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Inclusión y discapacidad visual en Atacama Opinión

Inclusión y discapacidad visual en Atacama

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Las desventajas, barreras, dificultades o carencias que podemos entender como discapacidad, sin duda evocan sentimientos y supuestos, de carácter personal, colectivos, vivenciales etc., y también es sensato pensar que todos sufrimos algún tipo de discapacidad, en este sentido, la ciudadanía se ejerce desde la singularidad o diversidad.


En la lógica del ideal democrático la educación se concibió como un instrumento de justicia social y así el estado la promueve de manera formal, aunque este punto es muy controversial, podemos destacar a la inclusión como concepto y como política pública que viene a reivindicar la naturaleza inclusiva de la educación. Para no extendernos mucho, observemos oportunidades de justicia o responsabilidad social en atención a la discapacidad en Atacama. Esto significa mirar nuestras ventajas de cualquier índole, económica, jerárquica, cultural etc. y ver cómo podemos imprimirle inclusión a nuestra trayectoria de vida. En este momento solo quiero dirigirme a un segmento de la discapacidad social: me refiero a los que viven la limitación en el acceso a la cultura escrita, la discapacidad visual especialmente en sus categorías de remanente visual y ceguera.

El Senadis señala que la cantidad de ciegos en Chile es un misterio, otras indagaciones hablan de medio millón y que apenas 70.000 leerían Braille.

Mineduc Atacama informa que, a mayo del 2017,  hay 13 personas ciegas en 7 establecimientos educativo de la región y 3 en educacion superior. Otras fuentes informan sobre 46 adultos ciegos integrantes de grupos organizados,  si bien es cierto esta estadística en construcción (lo que significa que deben existir más casos) no compite ni pretende hacerlo, respecto de a otras en salud pública, sí representa una brecha de oportunidad, cada vez que una vida o una persona representa un individuo que debe gozar de todas las atribuciones ciudadanas como integrante de nuestra sociedad global, en otras palabras, entregarles igualdad de oportunidades,  y más aun considerando que la inclusión interpela al centralismo de la inversión pública y las iniciativas inclusivas.

Ahora podemos levantar muchas preguntas, ¿Cuál es el nivel de acceso a la cultura escrita en contextos de discapacidad visual en Atacama?, ¿El sistema educativo regional está respondiendo eficientemente en términos de recursos de aprendizaje y capacidad técnica?, ¿Cuál es el volumen de inversión pública para esta discapacidad en Atacama?, ¿Los portales o mecanismos de acceso a fondos públicos de definidos para la discapacidad, son inclusivos?, ¿Cuál es el nivel de visibilidad u opinión pública sobre la discapacidad visual en Atacama?

El MINEDUC está entregando herramientas de inclusión en formato braille, macrotipo y relieve, para el desarrollo de saberes troncales del curriculum, como lenguaje matemática e historia y temáticas de seguridad escolar y ha abierto un mecanismo de ajustes desde el DEMRE que ofrece a los discapacitados rendir la PSU 2017 en condiciones adecuadas  o modificadas en función del tipo de discapacidad.

Algunas bibliotecas comunales poseen iniciativas de apertura a la discapacidad visual que dan la posibilidad de lectura braille, audio y software. Aunque personas ciegas de grupos organizados han declarado las dificultades para postular a fondos públicos con fines, inclusivos ya que los mecanismo son muy segregadores, plataformas complejas, criterios de garantías plazos, y acompañamiento técnico insuficiente.

Entender la discapacidad visual y toda discapacidad como cualidades adscritas y que las personas que las viven no tienen determinación en su manifestación y entender esta deuda social como responsabilidad de todos, nos invita a identificar en nuestro fuero interno la diversidad de oportunidades que tenemos para contribuir a la justicia social, desde nuestra realidad personal, local regional y consecutivamente propagar esta convicción en toda la trama social.

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