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Crisis del PPD: ¿volante o maleta?

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Héctor Anabalón Zurita
Por : Héctor Anabalón Zurita Abogado, Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de Chile. Cursando Magíster en Gestión y Desarrollo Regional y Local, Facultad de Gobierno, U. de Chile. Presidente de la Fundación “comunidades y territorios”.
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Desde la caída del ex ministro del interior Rodrigo Peñailillo y todo su equipo, se ha comenzado a hablar de la crisis del PPD; han salido a la luz una serie de situaciones que dejan en evidencia una sistemática forma de llevar adelante la administración orgánica de la colectividad, pero estas situaciones no han sido más que las constataciones de un legado que se ha trazado en la última década en que se ha diseñado el Partido Por la Democracia.

En mi opinión, y objeto de esta columna, el fracaso de las estructuras orgánicas del Partido, no dice relación con la disputa entre accionistas mayoritarios y minoritarios, como planteó el Diputad Pepe Auth, pues creo que las sensibilidades internas de una colectividad no hacen daño, en tanto constituyan una disputa de ideas y conceptos, pero por el contrario, los diversos “lotes” del Partido se han enfrascado en una lucha fratricida por el poder, aunque todos con un factor común, ninguno ha querido disputar la concepción del sistema político imperante. Todos han caminado desde una tímida vereda de propuestas sujetas al neoliberalismo, perfeccionándolo más o menos hacia la equidad y justicia social, siempre se ha debatido desde una forma cómplice al imperante capitalismo y ahí se encuentran tanto los dueños del partido, como aquellos que tienen pocas inversiones en el mismo.

La declaración de principios actualizada el año 2012, por una comisión presidida por el actual presidente del Partido, en sus páginas 7,8 y 9 realiza una serie de caracterizaciones de las definiciones centrales del PPD, las cuales no logran sostener una postura ideológicamente crítica y se quedan en la base introductoria de una serie de fuentes de inspiración para el comportamiento de militantes, que bien pueden ser desenvueltos en otro contexto histórico, político y social, de hecho, los militantes se sienten cómodos con dicho decálogo, siendo actores importantes del modelo vigente.

Entonces, la crisis del PPD no se agota en tener como compañero a SQM, sino que la crisis responde a un colapso de contenidos ideológicos. Mi mirada es que el PPD debe elegir, Volante o maleta, conducir en la transformación clara hacia la construcción a un nuevo modelo desde una definición ideológica o morir con poca dignidad.

Ahora, la pregunta es: ¿desde dónde tomar el volante?

En mis 9 años de militante en el conglomerado he podido identificar dos grandes almas ideológicas viviendo en silencio. Por un lado se encuentran los socialdemócratas y por otro lado los progresistas, ambos atesorando silentes el momento de alzar una propuesta de modelo de construcción socialista desde alguna de estas dos vías. Ahí es donde creo, está el gran paso de evolución para el Partido Por la Democracia.

El PPD, es uno de los partidos integrantes de la internacional socialista, adhiriendo al decálogo ideológico del colectivo internacional de todos aquellos grupos de construcción política, que han tomado una vía al socialismo desde la arista de transformaciones en el capital y de forma democrática. A chile le hace falta un gran partido socialdemócrata, los diversos intentos de llevar adelante sus contenidos vieron el fracaso, primero con el golpe militar y en democracia por falta de gestión o falta de adhesión. La transformación del partido en el gran partido socialdemócrata de chile, plantearía una renovación que superaría por lejos lo estético, para dar paso a un debate eminentemente ideológico, respecto de los bemoles que quisiéramos acentuar en un proceso nacional, las disputas fundacionales serian una justa armonía entre el poder de convocatoria y capacidad de propuesta programática, re encantando a las bases sociales desde una vereda de pensamiento clara.

Por otro lado el PPD se ha llamado a sí el partido de la innovación y el progresismo, y aquí encontramos el otra alma de nuestras bases, aquellos que miramos con admiración los procesos de construcción política a un socialismo sin apellidos sustentado en la innovación del conocimiento. Me refiero al ejemplo que han llevado los partidos verdes europeos y los socialismos latinoamericanos. Ha Chile le hace falta un gran partido Verde. Desde el cual la disputa se centre en las propuestas de innovación en el modelo de socialismo sustentable, tecnológico y que aporte a la dignidad de la humanidad como ecosistema, Que maravilloso ser el primer conglomerado político en Chile cuyas elecciones internas estén abiertas a todos y todos quienes no militen en otros partidos, haciendo carne la propuesta de un partido medio para la ciudadanía, cuya votación sea electrónica y amplia, solo como un ejemplo del rico tesoro que se encuentra en esta parte del alma PPD. El debate fundacional sería una justa armonía entre el poder de convocatoria y capacidad de propuesta programática re encantando a las bases sociales desde una vereda de pensamiento clara.

Dos almas, llenas de propuestas por las cuales tomar postura o refundir en una gran nueva creación. Por qué seguir con mediocres debates estéticos, si tenemos tan maravillosos fondos de construcción intelectual para superar el actual momento del Partido.

Que se cambien caras, que se cambien logos, pero que también se cambie el modelo.

Con todo ello la transformación es muy compleja, pues no solo requiere de voluntades, sino que de algo mucho más profundo… el cordero de la expiación.

[cita tipo=»destaque»]Entonces, la crisis del PPD no se agota en tener como compañero a SQM, sino que la crisis responde a un colapso de contenidos ideológicos. Mi mirada es que el PPD debe elegir, Volante o maleta, conducir en la transformación clara hacia la construcción a un nuevo modelo desde una definición ideológica o morir con poca dignidad.[/cita]

Desde las culturas más antiguas, cuando las elites han pecado, los Dioses han exigido una ofrenda de reconciliación, la mujer más bella, el joven más fuerte, el cordero más sano o el primogénito más amado. Solo con una ofrenda de arrepentimiento los Dioses observadores accedían a la expiación de los mortales errores. En nuestra realidad, La construcción divina que exige sacrificio no es la figura simbólica de algún credo, sino que el material sentimiento de nuestro pueblo, de nuestra ciudadanía, de nuestra clase. Hoy se nos exige un cordero de paz y ahí es donde está el real ejercicio de honestidad del PPD.

¿Algún voluntario dispuesto a hacer el honor? ¿Alguna estructura dispuesta a hacer de chaman que clave el cuchillo en el cuello de aquellos corderos?

Son varios los que han actuado sistemáticamente en la consolidación del capitalismo individualizante, egoísta y criminalizador, allí se encuentra nuestro ganado a sacrificar.

Nuevamente nos preguntamos ¿Cuál será la estructura que empuñe la daga de la expiación para dar inicio a una nueva historia del Partido Por la Democracia?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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