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La Energía de los candidatos

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Diego Morata
Por : Diego Morata Director del Centro de Excelencia en Geotermia de Los Andes- CEGA- Universidad de Chile y Programa de Medio Ambiente (PROMA) de la Universidad de Chile
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Comenzó la temporada de promesas, pues las elecciones presidenciales están a la vuelta de la esquina. La salud está dentro de las principales preocupaciones de los chilenos y la contaminación es puntera dentro de los problemas medioambientales de interés para los ciudadanos ¿Qué prometerán los candidatos para subsanar estas dolencias? Hay una solución para esto y está escondida bajo nuestros pies, pero ningún candidato ha tenido la astucia de jugar con esta carta que es tan potente, y que sería capaz de solucionar una obligación de quien quiera que llegue a La Moneda este año: encaminar a Chile para cumplir el compromiso de convertir el 70% de nuestra matriz a renovables al año 2050. Puede que al ciudadano de a pie no le preocupe este tema que parece tan lejano, pero el ahorro, el acceso a una vivienda digna, esas cosas son preocupaciones universales. Y la geotermia, la energía de la Tierra, puede ayudar a conseguir todo aquello.

Descontaminar, cambiando la calefacción a leña por una conexión de las viviendas al calor de la Tierra es algo posible con geotermia, se hace en el mundo desde hace casi un siglo: es limpia, ahorra hasta un 80% en las cuentas, y es factible de instalar a nivel de barrio en viviendas sociales, escuelas, hospitales, etc.

[cita tipo=»destaque»]Para el caso de Chile debemos reflexionar ¿qué papel juega la geotermia en los programas de la futura presidencia de Chile (¡si es que juega algún papel!)?. Ustedes recuerdan las últimas erupciones volcánicas en el sur del país: inmensas y potentes. Pues toda esa energía que viene de los volcanes puede aprovecharse para encender ampolletas, para calefaccionar procesos industriales. El calor de nuestra tierra es tan potente como la fuerza de nuestros ríos, como el sol del desierto.[/cita]

Sobre la meta de alcanzar el 70% de suministro a través de energías renovables, pareciese existir acuerdo entre los diferentes sectores políticos que esa meta se podría conseguir en ese año mágico (¡mitad del siglo XXI!) distante pero no tan lejano del 2050. Sin embargo, hay varias preguntas que el ciudadano debe hacer: ¿Qué tipo de energías renovables? ¿En qué proporciones? ¿Dónde estarían localizadas? ¿Cuál es la energía renovable disponible en mi región? Otras preguntas válidas serían: ¿Y qué pasará con el 30% de no-renovables? ¿Seguiremos usando carbón, diésel, gas natural u otros combustibles fósiles (inexistentes en nuestro país y con reconocida emisión de gases efecto invernadero)?

Para el caso de Chile debemos reflexionar ¿qué papel juega la geotermia en los programas de la futura presidencia de Chile (¡si es que juega algún papel!)?. Ustedes recuerdan las últimas erupciones volcánicas en el sur del país: inmensas y potentes. Pues toda esa energía que viene de los volcanes puede aprovecharse para encender ampolletas, para calefaccionar procesos industriales. El calor de nuestra tierra es tan potente como la fuerza de nuestros ríos, como el sol del desierto. Y suma como cualidad que las plantas de generación ocupan muy poco espacio, y pueden proveer energía todo el año, día y noche, independiente del clima, y totalmente “hecha en Chile”.

¿Qué candidato(a) aprovechará este tremendo potencial de energía limpia capaz de solucionar múltiples problemas: contaminación, producción, calidad de vida y crecimiento? Es probable que los candidatos no estén informados de este tremendo tesoro chileno, pero usted, ciudadano y ciudadana informado, ejerza su derecho a saber. La geotermia es una realidad para Chile, y sus aplicaciones son múltiples. No se quede en blanco, no sea nulo: vote por la geotermia. Tenemos de sobra, aprovechémosla.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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