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La Moneda chica: ¿Refundación?

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Los 400 años y más adeudados según nuestra justicia por Krassnoff, tienen que ver también con los hechos en que se procedió a bombardear a punta de tiros el domicilio donde Miguel y su esposa embarazada, allá en la comuna de San Miguel, octubre del 74, posiblemente se alistaban para almorzar. Nunca lo sabremos a ciencia cierta.

Lo cierto que es que Allende, sabemos, dijo al saber del alzamiento uniformado que era la vez del MIR, a ver si era posible montar la defensa armada de la república. Como quien dice, un No Pasarán. Como quien dice, la casa de seguridad, la red del MIR, era una especie de Moneda Chica. Y claro, Krassnoff, un subordinado entusiasta de Pinochet.

Cuando JA Kast dijo haberlo visitado en la cárcel, al ex-oficial K., y creerlo incapaz de los crímenes que se le imputaban, nosotros pensamos: la historia sigue viva, con ganadores y perdedores. Otro caso que afirma la continuidad, la ardiente actualidad de nuestras luchas: el de la machi Francisca Linconao, y el matrimonio Luchsinger-MacKay (¿qué apellidos preferimos?), donde todas las partes reclaman actos de justicia, donde hay hambre y fuego y convicciones, digamos, religiosas.

El nuevo (viejo) Chile en que, según afirman los analistas, nos encontramos ahora, es, ahora sí, una sociedad compleja, integrada por grupos convencidos, identitarios, radicales, poco menos que incompatibles. Como en la polémica reciente entre el junta-votos/camino propio Ossandón y el MOVILH. Como descubriendo el hilo negro, como si no hubiera sido siempre así: la política atraviesa todos los ámbitos de la vida y es, como dijo alguien invirtiendo otra cita harto famosa, la continuación de la guerra por otros medios.

[cita tipo=»destaque»]Cuando JA Kast dijo haberlo visitado en la cárcel, al ex-oficial K., y creerlo incapaz de los crímenes que se le imputaban, nosotros pensamos: la historia sigue viva, con ganadores y perdedores. [/cita]

Guerra de ideas y de fuerzas que urdidas se contraponen y que, para entenderlas, reclaman algo más que convicciones simples. Algo como preguntas, como respuestas parciales, algo como procedimientos de investigación históricos y judiciales. Y cómo no, literarios también, culturales. Una hermeneútica de la selva abigarrada, destinada a rendir un relato razonable, a través de una floresta de símbolos. Podemos construirlo: si Zambra (1974) representa el ethos de dictadura y Concertación, Brodsky (1989), cuyos Años de Fascinación aún no me termino de leer, representa, tal vez, el ethos del Frente Amplio. El de los hijos de los hijos, entregados a su infierno vivo de chirriantes culpas y tareas morales que tienden a lo infinitesimal. O no.

Lo que viene a decir esta columna es lo mismo que dice Mirko, polemista estrella de La Plaza: que lo que resta es una tarea de reinvención cultural, de búsquedas extremas, afincadas en verdades últimas del ser: historia y poesía. Que el gobierno Piñera II puede ser un período divertido, piñericosas aparte. Que es posible leer cada vez más claro el naipe, cuando la derecha conservadora (con el Kast edulcorado, menor, aparentemente inofensivo, educado incluso hasta en la Cuba Libre, sentado a la misma mesa) viene a decirnos, estos mismos días de Krassnoff, que hay voluntad para echar atrás reformas emblemáticas de Bachelet. Como si fuera muy grande su legado.

Ya. Me quedo yo con las palabras del alcalde Sharp, a quien no conozco, pero que dijo, lo que da esperanzas (es la vez de Miguel…), que el Frente no era para ser élite de recambio para la élite concertacionista, que era para una refundación de la política chilena. Bueno, sinceramente, ojalá. Sinceramente ahora que de la Nueva Mayoría queda bien poco que esperar, salvo, tal vez, que el PS pase a explicar, pero a explicarlo en serio, a qué pulpo se refiere allá en su himno.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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