Actualmente en cambio, con el Dios mercado que hipnotiza a las personas, capturadas en este sistema neoliberal, la mayoría opta por endeudarse, cayendo en un consumismo desorbitado.. Si total, el mercado ofrece todas las posibilidades para comprar a 6, 12, 24 y hasta 48 cuotas Sólo el 10% de los privilegiados puede gastar lo indecible sin endeudarse. A una gran parte, el mercado se encarga de convencerlos para que compren con plástico. Y el otro resto se frustran por no poder comprar un pollo o un árbol de pascua. La mercantilización de esta fiesta religiosa, la transforma en algo totalmente frívola, nada más lejos de la austeridad que se merece. Una falta de respeto inverosímil a los que respetan la sobriedad y sencillez en la que nació Jesús. Los que viven el verdadero sentido de esta milenaria celebración, ven con mucho dolor cómo el cruel mercado, al mismo modo de Judas por unas pocas monedas de oro, vende a Cristo en 48 cuotas de plástico.
El balotaje del 17 de diciembre, implicará que ese día sea feriado irrenunciable, justo la semana previa a Navidad. Desde la CNC (Cámara Nacional del Comercio) criticaron la medida de cierre de los malls: es “anacrónica” y necesita ser “revisada”. Eran los titulares de un periódico el 22 de noviembre recién pasado. Bernardita Silva gerenta de estudios de la CNC insistió “…sólo el día domingo se vende cerca de un 30% más que en un día de semana”. Desesperados estaban los representantes del comercio en Chile. ¿La razón? En diciembre se vende un 48% más que en el resto de los meses del año. El día de la segunda vuelta coincidió con una de las fechas más relevantes para el sector en materia de ventas: el fin de semana previo a la Navidad, la época de mayor consumo en el año. Y la exacerbada publicidad en televisión y revistas de matutinos, llamando a comprar, desde el mes de octubre, así lo grafican: en slogans como: ¡”La Navidad alcanza para todos”!, ¡“Que no te pille Navidad, adelanta tus regalos”! ¡“Regalos para todos…miles de ideas para crear ese regalo único”! “Es tiempo de regalar…esperanza, magia, tiempo, alegría, unidad, amor” “Navidad es compartir…especial adornos de Navidad” “regala amor” “regala buena onda” ”Feliz Navidad…guía de regalos 2017”. En todos utilizan maquiavélicamente a niños, incluso bebés, todos riendo a carcajadas, rodeados de tarjetas de crédito, incitando a sus padres a endeudarse por comprarles todo lo que ellos quieran. ¡¡¡“Muñecas, bicicletas, robots…estamos listos niños”!!! Exalta un viejo pascuero en un carro repleto de regalos con niños y niñas corriendo extasiados detrás de él. ¿El mensaje?, sólo muchos regalos los hace felices en Navidad..
El comercio apela a las emociones más virtuosas y sublimes del ser humano – amor, paz, esperanza, alegría, unidad, compartir – para inducir a la gente a comprar de todo para esta celebración Basta con observar la venta de una multiplicidad de árboles de diversos colores –plateados, dorados, blancos etc.- con adornos sofisticados muy caros y ver a la gente atochada, comprando una infinidad de regalos y mucha comida. Mientras más regalos, más comida, licores finos, mesas pomposas y casas atiborradas de luces, más felicidad. Dos de los comerciales más patéticos es cuando aparece un niño rodeado de regalos, con nieve “cayendo desde el cielo” y le comunican ¡¡“No es un milagro de Navidad, son tus tarjetas de crédito”!! Y el otro ¡¡“Pide tu crédito con nosotros y celebra esta Navidad como más te gusta”!! La manipulación es tan grande que a cerca del 80% de los chilenos no les importa endeudarse, para celebrar ostentosamente, como si eso los condujera a la felicidad.
Entremedio de esta vorágine, no se encuentra ni una reseña del actor principal: Jesucristo.(sólo en los pesebres también suntuosos). Este profeta es maquiavélicamente reemplazado por el pascuero. El lema es “comprar y comprar en esta Navidad, para lograr éxtasis con los que amas”!!
Y los que no pueden comprar ni una pelota para sus hijos? Los que no pueden tener ni siquiera un pollo para la cena? La gente y los alcohólicos que viven en la calle, las personas de campamentos y los que piden limosna, que con suerte tienen para comprar azúcar y té? ¿Pascua feliz para todos?
Cual es el verdadero sentido de esta fecha, en oposición a este consumismo y frivolidad desenfrenados? Navidad es un término de origen latino que significa “nacimiento”. Es una “fiesta” que se realiza con motivo de la llegada de Cristo a la tierra. Más simplemente: es el cumpleaños de Jesús, quien, según la tradición cristiana, nació un 25 de diciembre, dentro de un establo, en un simple pesebre, al lado de María y José, rodeado de vacas, burros y pastores con sus ovejas, como ofrendas al recién nacido. Y, según la misma tradición, guiados por la estrella de Belén, llegaron los tres Reyes Magos, para rendirle homenaje y entregarle regalos simbólicos: incienso, oro y mirra. Por lo mismo, otrora era un festejo muy frugal para los niños, quienes esperaban tranquilamente durmiendo en la Nochebuena del 24, para el 25 abrir sus botas rojas del pascuero llenas de dulces y galletas de miel navideñas. Y esos niños y niñas, con algo tan simple, sí lograban real éxtasis junto a sus padres y agradecimiento por la bienaventuranza del nacimiento de Jesús, símbolo del amor y la paz .Era un momento de alegría fraternal junto a la reflexión e introspección.
Actualmente en cambio, con el Dios mercado que hipnotiza a las personas, capturadas en este sistema neoliberal, la mayoría opta por endeudarse, cayendo en un consumismo desorbitado.. Si total, el mercado ofrece todas las posibilidades para comprar a 6, 12, 24 y hasta 48 cuotas Sólo el 10% de los privilegiados puede gastar lo indecible sin endeudarse. A una gran parte, el mercado se encarga de convencerlos para que compren con plástico. Y el otro resto se frustran por no poder comprar un pollo o un árbol de pascua. La mercantilización de esta fiesta religiosa, la transforma en algo totalmente frívola, nada más lejos de la austeridad que se merece. Una falta de respeto inverosímil a los que respetan la sobriedad y sencillez en la que nació Jesús. Los que viven el verdadero sentido de esta milenaria celebración, ven con mucho dolor cómo el cruel mercado, al mismo modo de Judas por unas pocas monedas de oro, vende a Cristo en 48 cuotas de plástico.