Señor Director:
La declaración del alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, generó un interesante debate técnico y político en torno al papel de las plantaciones de eucaliptos (Eucalyptus globulus) como un factor relevante en el catastrófico incendio que afectó nuevamente a un área periurbana de la región, dejando a más de 400 personas sin casa y poniéndolas en serio riesgo. El alcalde Sharp indicó que como primera medida sería necesario talar los eucaliptus y plantar con especies nativas para prevenir los incendios, lo que sin duda es una propuesta interesante.
Los comúnmente llamados eucaliptos, que incluyen más de 700 especies, son originarios y típicos de Australia. Muchas especies pueden resistir los incendios debido a su corteza gruesa, y/o depender de este factor para la apertura de sus frutos y diseminación de sus semillas. En otros casos, los eucaliptos pueden rebrotar desde la base o a lo largo del tronco quemado y también desde sus raíces después de un incendio. La presencia de aceites en las hojas, y la exfoliación de su corteza (descascarado) que junto con las hojas pueden volar encendidas con mucha facilidad (pavesas) propagando el fuego hasta más de 500 metros, ha sustentado la teoría que los eucaliptos habrían evolucionado no sólo para sobrevivir a los incendios sino para promover su propagación y eliminar a sus competidores.
Aunque incendios con similares consecuencias catastróficas han ocurrido asociados a la presencia de eucaliptos y aromos en Australia, y a pinos y eucaliptos en el estado de California, Estados Unidos, la cobertura forestal explica sólo una parte del problema. Contribuyen también al fuerte aumento de los incendios de mayor magnitud en Chile la expansión urbana sin regulación, los problemas de pobreza y marginalidad, el imprudente e irresponsable uso del fuego, las insuficientes actividades de prevención y educación, las plantaciones forestales de Pinus radiata y Eucalyptus spp. (a veces sin manejo y abandonadas por sus dueños), además de áreas extensas que han sido invadidas por estas especies y, por último, el cambio climático expresado en la megasequía que ha afectado al país.
Lo planteado por el alcalde Sharp sobre un plan maestro que apunte a la disminución de la vulnerabilidad y riesgo a incendios de más de 35% de la población que vive en los cerros de Valparaíso, es urgente y prioritario. Una de las estrategias de ese plan tiene relación con el manejo y restauración de la vegetación en la zona de interfase urbana-forestal. Esto implica la creación y mantención de un perímetro libre de plantaciones y árboles de eucaliptos, pino, y aromos en torno a las áreas urbanas, construcción de cortafuegos y manejo de la carga de combustible en las zonas de amortiguación (zonas buffer) a través de raleos, podas y manejo de residuos.
En el escenario de cambio climático, la restauración del paisaje forestal con diversas especies nativas – algunas de ellas de características ignífugas (resistentes al fuego) – constituye una estrategia importante de considerar para promover un paisaje menos proclive y más resiliente a incendios cada vez más severos y frecuentes. Aunque la investigación relacionada con la inflamabilidad de las especies nativas y su aplicación a la ordenación periurbana es aún insuficiente, es sin duda una importante línea de trabajo científico y técnico en el cual deben aportar las universidades, CONAF y otras instituciones relacionadas. Por otra parte, la gestión pública a escala municipal, regional y nacional que incentive la restauración del paisaje es clave, especialmente en zonas de mayor riesgo y degradación. Esto no sólo se alinea con los compromisos del país en la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero sino con los ejes estratégicos de la Política Forestal y la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales lanzadas recientemente por CONAF y el Ministerio de Agricultura. Finalmente, es hora que las autoridades, organizaciones de la sociedad civil y los ciudadanos asumamos la responsabilidad de restaurar el paisaje, poniendo bajo manejo y control oportuno y responsable la “sociedad de especies pirófilas” que hemos creado. Este es un proceso complejo que tomará tiempo por lo que debemos comenzar hoy mismo. En esa línea, la responsabilidad asumida por el alcalde de Valparaíso de controlar esta sociedad de especies pirófilas como parte de la solución debe ser emulada y apoyada.
Mauro E. González, Antonio Lara y Susana Gómez
Investigadores Universidad Austral de Chile / Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2