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Claves para construir una cultura de innovación Opinión

Claves para construir una cultura de innovación

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Probablemente nadie tiene un manual preciso para construir una cultura de innovación, y lo lógico es que nadie lo tenga. Se pueden copiar modelos de países extranjeros o de empresas exitosas, pero lo cierto es que cada organización debe hacer un camino propio en vías de construir la innovación, que es sin duda el motor del desarrollo económico y del enriquecimiento del conocimiento científico, pero ¿cómo está situado Chile respecto del mundo? Según el Índice Mundial de la Innovación estamos en el lugar 47. ¿Y qué nos falta? Aunque no lo crean, no son científicos, centros de investigación o apoyo estatal. Lo que está faltando es algo mucho más importante, y preocupante: la cultura de innovar.

No se trata de “emprender”, pues uno de los problemas culturales que tenemos es confundir estos términos. Emprender es una tarea desarrollada con “empeño” y que muchos chilenos y chilenas realizan en su día a día. Innovar es una tarea con un grado importante de “novedad”, y eso es algo que no todos los días  hacemos.

Además, se confunde el emprendimiento con una actividad en etapa de comienzo, lo que tampoco se relaciona al término de innovar. De hecho, es más probable encontrar mejores innovaciones en equipos de trabajo consolidados, más que en ideas iniciantes.

[cita tipo=»destaque»]Comparemos los indicadores, Finlandia por ejemplo, con menos población que Santiago,  se ubica en el lugar 9 de gasto del PIB en Investigación y Desarrollo (I+D), mientras que Chile en el lugar 70, con el famoso 0,4% del PIB que tanto nos pena. Si comparamos solicitudes de patentes, Chile según el Índice Mundial aparece en el lugar 68, mientras que Finlandia en el lugar 7.  Analizando los cuadros es evidente que Finlandia comenzó esta estrategia por sus políticas de educación. En cambio, Chile debe acogerse a ese camino, el cual es bastante largo.[/cita]

Comparemos los indicadores, Finlandia por ejemplo, con menos población que Santiago,  se ubica en el lugar 9 de gasto del PIB en Investigación y Desarrollo (I+D), mientras que Chile en el lugar 70, con el famoso 0,4% del PIB que tanto nos pena. Si comparamos solicitudes de patentes, Chile según el Índice Mundial aparece en el lugar 68, mientras que Finlandia en el lugar 7.  Analizando los cuadros es evidente que Finlandia comenzó esta estrategia por sus políticas de educación. En cambio, Chile debe acogerse a ese camino, el cual es bastante largo.

Lo que nuestro país debe realizar es más soporte estatal en políticas de corto plazo para incentivar al empresario a innovar con poco riesgo y alto premio, es decir, mejores operadores de capital de riesgo, eso sí, no en cualquier área o sector económico.

Tenemos que enfocarnos solo en las áreas que más nos duelen: energía, minería y recursos híbridos. Debemos obligarnos como cultura, tanto los empresarios como investigadores y gobierno a trabajar en conjunto con el foco en estos tres sectores y no por poco tiempo, ya que es un camino largo que no antes de 10 años traerá verdaderos beneficios y madurez en innovación. Un ejemplo tremendo de nuestra falta de cultura en innovar es que Chile tiene 100 mil kilómetros cuadrados (km2) de desierto en Atacama con una radiación global directa de 3.500 kilovatios-hora (kWh) por metro cuadrado (M2). Todo en cielos despejados y sin nubes, es decir, un verdadero tesoro energético. Ahora bien, cuántas patentes en energía solar, tecnología, diseño, usos, marcas, entre otras tenemos hoy sobre energía solar?

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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