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Hoy en el mundo sobra petróleo, ¿buena o mala noticia?

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Las reservas de petróleo económicamente explotables siguen aumentando. Hoy se puede asegurar el suministro mundial para los próximos 100 años o más. Así se desprende de las publicaciones de las bases de datos de la OPEP, BP, ExxonMobil, IEA y el U.S. Geological Survey. El dato duro es que, hasta el día de hoy, hemos consumido sólo una cuarta parte de los recursos petroleros mundiales. En términos simples, no existe ningún riesgo que esta civilización se quede sin petróleo.

Probablemente hoy muy pocos recuerdan las fluctuaciones del precio del barril de petróleo luego que su valor se multiplicara por 4 desde el año 2002 al 2008; desmullera un 40% el 2009 y sobrepasara nuevamente los 100 dólares, durante los años 2010-2014. Estas fluctuaciones, tuvieron consecuencias a nivel mundial y en Chile, significó que la Empresa Nacional del Petróleo perdiera más de 1.000 millones de dólares y que aún no se recupere, arrastrando una deuda creciente que actualmente sobrepasa los 4.000 millones de dólares, con intereses en torno a los 200 millones que debemos pagar cada año.

El precio del barril en torno a los 100 dólares generó una avalancha de publicaciones anunciando el fin de la era del petróleo, que habíamos pasado el “peak oil”, que la causa era el término anticipado de las reservas de hidrocarburos, y se pronosticó el fin del petróleo barato y como consecuencia, la urgente necesidad de disminuir su consumo y de substituir los combustibles fósiles. Las implicancias económicas eran impredecibles al tener que sustituir, contra el tiempo, los combustibles que han sido la base sobre la cual hemos construido el desarrollo contemporáneo, pero, sobre los cuales pesa también, uno de los principales argumentos que explican el cambio climático que estamos experimentando.

Contra todo pronóstico, el consumo mundial de petróleo desde el año 2008 continuó creciendo, las reservas mundiales aumentaron, no hubo problemas de abastecimiento y debido a una sobre oferta, en un año y medio los precios en el mercado spot cayeron en más de un 65%. El aumento de las reservas se ha debido a una combinación de factores; precios altos, que estimularon la exploración en regiones del planeta más allá de la frontera del conocimiento; el desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías y la estimulación exitosa de reservorios de baja permeabilidad, que permite extraer este fluido desde distintas profundidades de la Tierra y en los más diversos ambientes geológicos.

Lo anterior nos ha permitido disponer de hidrocarburos a precios relativamente bajos por aproximadamente tres años. A menos que existan factores políticos, como un acuerdo mayor entre Rusia y Arabia Saudita para regular sus respectivas producciones, hoy el petróleo es abundante, su precio sin impuestos debería fluctuar entre los 190 y 280 pesos el litro y nada indica que estemos próximos al “peak oil”.

[cita tipo=»destaque»]El aumento de las reservas mundiales de petróleo, junto con la caída de los precios internacionales, tiene muchas implicancias. Beneficia a la mayoría de los países más pobres y a los importadores netos de este combustible, como Chile, e implica un aumento del consumo mundial a tasas por sobre un millón de barriles, cada año. Pero, al mismo tiempo, los precios bajos tienden a postergar los esfuerzos para combatir los efectos del cambio climático, la búsqueda de fuentes de energía alternativas y limpias y un desarrollo sustentable.[/cita]

A pesar de las numerosas crisis asociadas al petróleo, como en la década de los setenta, el alarmante escenario que se vislumbra debido al cambio climático y el calentamiento global y, a pesar de la crisis de los precios internacionales entre los años 2007-2014, el mundo depende hoy en aproximadamente un 85% de estas fuentes fósiles y su consumo continúa aumentando en prácticamente todos aquellos países con un crecimiento positivo que están fuera del mundo desarrollado.

El aumento de las reservas mundiales de petróleo, junto con la caída de los precios internacionales, tiene muchas implicancias. Beneficia a la mayoría de los países más pobres y a los importadores netos de este combustible, como Chile, e implica un aumento del consumo mundial a tasas por sobre un millón de barriles, cada año. Pero, al mismo tiempo, los precios bajos tienden a postergar los esfuerzos para combatir los efectos del cambio climático, la búsqueda de fuentes de energía alternativas y limpias y un desarrollo sustentable.

El consumo de energía primaria en el mundo continuará aumentando mientras existan miles de millones de personas que luchan por salir de la marginalidad y el hambre. El petróleo, es uno de los combustibles más abundante y barato que conocemos para lograr este objetivo. El desarrollo de la infraestructura y el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes en aquellos países con economías en expansión, como India y China, anticipa un aumento sostenido de la demanda por hidrocarburos. Con los niveles actuales de crecimiento, Chile aumentará al doble su consumo de energía primaria en los próximos veinte años, la cual proviene hoy en un 68% de combustibles fósiles importados; petróleo, carbón y gas natural.

De lo expuesto se puede concluir que, en el actual escenario de abundancia de petróleo, se hace aún más urgente el confluir en acuerdos internacionales para atacar los efectos potenciales del cambio climático. Debemos olvidarnos del “peak oil” y cambiar nuestro objetivo hacia lograr gatillar el “peak de consumo de petróleo” generando opciones que permitan efectivamente lograr su reemplazo. Esto solo se podrá lograr si se asignan los costos del cambio climático a quienes producen los gases de efecto invernadero, invirtiendo en aquellas tecnologías alternativas al petróleo, adaptando la regulación y, migrando las necesidades de energía primaria en base al petróleo, a electricidad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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