La Municipalidad de Providencia tuvo que volver atrás, pero permanece en el aire la amenaza de cierre. Por más de 50 años el Liceo Lastarria ha abierto sus puertas para impartir educación vespertina, en sus aulas participan jóvenes y adultos que por diversos motivos no pudieron seguir estudiando y encuentran aquí una opción para completar sus estudios.
Como argumento la Municipalidad señala que “todos los antecedentes respecto a la demanda potencial y futura demuestran que lo prudente es el cierre programado propuesto”.
El Municipio debiera dar a conocer esos antecedentes, porque los datos disponibles señalan exactamente lo contrario.
Para empezar en la comuna de Providencia hay solo cuatro establecimientos que se rigen por decretos de Educación de Adultos, de ellos solo el Lastarria es Municipal y es vespertino. Los otros tres son particulares pagados y se imparten en jornadas de mañana y tarde. Mientras el Lastarria tiene una matrícula de 162 estudiantes, que según los directivos y docentes han debido restringir por exigencias administrativas municipales, los otros tres establecimientos pagados suman una matrícula de 765 estudiantes. Siguiendo el argumento de la corporación municipal, se podría concluir que la demanda potencial se puede hacer efectiva cuando los estudiantes pueden pagar.
[cita tipo=»destaque»]Providencia está entre los tres municipios de mayores ingresos de la Región Metropolitana, se requiere algo más que el cálculo de la demanda y el comportamiento financiero para decidir el destino de la jornada vespertina del Liceo Lastarria, sería un acto de justicia educativa buscar estrategias para potenciarla.[/cita]
El sistema municipal de Providencia se caracteriza por tener una matrícula heterogénea en términos de la comuna de residencia de sus estudiantes. De acuerdo con los datos disponibles la mayoría de la matrícula de escuelas y liceos residen en otras comunas, para el caso de la jornada vespertina del Lastarria esta tendencia se acentúa, pues muchas personas que trabajan en la comuna encuentran un establecimiento de fácil acceso y de reconocido prestigio. En el análisis de la demanda potencial el municipio debiera considerar a las personas que trabajan prestando servicios en su territorio, a la creciente población migrante residente y prestar atención a los índices de abandono escolar de niños y jóvenes en sus propios establecimientos.
En el análisis, el Municipio, debiera tomar en cuenta algunos datos nacionales. La Encuesta CASEN (2015), señala que aproximadamente 5 millones de personas adultas, mayores de 19 años no han completado 12 años de escolaridad; entre ellos, un 15.5% corresponde a jóvenes entre 20 a 34 años y un 16.8% de los jóvenes entre 15 y 19 años de edad tiene una escolaridad de nivel básico o inferior. Esta situación no parece tener una pronta solución, según estadísticas del Ministerio de Educación cada año más de 100.000 niños y jóvenes abandonan el sistema escolar, cantidad que en vez de disminuir ha ido aumentando.
En este contexto, el país está lejos de dar respuesta a los requerimientos de la población. La cobertura nacional de la Educación de Personas Jóvenes y Adultas se aproxima a 180.000 personas, lo que representa a un 4% de la población que potencialmente la requiere. La mayoría de quienes acuden a la educación de adultos son jóvenes, en la actualidad el 74% de la matrícula tiene menos de 24 años de edad y muchos de estos jóvenes aspiran a continuar estudios, a modo de ejemplo, en el año 2016 más de un tercio de los egresados se matriculó en instituciones de educación superior.
A nivel nacional existen 813 establecimientos de educación de adultos, de los cuales 273 son municipales; es fácil deducir que municipios con mucho menos recursos que Providencia mantienen abiertas sus jornadas vespertinas. A nivel nacional el 46% de los establecimientos tiene menos de 100 estudiantes; es decir, mantienen sus jornadas aun con menos matrícula que el Liceo Lastarria.
Es cierto que la Educación de Adultos enfrenta un contexto complejo que ha dificultado su pleno desarrollo. La subvención por asistencia media en una modalidad que atiende a personas con dificultades para asistir regularmente a clases, sumado a un monto de subvención ostensiblemente inferior al resto del sistema educativo, influyen en el financiamiento de la oferta educativa.
Providencia está entre los tres municipios de mayores ingresos de la Región Metropolitana, se requiere algo más que el cálculo de la demanda y el comportamiento financiero para decidir el destino de la jornada vespertina del Liceo Lastarria, sería un acto de justicia educativa buscar estrategias para potenciarla.