Hace no tantos años, muchos de los que hoy celebran la gran votación del Frente Amplio, estaban felices con el triunfo de Lagos. A su vez quienes los antecedieron tenían una fe ciega en la Concertación y en esa alegría que venía. Sin embargo, algo pasó: el PPD, el PS, Lagos, etc., como los cerditos de Orwell, una vez instalados y cómodos en los puestos de poder, se olvidaron que eran de izquierda, trabajando para los empresarios (que muchas veces eran ellos mismos). Y, ¿qué hicieron con la pobreza? Lo más fácil: la escondieron, la segregaron, y con plata de todos los chilenos, llenaron las cárceles de pobres. No se trata de cuestiones interpretables; entre 1990 y 2010, por ejemplo, la población reclusa aumentó como nunca antes en la historia patria (en 1990 había 171 presos por cada 100 mil habitantes y en 2010, 308 por cada 100 mil).
Como demuestra el sociólogo Francés, Loïc Wacquant, tras realizar diversos estudios comparados, normalmente la falta de Estado social se compensa con más Estado penal, y no es coincidencia que un país desigual como Chile tenga elevados índices de encarcelamiento. Si bien la tesis de Wacquant puede ser criticada por monocausal e incluso hay contraejemplos que hacen necesario complementarla, en general podemos afirmar que a falta de programas sociales, el encarcelamiento como política de gestión de pobreza sirve para la mantención de la verticalidad social y del status quo.
[cita tipo=»destaque»]Conviene recordar que ha sido la Concertación o Nueva Mayoría la principal impulsora del punitivismo en Chile y Bachelet, cual mujer de hierro a la chilensis, en cada uno de sus gobiernos presentó una llamada Agenda Corta Antidelincuencia (ACA) en busca a facilitar el encarcelamiento masivo, o como dice expresamente el mensaje de su última ACA, trancar la puerta giratoria.[/cita]
Pero ¿qué tiene que ver todo esto con el Frente Amplio y con la “izquierda” chilena?
Conviene recordar que ha sido la Concertación o Nueva Mayoría la principal impulsora del punitivismo en Chile y Bachelet, cual mujer de hierro a la chilensis, en cada uno de sus gobiernos presentó una llamada Agenda Corta Antidelincuencia (ACA) en busca a facilitar el encarcelamiento masivo, o como dice expresamente el mensaje de su última ACA, trancar la puerta giratoria. La situación resulta mucho más lamentable cuando son los propios parlamentarios que provienen del movimiento estudiantil los que votan a favor de dichas propuestas. Pareciera que la investidura de diputados los alejara de sus orígenes y los mismos que ayer reclamaban contra la represión hoy claman por ella y piden más encarcelamiento. En concreto, en septiembre de 2015, los diputados Camila Vallejos, Giorgio Jackson, Karol Cariola y Gabriel Boric (los cuatro recién reelectos) votaron a favor de la ACA que facilita la aplicación efectiva de las penas establecidas para los delitos de robo, hurto y receptación, y mejora la persecución penal en dichos delitos. (Detalle en: https://www.camara.cl/trabajamos/sala_votacion_detalle.aspx?prmid=21552 )
Dejo estas reflexiones orwellianas –seguramente impopulares entre mis amigos de izquierda- que sólo buscan transparentar la metamorfosis de quienes detentan el poder, e invitarlos a que, más allá de las banderas rojas y de colores, no nos olvidemos de los cerditos de Orwell caminando en dos patas y fumando como poco antes lo hicieran sus opresores.