general) de controlar el conflicto en La Araucanía, y denota un claro privilegio del control sobre el establecimiento de un plan de desarrollo que permita mejorar las condiciones de la gente de la comuna y reforzar la presencia del Estado.
Lamentablemente en donde debiera primar la disposición al diálogo y encuentro con los habitantes de la zona, el Gobierno ahonda la brecha y justifica las desconfianzas ya maduradas.
La ausencia de posiciones de parlamentarios y autoridades, tanto del oficialismo como de la oposición, da cuenta de que no existe en el espectro político voluntad o disposición para enfrentar la problemática en su conjunto.
Finalmente, la invisibilización de este hecho reafirma, al mismo tiempo, la manera como se construye la agenda informativa en nuestro país: con una mirada sesgada y centralista, unidireccional, parcial y racista.