Este referéndum, convocado por la Coordinadora de Trabajadores y Trabajadoras NO+AFP que se realiza este fin de semana, busca abrir espacios democráticos para reconfigurar una política pública que se construyó entre José Piñera, sus asesores y los miembros de la Junta Militar. Treinta y cinco años después no hay voluntad ni consistencia política para construir un Sistema de Pensiones basado en los principios de la Seguridad Social.
Este fin de semana se llevará a cabo un hecho inédito desde que terminó la dictadura civil-militar en Chile. La Coordinadora de Trabajadores y Trabajadoras NO+AFP autoconvocó un plebiscito para que cada persona pueda decidir sobre el Sistema de Pensiones que Chile merece y necesita.
Gracias a la energía colaborativa y colectiva de cientos de voluntarios, existirán más de 2 mil lugares de votación a lo largo de todo el país, para dirimir si continuamos teniendo un sistema cuyo pilar central son las AFP y las cuentas individuales («ráscate con tus propias uñas») o transitamos hacia un Sistema de Seguridad «Social». También existirá la posibilidad de votar a través de internet.
En la siguiente dirección puede encontrar toda la información para votar entre el viernes 29 de septiembre y el domingo 1 de octubre: http://coordinadoranomasafp.cl/wp/
Este plebiscito, aunque no sea de carácter vinculante, se trata de un hito político que busca abrir espacios democráticos para reconfigurar una política pública que se construyó entre José Piñera, sus asesores y los miembros de la Junta Militar, y que hoy, debido a sus paupérrimos resultados, carece de completa legitimidad.
Lo cierto es que, después de más de 35 años de funcionamiento, las AFP y el paradigma de las cuentas individuales como eje central del sistema de pensiones chileno fracasó rotundamente. Su fracaso y su ilegitimidad hoy se evidencian con mayor claridad, en la medida que no está cumpliendo el objetivo básico que se le pide a cualquier esquema de jubilación en el mundo: entregar pensiones que permitan, al menos, vivir dignamente en el país de origen.
Sin embargo, la clase política que ha gobernado Chile durante las últimas décadas, y la élite económica, que la ha financiado o ha controlado, siguen estirando el elástico de la convivencia social y todas sus propuestas mantienen como pilar central del sistema a las AFP y las cuentas individuales. No hay voluntad ni consistencia política para construir un Sistema de Pensiones basado en los principios de la Seguridad Social. Y, frente a tales posiciones, no hay solución posible ante un escenario presente y futuro de miserables pensiones.
Por ello, a continuación se describen 15 razones para que usted, su familia, sus vecinos o sus compañeros de trabajo voten en este plebiscito.
1) Actualmente, las AFP y las Compañías de Seguro están pagando 1,2 millones de pensiones y el monto promedio no supera los $215.000, valor que aumenta a $230.000 con el aporte previsional solidario que entrega el Estado. Vale decir, la pensión promedio, incluyendo los subsidios estatales, ni siquiera alcanza el valor del Salario Mínimo.
2) La tasa de reemplazo mediana que las personas logran producir con sus ahorros administrados por las AFP, actualmente es de un 20%, vale decir, si ganaban $600.000 durante sus diez últimos años de trabajo, la mitad de los pensionados alcanza a autofinanciar una pensión menor a $120.000.
3) La situación es aún más grave si miramos los resultados para quienes cotizaron gran parte de su vida laboral. Así, por ejemplo, según datos de la Superintendencia de Pensiones, la mitad de las personas que acaban de jubilarse en julio y cotizaron entre 30 y 35 años, está obteniendo una pensión MENOR a $250.000. Por tanto, no basta con echarle bencina al sistema.
[cita tipo=»destaque»]Por ejemplo, los 10 bancos más importantes que operan en Chile, vía depósitos a plazo o emisión de bonos, reciben más de US$40.000 millones por parte de las AFP. Por otra parte, el Grupo Luksic (el mismo del caso Caval) a través de sus distintas empresas, recibe U$8.426 millones; el Grupo Matte (el mismo de la colusión del papel higiénico), US$5.616 millones; y el Grupo Enel (el mismo de los cortes de luz) recibe US$ 4.061 millones.[/cita]
4) Las proyecciones para los próximos años son aún más oscuras. Según el Informe de la Comisión Asesora presidencial sobre el sistema de pensiones, el 99% de las pensiones serán inferiores al Salario Mínimo y la mitad de los jubilados que hayan cotizado más de 33 años obtendrán una tasa de reemplazo inferior al 39%, vale decir, si usted, su madre o su abuelo ganaban $600.000 durante sus últimos 10 años de vida laboral, su pensión será menor a $234.000. Para mejorar en algo su pensión, tendrán que pedirle ayuda al Estado para que los subsidie con algunos pesos.
5) No existe evidencia empírica, a nivel mundial, que muestre que un sistema cuyo esquema contributivo no tenga reparto y se base exclusivamente en cuentas individuales pueda entregar pensiones que permitan vivir dignamente. De hecho, por eso solo existen 10 países en el mundo, junto a Chile, que no tienen reparto: República Dominicana, El Salvador, México, Maldivas, Malawi, Nigeria, Hong Kong, Kosovo, Israel y Australia. Sin embargo, en Australia, por ejemplo, a través de impuestos generales, se entrega una pensión base que puede llegar a cerca de 1.000 dólares, compensando el efecto de la privatización.
6) Los actuales jubilados que perciben miserables pensiones, lograron «beneficiarse» de los más altos niveles de rentabilidad que el sistema pudo obtener, pero que ya nunca más podrá conseguir. De esta forma, mientras en la década de los 80 la rentabilidad real promedio anual que registraron las AFP fue de 12,36% y en los 90 promedió 10,36%, en los 2000 ya promediaban 6,25% y entre el 2010 y 2016 solo rentan un 3,96%.
7) Para revertir esta situación en el largo plazo (una nueva promesa que tendremos que verificar en 35 años más), la clase política nos ofrece un par de recetas, cuyo denominador común son 2 ingredientes: subir la tasa de cotización gradualmente en 5 puntos porcentuales (el proyecto de ley del actual Gobierno) o en 4 puntos porcentuales (la propuesta de Gobierno del candidato Piñera) y mantener el sistema de cuentas individuales y las AFP como eje central de nuestro particular sistema de pensiones.
Sin embargo, lo que ambas propuestas no mencionan es que el aumento en la tasa de cotización no alcanzará a compensar la caída en la tasa de rentabilidad, ya que, según los cálculos, cada punto menos de rentabilidad puede significar un 25% menos de pensión. De esta forma, es muy probable que, en promedio, los pensionados del futuro, cotizando 5 o 4 puntos porcentuales más, obtengan pensiones muy similares o menores que los pensionados de hoy, a no ser que se les haga trabajar hasta los 75 años y la matriz productiva chilena produzca empleos robustos sin lagunas y nuestra elite fomente la negociación colectiva por rama para mejorar los salarios.
8) Para mejorar las pensiones en el corto plazo, el Gobierno actual propone destinar 2 puntos porcentuales del aumento de la tasa de cotización a solidaridad intergeneracional (reparto, pero que se extinguirá en el tiempo), solidaridad intrageneracional y un aporte para las mujeres, lo cual permitiría mejorar las actuales pensiones en un 20% para quienes no reciben aportes previsionales solidarios y en un porcentaje menor para quienes tienen una pensión mayor a $600.000 o reciben aporte solidario.
De esta forma, pasaremos a tener un Sistema Mixto, pero «a la chilena», ya que será un Minisistema Mixto, donde el 87% de la cotización seguirá en cuentas individuales y solo un 13% irá a reparto (en Uruguay y Suecia es al revés). Además, dado que la mayoría de las pensiones está por debajo de los $150.000, un aumento de 20% podría llevarlas a $180.000, lo cual no resuelve la gran paradoja de nuestro sistema: las pensiones que se pagan en Chile no alcanzan para vivir en Chile.
9) En tanto, el candidato Piñera, para mejorar las pensiones en el corto plazo, propone aumentar los recursos para el Pilar Solidario y, de esta forma, las pensiones de quienes nunca han contribuido podrían subir hasta en un 50% el 2022, lo cual las llevaría a cerca de $150.000 para las personas de mayor edad entre los jubilados. Un monto que en ese momento ni siquiera alcanzará a cubrir la mitad del Salario Mínimo.
10) Así, tanto la propuesta del actual Gobierno como la del candidato Sebastián Piñera, en 35 años más, se enfrentarían con el mismo problema de origen que hoy enfrenta el proyecto de José Piñera: una promesa de buenas pensiones que no se cumplirá.
11) Mientras tanto, seguiremos teniendo un gran ganador. Las AFP seguirán viendo cómo aumenta el fondo que administran y que hoy ya supera los US$200.000 millones (lo que equivale a casi un 75% del PIB chileno) y seguirán invirtiendo este fondo en los grupos económicos que ya se acostumbraron a financiarse a un costo muy bajo con las cotizaciones de los trabajadores y trabajadoras. Por ejemplo, los 10 bancos más importantes que operan en Chile, vía depósitos a plazo o emisión de bonos, reciben más de US$40.000 millones por parte de las AFP. Por otra parte, el Grupo Luksic (el mismo del caso Caval) a través de sus distintas empresas, recibe U$8.426 millones; el Grupo Matte (el mismo de la colusión del papel higiénico), US$5.616 millones; y el Grupo Enel (el mismo de los cortes de luz) recibe US$ 4.061 millones.
Esto ha generado y generará un poder económico y político gigantesco, que bloqueará con mayor fuerza la posibilidad de realizar cambios al sistema. Más aún cuando 3 de las principales AFP que operan en Chile pertenecen a compañías de seguro estadounidenses. Se trata de un gallito de fuerza con el capitalismo global.
12) La única posibilidad de mejorar ostensiblemente las pensiones es transitar a un Sistema de Seguridad Social, financiado bajo la lógica del reparto tripartito. La misma propuesta del Gobierno demuestra que no existe otro camino para mejorar las pensiones ahora y que comiencen a tener relación con el costo de vida que existe en Chile.
13) Afortunadamente, la Coordinadora NO + AFP dispone de una propuesta que se inserta en este paradigma e incluye Reservas Técnicas, lo que implica no gastarse todos los ingresos en pagar pensiones, sino que mantener un ahorro para hacer frente a la transición demográfica sin tener que modificar las condiciones de los futuros cotizantes. Se trata de un sistema que tienen muchos países capitalistas, que hoy ya presentan una relación entre cotizantes y jubilados mucho más baja que la que existe en Chile.
14) Este sistema pagará pensiones de acuerdo a los años cotizados y asegura una pensión mínima contributiva que fluctúa entre 103% y 145% del Salario Mínimo (valores que hoy equivalen a $278.100 y $391.500).
15) En vez de representar un aumento en el gasto fiscal, la propuesta de la Coordinadora permitirá reducir el gasto público en pensiones contributivas desde 4,07% a 1,63% del PIB y, con ello, liberar recursos para transformar la Pensión Básica Solidaria focalizada que entrega el Estado, de $104.646, a una Pensión Universal no contributiva equivalente al Salario Mínimo. También se liberarán recursos para Salud y Educación.
Este viernes, sábado y domingo, el pueblo chileno tendrá la oportunidad de dar un primer paso para construir un país más decente, recuperar los espacios colectivos de deliberación y darle un poco de sentido a la palabra democracia.
NO + AFP es una invitación a construir un nuevo y verdadero sistema de pensiones para Chile y colocar como objetivo central el bienestar de nuestros jubilados, que ha sido relegado a un segundo plano.