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Presidenciales: el dilema de primarias ciudadanas o de partidos

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Raúl Zarzuri
Por : Raúl Zarzuri Sociólogo. Docente de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
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La última elección municipal hizo que se acelerara la definición de candidaturas presidenciales. Dentro de la Nueva Mayoría, la estrategia del ex Presidente Lagos ha dado resultados. Desplazó a Isabel Allende; ha invisibilizado a Insulza, quien de ‘panzer’ ya no tiene nada y más que seguro que se baja. Atria, intenta levantar una candidatura que dentro del PS no tiene ninguna fuerza. El PPD, su partido, ha cerrado filas. Comenzó negociaciones con el senador Girardi, su más grande detractor, quien ha comenzado a ver con buenos ojos a Lagos.

El Partido Radical ha jugado sus fichas por Guillier, pero es un partido pequeño, que no puede competir con la estructura que ha levantado Lagos. Guillier por otro lado, ha vuelto a retomar algo de su agenda, después de vivir el desastre de las últimas elecciones, que lo invisibilizaron. De hecho, ya no tiene la cobertura de medios que tenía antes de las elecciones.

El Partido Comunista, otro que perdió en las últimas elecciones, es una incógnita por ahora. Muchos militantes no están dispuestos a votar por Lagos. Miran lo que están haciendo los jóvenes por levantar una tercera fuerza, donde han ido a parar las deserciones de las Juventudes Comunistas y otras. Lo más cercano sería Guillier o Atria. Pero el PC, se ha vuelto un partido pragmático y no va a perder lo que ha conseguido al alero de la coalición gobernante.

Por último, la ‘orden de partido’ todavía funciona. La pataleta de la Democracia Cristiana, por los resultados obtenidos, no hace más que afianzar la tesis de ir con candidato propio en una primera vuelta, cuestión que va a tensionar a la coalición gobernante si sigue manteniendo la idea de primarias de partidos para dirimir al candidato presidencial.

En la derecha hay mayor claridad. Piñera corre con ventaja, aunque Ossandón ya juntó las 35 mil firmas necesarias y es seguro que va a primera vuelta.

[cita tipo= «destaque»]Aferrarse a lo ya conocido, primarias de partidos, siguiendo el proceso de enclaustramiento que tiene la actual política y que nos conduce a altos niveles de abstención, o abrirse a la diversidad de opciones en una primera vuelta, con una primaria ciudadana, permitiendo que la ciudadanía dirima, revirtiendo, quizás, la lánguida participación que nos acompaña.[/cita]

Visto lo sucedido en las elecciones y la forma en que quieren resolver los partidos la candidatura presidencial a través de primarias, ¿es posible resolver esa candidatura, por lo menos de la Nueva Mayoría, solo entre los partidos de la coalición, más algunos ciudadanos que se sumen? Al parecer no. La última encuesta Mori muestra algo que ya se intuía. A mayor competencia en las presidenciales, mayor participación, disminuyendo en algo la abstención. Esto quiere decir que la gente quiere que haya mayor competencia.

Sin embargo, desde la coalición gobernante se esgrime que no es conveniente que vayan varios candidatos, ya que se podría perder en primera vuelta. Este argumento no es válido. Desde 1999 hemos tenido que dirimir la elección de Presidente en segunda vuelta. La derecha nunca ha alcanzado más del 47,5% en primera vuelta (1999), así que eso no debería ser un problema para aceptar que sea una primera vuelta amplia. Lo segundo, desde 1999, siempre se han presentado más de dos candidatos en primera vuelta: 1999, seis candidatos; 2005, 4 candidatos; 2009, 4 candidatos; y 2013, 9 candidatos.

Lo más atractivo y participativo en estos momentos, es ir a lo que llamaríamos Primarias Ciudadanas en primera vuelta, donde compitan todos aquellos de la coalición gobernante que quieran presentarse, dejando a un lado la artificiosa unidad de una sola candidatura presidencial. Así, las tensiones al interior de la Nueva Mayoría por las candidaturas presidenciales podrían verse atenuadas, al tener varios candidatos compitiendo. Esto generaría un escenario competitivo y mostraría que hay un verdadero interés de salirse de la democracia dicotómica que tenemos. La ciudadanía tendría una diversidad de opciones que podría encantar a una parte de los votantes y aproximarse o aumentar el porcentaje de votos obtenidos el 2013 (49% en primera vuelta).

En ese escenario, candidaturas como las de Guillier y de Atria, quienes no quieren romper con la coalición gobernante, ya que son tributarios de ella, particularmente Guillier y su senaturía, podrían tener más oportunidades para abrirse hacia otros espacios ciudadanos e intentar competir con Lagos y quizás aventajarlo. De hecho, haciendo un cálculo frío, es lo que más le conviene a cualquiera que enfrente al ex Presidente.

He ahí el dilema entonces. Aferrarse a lo ya conocido, primarias de partidos, siguiendo el proceso de enclaustramiento que tiene la actual política y que nos conduce a altos niveles de abstención, o abrirse a la diversidad de opciones en una primera vuelta, con una primaria ciudadana, permitiendo que la ciudadanía dirima, revirtiendo, quizás, la lánguida participación que nos acompaña.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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