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Cómo la geotermia puede acabar con la contaminación

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Diego Morata
Por : Diego Morata Director del Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes- CEGA- Universidad de Chile y Programa de Medio Ambiente (PROMA) de la Universidad de Chile
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Las primeras lluvias siempre traen un hermoso recuerdo: la imponente vista de nuestra cordillera ¿Cuánto duró la postal? Un par de horas, y volvimos al mugroso aire de siempre. A comienzos de mayo y a tan solo un día de las primeras lluvias en Santiago, amanecimos con la primera alerta ambiental 2017. Pero vale, Santiago no es Chile, nos queda esa prístina Patagonia para hacer patria verde, el bucólico sur de Chile ¿cierto? No es cierto: Chillán, Talca, Osorno, Temuco y Coyhaique tienen una pésima calidad de aire, peor que Santiago en muchos casos. No necesitamos una bola de cristal, sino solo mirar el cielo, para saber que las pautas noticiosas en breve se llenarán de imágenes de hospitales sobrepasados con niños obstruidos, tosiendo, producto de una pésima calidad de aire que nos afecta a todos. Cada año es igual, pese a que este mismo problema en el resto del mundo se ha solucionado hace décadas cambiando la parafina y la leña, por el calor de la tierra: la geotermia. Y Chile es el país con el mayor recurso geotérmico no explotado del mundo. Sin embargo, seguimos sin destapar este tesoro nacional, y seguimos respirando mugre cada invierno.

En una encuesta realizada por el Ministerio del Medio Ambiente de Chile en marzo de este año, la contaminación del aire se consolida como el principal problema ambiental para los chilenos (33%), los ciudadanos están demandando el innegable derecho de respirar un buen aire. Es de las pocas cosas gratis que nos quedan, ¡pero es malísimo! ¿Soluciones? La ciencia ofrece varias, y una de ellas, es una alternativa probada en Islandia, España, Alemania, Estados Unidos, y varios países más que han optado cambiar gran parte de sus combustibles fósiles para calefacción y procesos productivos, por el calor limpio, renovable y gratuito que entrega la Tierra, la geotermia y su tecnología de bombas de calor, que está viviendo un auge a nivel mundial.

Actualmente en Chile hay directrices ministeriales encaminadas a abordar las diferentes aristas de la contaminación del aire: planes reguladores para el uso de la leña y cambios a un sistema de calefacción domiciliaria basado en fuentes energéticas menos contaminantes. Pero necesitamos incluir explícitamente la entrada de la geotermia como una de las alternativas ¡Porque Chile tiene demasiado calor bajo nuestros pies!  Muchos relacionarán geotermia con generación de electricidad. Pero quizá pocos sepan que la geotermia se utiliza en el mundo no solo para encender ampolletas, sino como fuente de calor, lo que se conoce como uso directo.

[cita tipo=»destaque»]Debemos aprovechar todos los recursos energéticos que nos brinda la naturaleza para hacer de Chile un lugar agradable donde vivir. Es necesario que incluyamos en los modelos económicos la variable calidad de vida y protección del medio ambiente.[/cita]

Hay barrios enteros de París que son calefaccionados con geotermia. Ciudades en Alemania están cambiando su sistema de calefacción introduciendo la geotermia. Hay más de 1.5 millones de bombas de calor instaladas en los EEUU para sistemas de calefacción. Y hay toda una tendencia en Europa a implementar sistemas de calefacción con geotermia. Porque es un recurso inagotable, sin emisiones de gases contaminantes, totalmente amigable con el medio ambiente, y disponible en todo el planeta, claro que en Chile, hay muchísimo más que en varias partes del mundo donde ya se aprovecha este recurso ampliamente.

Chile, afortunadamente, tiene algunas iniciativas piloto del uso de la geotermia: colegios municipales en Villarrica y Frutillar que calefaccionan sus espacios y aguas con geotermia; invernaderos climatizados con el calor de la Tierra que permiten el cultivo de verduras todo el año evitando heladas; una viña que tempera sus bodegas con esta tecnología; y muchas iniciativas que están en la etapa experimental, de investigación, encaminadas a desarrollar las condiciones de borde necesarias para poder escalar esas primeras experiencias piloto.

¿Qué hacer para crecer desde acá? Invertir en ciencia que permita conocer nuestros recursos geotermales, no sólo de alta temperatura para generación de electricidad, sino también los de baja temperatura, que serán los que permitirán cambiar nuestra calidad de vida, no solo aumentar nuestro nivel productivo con un sello verde, sino mejorar la forma en que usted y yo vivimos: pasar menos frío, gastar menos dinero en las cuentas, respirar aire limpio, vivir mejor. Eso es algo que la geotermia promete y cumple. Por eso, nosotros desde el Centro de Excelencia en Geotermia de los Andes -CEGA- también estamos investigando en esta línea, desarrollando metodologías apropiadas para poder utilizar de manera eficiente este recurso energético que tenemos bajo nuestros pies, que es propio y que es abundante.

Pero la ciencia sola no alcanza. Debemos pensar en políticas de país. Debemos aprovechar todos los recursos energéticos que nos brinda la naturaleza para hacer de Chile un lugar agradable donde vivir. Es necesario que incluyamos en los modelos económicos la variable calidad de vida y protección del medio ambiente. Quizá entonces sistemas de calefacción (o generación de electricidad) que hoy día no se ven competitivos, pasen a serlo, ya que algún día habrá que valorar lo que cuesta la vida humana. A veces, a la larga, lo barato sale caro, o nos cuesta la vida.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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