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Defensa en Chile: … ¡Fuego!… ¡Apunten!

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Fernando Thauby
Por : Fernando Thauby Capitán de Navío en retiro
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Reunir funcionarios ministeriales; militares citados por orden superior y estudiantes de la ANEPE, a escuchar a una autoridad en algún tema, no es un taller ni crea políticas de Estado. Recolectar documentos, guardarlos en reserva y escoger unilateralmente lo que satisfaga las preferencias del gobierno, tampoco lo es.


El 10 de abril de 2017 la Presidente de la República dictó una “Clase Magistral” ante los miembros de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos, ANEPE que comenzó en una forma inusual: “Amigas y Amigos!” … La gran mayoría de los presentes nunca le ha dirigido la palabra y los pocos que lo han hecho alguna vez, fue por razones protocolares. No eran ni son sus amigos, aunque que Bachelet haya declarado “que (como) ustedes saben provengo y me siento parte de eso que llamamos “la familia militar”.

Luego vino la alocución presidencial. Hizo bien la presidente en tratar de situarse en un ambiente amistoso y familiar, ya que solo amigos muy cercanos podrían aceptar lo que dijo sin molestarse.

El programa de gobierno establece, entre otros compromisos, que dDurante el período 2014-2018, la política de Defensa Nacional tendrá como objetivo principal de mediano y largo plazo, generar una Comunidad de Seguridad en América del Sur que garantice la paz … siendo el Consejo de Defensa de UNASUR la institución para avanzar en esta materia”. La dramática situación en Venezuela en que la dictadura chavista – militar con el apoyo de Unasur aplasta a la oposición democrática, muestra cuán erróneo fue su diagnóstico y la torpeza de su gobierno al tratar de incorporar a Chile a un grupo antidemocrático.Pero ella, en 2017, sigue insistiendo: “Paralelamente, hemos concentrado esfuerzos en promover la consolidación de la región sudamericana como Zona de Paz, particularmente a través del Consejo de Defensa de Suramericano” y otra vez: “Por eso hemos fortalecido el trabajo en el Consejo de Defensa Sudamericano de UNASUR, porque creemos que podemos avanzar hacia la construcción de una comunidad de seguridad”.

El programa señala que “Con Bolivia lo fundamental será retomar el camino del diálogo, iniciado en 1999, y el clima de confianza mutua conseguido durante el período 2006-2010. La plena normalización de las relaciones con Bolivia es un objetivo al que aspiramos”. La realidad de nuestras relaciones con Bolivia confirma que las premisas de la política respectiva estaban por completo alejadas de la realidad.

Con Perú el programa dice que “Por eso también, en esta etapa, Chile aspira a transformar y mejorar la histórica relación bilateral con Perú” y en su discurso del 10 de abril recién pasado se auto felicita: “Partamos por hablar de nuestra propia vecindad, entonces. En este sentido, yo quiero desatacar el promisorio escenario de nuestra relación con Perú, a través de la reanudación del Mecanismo 2+2 y el Comité de Seguridad y Defensa, COSEDE”.

Esto mientras Perú hasta el día de hoy no cumple su parte del fallo de La Haya –la eliminación de la territorialidad de la Zona Económica Exclusiva que se auto atribuye- que lo premió con una buena tajada de mar chileno y aun seguimos con lo del “triángulo”.

El año 2015 aclara: “Dije al comienzo que la transformación de nuestro entorno estratégico es la segunda gran área de trabajo para la Defensa Nacional”. Este concepto de Bachelet es incompresible y diferente a los que se emplean en Occidente: La forma de “transformar el entorno estratégico mediante las FFAA” es la guerra no la política ni la diplomacia. En realidad esto fue una creación a la medida del Subsecretario Robledo para crear una “diplomacia militar” o “un ministerio de RREE paralelo”, desde donde promover su agenda ideológica.

Nuestras relaciones con Perú, Bolivia, Ecuador, Argentina, Venezuela, Brasil, Colombia no parecen configurar un entorno estratégico nuevo, positivo, ni se aprecian nuevas acciones para fortalecer nuestra situación regional. El contexto regional ha cambiado y ese cambio ya había comenzado hace tres años, es decir, una vez mas, el análisis político y estratégico del gobierno fue un fracaso, motivado por el prevalencia de la ideología por sobre la realidad.

El año 2015 aseguró que se avanzaría en reformas como la Ley de Financiamiento de la Defensa; en la Reforma del Código de Justicia Militar, la organización y atribuciones del Estado Mayor Conjunto y la Modernización de las Industrias Militares del Estado. Nos aproximamos al fin de esta administración y poco o nada ha pasado en estas áreas prioritarias de su programa que vienen anunciándose desde el gobierno de Aylwin y han permanecido durante todos los gobiernos de la Concertación.

Ahora lanza una nueva batería de nuevas reformas para la Defensa: Política de Cambio Climático; la Ciberdefensa; la Política Antártica y la Protección Ambiental y de la Biodiversidad y lo mas importante, “otro desafío del que debemos hacernos cargo con particular ahínco: la Agenda de Género” en que la defensa proporciona un elemento clave para su implantación a nivel sociedad.

Ni una sola palabra respecto a que el Ministro de Defensa asuma las responsabilidades que le impone la Ley Orgánica del Ministerio de Defensa. Nada respecto a control de gestión ni al escándalo financiero que todos conocemos. Ni a sus causas, responsables y menos manejo y prevención.

En todos sus discursos Bachelet destaca que en Chile existe una Política de Estado respecto a la defensa. ¿Qué significa esto?. En realidad no significa nada. Según Bachelet “todos los ámbitos de la vida nacional se comprometen con una visión de Estado, y en ello la Defensa es, ha sido y será siempre una parte integral”. ¿Cómo se ha materializado esto durante su mandato?.

No en el Libro de la Defensa, cuyos monólogos son la antítesis del diálogo y el debate; no en el sectarismo que veta a quienes opinan distinto.

Reunir funcionarios ministeriales; militares citados por orden superior y estudiantes de la ANEPE, a escuchar a una autoridad en algún tema, no es un taller ni crea políticas de Estado. Recolectar documentos, guardarlos en reserva y escoger unilateralmente lo que satisfaga las preferencias del gobierno, tampoco lo es.

¿De veras cree el gobierno que el Libro de la Defensa que dice que publicará este año sirve para algo? ¿Cree que lo leerá el gobierno que lo suceda? ¿Por qué habría de hacerlo si la oposición ni siquiera ha sido informada de sus diagnósticos y postulados, si no ha tenido acceso a “los debates”, si no comparte sus escuálidos y extemporáneos diagnósticos ni las soluciones ideológicas que proponen los funcionarios de gobierno?. De partida toda la palabrería chavista ha sido desacreditada por la realidad.

En su Clase Magistral ante la ANEPE, Bachelet señala que es necesario “entender cómo enfrentar escenarios políticos, sociales y estratégicos que podrían dar forma al futuro contexto internacional en que Chile se inserte”. Dice que “en definitiva, lo que estamos haciendo en Defensa no es un mero ejercicio abstracto o un cúmulo de transformaciones administrativas. Se trata de iniciativas que obligan a repensar el conjunto de acciones de la Defensa, en un sistema que requiere respuestas diversificadas y más sofisticadas que hace unas décadas”. Pero no dice nada respecto a cuál es su diagnóstico; a qué es lo que su gobierno piensa respecto a esos escenarios; a las acciones que está tomado en el ámbito de las reformas militares para situarse en ellos.

Pareciera que ese análisis y las decisiones correspondientes debieron haber sido el eje de su Clase Magistral. Esta omisión no sería relevante si sus efectos no fueran los que son: la inseguridad nacional, el debilitamiento del poder nacional de Chile y aguda pérdida de prestigio en un momento de cambio estratégico mundial y en el Pacífico que requieren nuestro mayor esfuerzo para situarnos en la mejor forma para el siglo que viene.

La realidad es que un gobierno ideológico tiene -anticipadamente- las respuestas para todo y para cualquier materia que aborde -la defensa en este caso- tiene una solución aun antes de haber siquiera considerado los hechos.

Esta Clase Magistral así lo confirma, es difícil distinguir en ella que es análisis, que es deseo, que es anuncio y que es realidad.

FUEGO!! … APUNTEN!!

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