Tomando prestada la frase con la que el Al Gore convenció al Ex Presidente Obama de adherir al Tratado sobre cambio climático después de lo irrefutable de este problema global, hoy es el turno de hablar de residuos. Efectivamente en materia regulatoria, el término desperdicio, desecho o residuo se trata con diferencias sólo semánticas.
Lo real y tangible es que en la década de los años 80, Chile acepto la internación de residuos peligrosos traídos -antes de ser parte del Convenio de Basilea- por una empresa de un país Nórdico, pensando que el Desierto era un lugar adecuado para depositarlos. Luego de abandonarlos en el Puerto de Arica bajo la anuencia de las autoridades de la época, el Estado fue obligado a pagar una indemnización exigua, para posteriormente dar curso a una ley.
Como el resarcimiento no fue integro, se pidió su determinación a la Corte Interamericana de Justicia. A comienzos de este siglo solo dos empresas destinaban sus esfuerzos para acopiar y confinar residuos peligrosos, propiciados por empresarios socialmente responsables. También lo hacia una importante minera en la Región de O”Higgins.
[cita tipo=»destaque»]En los noventa la Conama autorizo disponer las borrar de dos refinerías en un pique minero del Bio-Bio y solo revoco el permiso después de que inundaran las galerías. Sin embargo, el progreso y la conciencia ambiental han ido en progreso y luego del desastre ecológico del Rio Cruces y la obligación de indemnizar exigida por el Estado como garante del patrimonio ambiental por la suma de $ 2.400. 000 millones de pesos, hoy podemos celebrar una Ley de residuos que por primera vez recoge el principio precautorio.[/cita]
Gestionar la basura o los residuos de cualquier naturaleza no siempre es fácil y hay que recordar que los residuos domésticos de ciudad de Nueva York dejaron de arrojarse al mar a mediados de los 70 o que en Santiago en época similar se prohibió la incineración.
En los noventa la Conama autorizo disponer las borrar de dos refinerías en un pique minero del Bio-Bio y solo revoco el permiso después de que inundaran las galerías. Sin embargo, el progreso y la conciencia ambiental han ido en progreso y luego del desastre ecológico del Rio Cruces y la obligación de indemnizar exigida por el Estado como garante del patrimonio ambiental por la suma de $ 2.400. 000 millones de pesos, hoy podemos celebrar una Ley de residuos que por primera vez recoge el principio precautorio.
En Argentina este principio hizo factible hace más de 10 años, que una empresa trasladase a una paciente asmática y su familia para no verse perjudicada, promocionando la responsabilidad del generador de los problemas ambientales y evitando la generación de zonas de sacrificio. Hoy la posibilidad de gestionar adecuadamente los residuos de cualquier naturaleza además de técnica y legalmente factible, es rentable evitando así la proliferación de vertederos clandestinos de residuos como hoy ha sido informado por la prensa de papel.
