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Mayo 68: II) Las esperanzas estudiantiles

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Rafael Urriola U.
Por : Rafael Urriola U. Director Área Social Chile 21
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Varios teóricos en la historia y en los más diversos tópicos han planteado diferentes teorías acerca de los ciclos que en su definición básica es “Repetición de cualquier fenómeno periódico, en el que, transcurrido cierto tiempo, el estado del sistema o algunas de sus magnitudes vuelven a una configuración anterior”. Hegel creador de la filosofía de la dialéctica moderna enunció esto y Marx, poco más tarde indicaba que estos ciclos se parecían pero no se repetían porque eran cualitativamente diferentes. ¡Claro, la historia se parece pero no es igual!

Sin embargo los ciclos tienen por interés que las fuerzas físicas o sociales deben estar presentes en los diferentes momentos puesto que de otro modo no serían ciclos. Pero, en fin vamos al grano.

Por razones atribuibles a los ciclos (hay teóricos de esto en la economía, en la sismología y en cuanta disciplina exista) las primeras reformas estudiantiles en América latina se sitúan en la Reforma Universitaria de Córdoba de 1918, liderado por Deodoro Roca y otros dirigentes estudiantiles, y que se extendió luego a las demás universidades del país y de América Latina. Entre sus principios se encontraron la autonomía universitaria, el cogobierno, la extensión universitaria, la periodicidad de las cátedras y los concursos de oposición. Es decir la democracia en un ámbito natural como es la universidad.

En 1918, la FECH creaba la Universidad Popular Lastarria, que tenía como fin entregar educación a las clases trabajadoras. El mismo año los líderes de la FECH -el presidente Santiago Labarca (radical) y el vicepresidente Juan Gandulfo (anarquista)- participan en la Asamblea Obrera de Alimentación Nacional; suerte de parlamento libre en que confluyen obreros, artesanos y estudiantes de diversas tendencias. Una instancia que tenía como fin enfrentar la difícil situación alimentaria del país, pero que sobre todo permitió cimentar las bases de una alianza entre obreros y estudiantes.

Más allá de que el Grito de Córdova fue el primer llamado a la democratización en la universidad fueron necesarios 50 años para que en Chile surgieran movimientos estudiantiles diferentes a los tradicionales que pregonaron la democratización universitaria. En Chile, algunos inspirados por teorías cristianas generaron el movimiento estudiantil más significativo que hubiese tenido lugar en la Pontificia Universidad Católica de Chile en 1967. Solo un año más tarde, la Universidad de Chile inicia un proceso de continuas manifestaciones estudiantiles propugnando la reforma universitaria centrándola en participación electoral de todos los estamentos universitarios y en otras democratizaciones. No cabe duda que, al menos, entre los líderes de la izquierda en esta reforma había una inspiración y estímulo proveniente de las demandas de los estudiantes franceses.

[cita tipo=»destaque»]Hace 50 años estas consignas recorrieron todas nuestras universidades y permearon a miles de jóvenes. Hace 100 años la América Latina inició la reforma por la democratización. En 2018, se están consolidando aspectos del ciclo. Chile necesita más democracia en las universidades y esto es porque se necesita más democracia en la sociedad.[/cita]

El mayo francés del 68 tuvo un impacto particularmente atractivo para los estudiantes universitarios de  la época. Sueños, provocaciones y esperanzas se cruzaron en una gama de graffities que taparon las calles de Paris y que se repetían en las  asambleas santiaguinas. Como no recordar al menos las siguientes:

Viva la comunicación! ¡Abajo la telecomunicación!»

«La barricada cierra la calle pero abre el camino»

«La acción no debe ser una reacción sino una creación»

«Tomemos en serio la revolución, pero no nos tomemos en serio a nosotros mismos»

«No es el hombre, es el mundo el que se ha vuelto anormal (Artaud)»

«La imaginación no es un don, sino el objeto de conquista por excelencia (Breton)»

«Pensar juntos, no. Empujar juntos, sí.»

«Nuestra esperanza sólo puede venir de los sin esperanza.»

«Los que tienen miedo estarán con nosotros si nos mantenemos firmes.»

«Gracias a los exámenes y a los profesores el arribismo comienza a los seis años.»

«Prohibido prohibir. La libertad comienza por una prohibición.»

«Cambiar la vida. Transformar la sociedad.»

«La novedad es revolucionaria, la verdad también.»

«Queremos las estructuras al servicio del hombre y no al hombre al servicio de las estructuras. Queremos tener el placer de vivir y nunca más el mal de vivir.»

«No puede volver a dormir tranquilo aquel que una vez abrió los ojos.»

«Olvídense de todo lo que han aprendido. Comiencen a soñar.»

«Desabrochen el cerebro tan a menudo como la bragueta.»

«La voluntad general contra la voluntad del general.»

«Un pensamiento que se estanca es un pensamiento que se pudre.»

«Sean realistas: pidan lo imposible»

Hace 50 años estas consignas recorrieron todas nuestras universidades y permearon a miles de jóvenes. Hace 100 años la América Latina inició la reforma por la democratización. En 2018, se están consolidando aspectos del ciclo. Chile necesita más democracia en las universidades y esto es porque se necesita más democracia en la sociedad. En todos los casos, como no podía ser de otra manera, las reacciones estudiantiles estaban solamente reflejando los imprescindibles cambios societales. Consolidar la democracia en los años 18 del siglo XX; el cambio social por la crisis del capitalismo en los 68 del siglo pasado; y, quizás, hoy debiese reflejar la necesidad de mayor igualdad y respeto a la diversidad. En 2018, la inmensa mayoría, sino todas las federaciones universitarias de Chile, en que se pueden realizar elecciones, tienen entre sus líderes principales a quienes pregonan esta libertad.  

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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