Con todas las diferencias que los miembros de las FFAA tienen con el ex Presidente Lagos, particularmente los que están en retiro y vivieron la Unidad Popular y la ofensiva comunista de la Rebelión Popular de Masas desde 1984, su solitaria perspectiva de estadista es un duro contraste con los mandatarios que lo precedieron y con los que lo siguieron.
La pequeñez de algunos estrategas políticos de la Nueva Mayoría –de lo que queda de ella- está superándose a si misma.
En pasadas elecciones vimos temas nacionales divisivos que fueron levantados con el exclusivo propósito de exacerbar los conflictos entre sus oponentes, sin importar el daño que hicieran a la sociedad.
Últimamente hemos visto campañas mentirosas promovidas a través de canales de televisión que sobreviven gracias al avisaje fiscal; la del “resort” de Punta Peuco, en que el periodista que agitaba el tema ni siquiera había concurrido una vez al lugar y se limitaba a recalentar el mismo guiso que repite la prensa de oficina; otra, y una de las mas obscenas, la de las “pensiones millonarias” de las Fuerzas Armadas, en que presentan el 1,2% de las pensiones mas altas de ellas como si fueran lo que ganan todos, que el gobierno usa para escandalizar a la opinión pública y potenciar la “reforma de las pensiones” que se enviará al congreso la primera semana de agosto.
Mientras más se hunde el gobierno y más aparente es su desnudez y fracaso, más se acentúa el esfuerzo de sus líderes por “agudizar las contradicciones” entre los chilenos. Entrado el pánico, vuelven las viejas estrategias marxistas.
Todo por unos votitos mas. Todo por conservar el poder a como dé lugar. Todo por que “la derecha” no gane.
La última campaña es la amenaza de enviar a los presos políticos militares a la cárcel común. El mundo político de la izquierda, después de haber aceptado que irían a un recinto especial, ahora desconocen, una vez más, lo prometido a los militares. A los militares les han mentido con tal frecuencia e intensidad que a los políticos ya se les ha hecho un hábito, un mal hábito, un vicio.
Años de abusos de poder político, de prevaricación judicial y de prepotencia mediática; de amenazas e injurias que no pueden ser respondidas y la total ausencia de liderazgo ministerial han empujado a los militares retirados a ingresar a un mundo que repudian, la política. La Multigremial de las FFAA, Carabineros e Investigaciones en Retiro (Multigremial Facir) es su respuesta y la prueba de que se hizo necesario instalar un nuevo actor en la lucha por la dignidad militar.
Ante una sociedad que las estima, aprecia y honra, han faltado gobiernos que respalden y cuiden a las FFAA de Chile; el regreso de sus enemigos sociológicos de izquierda y la cobardía e impotencia de la derecha, han creado una situación de abuso y prepotencia de la cual todos nos arrepentiremos.
Con todas las diferencias que los miembros de las FFAA tienen con el ex Presidente Lagos, particularmente los que están en retiro y vivieron la Unidad Popular y la ofensiva comunista de la Rebelión Popular de Masas desde 1984, su solitaria perspectiva de estadista es un duro contraste con los mandatarios que lo precedieron y con los que lo siguieron.
Por otro lado, el cargo de Ministro de Defensa, cuoteado y usado como caja pagadora, pasto de maniobras electorales, al frente de un Ministerio con centenares de funcionarios carentes de toda calificación que vaya mas allá del carnet del partido o la relación familiar con algún individuo bien ubicado en la jerarquía partidista gubernamental, ha sido incapaz de cumplir su función dejando a la defensa entregada a su suerte, con subsecretarios expertos en ideologías y seminarios, sin capacidad técnica y sin condiciones personales para ejercer sus cargos.
Un ministro–espectador y crítico externo de lo que pasa; el amiguismo y el compadrazgo como criterio de selección de algunos mandos militares y el brutal desconocimiento de cómo hacer, implementar y evaluar una política pública ha dejado acumularse problemas, obsolescencias, fallas estructurales y orgánicas sin resolver oportuna y adecuadamente que han derivado en graves y muy feas malversaciones y abusos en algunas instancias militares, casos que se repiten sin que el gran responsable, el Ministro, de la cara y tome las medidas correctivas y punitivas del caso.
La Multigremial Facir es la reacción de legítima defensa propia, triste pero necesaria. Conozco a varios de sus miembros, son personas inteligentes y dedicadas, estudiosas y realistas, muchos chilenos se sorprenderán cuando incrementen su visibilidad política y social.
En Chile no hubo ni habrá “carapintadas”; no se conformarán carteles narco militares como el de “Los Soles” que administran la droga en Venezuela; Diosdados Cabellos o Carlos Prats; ni traidores cooptados como Milani de Argentina; hay y seguirá habiendo acción legal y abierta, es decir sólida y duradera, por lo que la creación de esta organización gremial importa un cambio cualitativo muy difícil de revertir, el genio salió de la botella.
La movida actual de “agitar” el tema Punta Peuco apunta a exacerbar las diferencias entre el candidato Piñera y los militares en retiro.
Por favor, aprendan y respeten: no basta agitar un trapo rojo para que los militares embistan ciegamente.
Es efectivo que existen profundas diferencias políticas y valóricas entre el candidato y los militares, también existe la dolorosa herida de la puñalada inolvidable, pero muy pocos militares (r) votarían por la izquierda solo para repudiarlo y tampoco le harían el juego que intenta la Nueva Minoría. Por lo demás, hay otra opción: Kast.
Todo lo que la mayoría de los militares quieren es respeto, mando serio y competente, políticas públicas –defensa en este caso- eficaces y liderazgo real y efectivo.
Los militares de todo el mundo prefieren un comandante serio y exigente a uno que presume de buen amigo y compadre.
Preocúpense de sus propios votantes y no traten de introducir cuñas donde no hay espacio. Recuerden que quien siembra vientos cosecha tempestades.
Cuando se escucha música de violines, los militares sobran; cuando las multitudes corren por las calles, todos quisieran que fueran mas numerosos.