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Orpis: el nuevo mártir de la UDI Opinión

Orpis: el nuevo mártir de la UDI

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Germán Silva Cuadra
Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor
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Así y todo, la UDI ha quedado completamente ligada a la imagen de Orpis. Visita de la directiva a la cárcel, declaraciones de apoyo de todos sus dirigentes. Una reacción algo histérica y muy poco estratégica, considerando la percepción que el ciudadano común y corriente debe tener de una colectividad que levanta un discurso crítico contra los tribunales, jueces y las medidas cautelares aplicadas para una persona que ha violado la ley.


No sé qué le está pasando a Hernán Larraín. Hace solo unos meses, y antes de que le prolongaran el período como presidente de su partido, realizó un mea culpa acerca de graves conductas de varios de sus militantes en irregularidades de la política. Novoa, Longueira, Moreira, entre otros. Incluso llegó a expresar un sentido “nunca más”. Parecía un punto de inflexión de una de las colectividades más dañadas por estos bochornosos episodios. Reconozco que llegué a pensar que la UDI transformaría esta crisis profunda en una oportunidad. Pero solo fue un espejismo.

Pese a que el desaforado senador Jaime Orpis es el primer político en estar preso por graves faltas –formalizado por cohecho, delitos tributarios y fraude al fisco–, la directiva de la UDI perdió toda compostura y prudencia para salir a defender a su histórico militante, pese a que este renunció previamente para, precisamente, no comprometer al partido.

Así y todo, la UDI ha quedado completamente ligada a la imagen de Orpis. Visita de la directiva a la cárcel, declaraciones de apoyo de todos sus dirigentes. Una reacción algo histérica y muy poco estratégica, considerando la percepción que el ciudadano común y corriente debe tener de una colectividad que levanta un discurso crítico contra los tribunales, jueces y las medidas cautelares aplicadas para una persona que ha violado la ley. Incluso, la directiva del partido calificó de “injusta”, “excesiva” y “desproporcionada” la reclusión en la cómoda cárcel de Capitán Yáber. Un privilegio que no tiene ningún delincuente, por lo demás.

¿Cómo lee la opinión pública que un partido político cuestione la institucionalidad? Muy mal. Ellos, en primer lugar, deberían ser los primeros en dar una señal clara de respeto a la actuación de los poderes del Estado.

También, uno esperaría, de una directiva de un partido, que tuviera la calma suficiente como para no dejarse llevar por las emociones personales –han calificado a Orpis como un amigo pasando “un mal momento”– y pensaran en lo que es conveniente para un partido cuestionado y en crisis. La UDI se ha “quemado las manos” con el senador desaforado, lo mismo les pasó con Longueira y Novoa previamente. ¿Cómo nadie fue capaz de poner paños fríos en un momento así?

Ese es el gran problema del conglomerado de derecha. El peso de los “coroneles” es tan fuerte que, mientras sigan en la conducción de la UDI, este partido no tiene muchas posibilidades de remontar. ¿Acaso Jaime Bellolio salió a hacer declaraciones en estos días? Era la hora de guardar silencio. En este país, nadie espera que se haga una campaña de solidaridad para quienes caen en la cárcel. Ese es el sentido común.

[cita tipo= «destaque»]La Unión Demócrata Independiente tiene muchas semejanzas con un grupo religioso. Se nota en la homogeneidad de sus declaraciones, en la posición que tienen en temas valóricos, en sus rituales, en su disciplina interna. En estos días, han levantado un discurso que deja a Jaime Orpis como un verdadero mártir. Un hombre bueno, noble, con profundo sentido social. Un político que jamás se enriqueció con los aportes que recibía como sueldo de una empresa –claro que los dirigentes de la UDI omiten que parte de esos ingresos iban directo a pagar la membresía de un club de yates–. El hombre de iglesia, el hombre generoso. Un mártir, igual que en su momento lo fue Jaime Guzmán.[/cita]

La Unión Demócrata Independiente tiene muchas semejanzas con un grupo religioso. Se nota en la homogeneidad de sus declaraciones, en la posición que tienen en temas valóricos, en sus rituales, en su disciplina interna. En estos días, han levantado un discurso que deja a Jaime Orpis como un verdadero mártir. Un hombre bueno, noble, con profundo sentido social. Un político que jamás se enriqueció con los aportes que recibía como sueldo de una empresa –claro que los dirigentes de la UDI omiten que parte de esos ingresos iban directo a pagar la membresía de un club de yates–. El hombre de iglesia, el hombre generoso. Un mártir, igual que en su momento lo fue Jaime Guzmán.

Y una reflexión final. Hernán Larraín parece haber perdido un poco la brújula. Entiendo que nadie pierde una elección, los resultados se explican. Pero, de ahí a declararse ganadores de unas primarias con una muy baja participación y cuestionadas por todos los sectores, la verdad es que demuestra que la UDI ha aprendido muy poco de todo lo que ha vivido en estos dos años. La humildad es una virtud que podrían haber cultivado en esta etapa.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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