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El difícil camino que le espera a la Región de Ñuble Opinión

El difícil camino que le espera a la Región de Ñuble

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Egon Montecinos
Por : Egon Montecinos Director Centro de Estudios Regionales, Universidad Austral de Chile
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Hace pocos días Ñuble inició el camino de transformarse en Región, donde vivirá altos y bajos, pero su avance sostenido dependerá de su propia gente, de la capacidad de sus líderes y organizaciones para defender la decisión de haberse convertido en un nuevo territorio a escala regional. A la luz de las experiencias de otras regiones creadas en Chile (principalmente Los Ríos y Arica Parinacota), se pueden esperar algunos escenarios y tensiones, que es necesario considerar para enfrentarlos adecuadamente.

El largo plazo versus el corto plazo. Esta idea también puede ser expresada como la tensión entre lo estratégico y lo inmediato en un territorio. Esta tensión estará presente dado que mucha gente espera que con la creación de la región se pavimente rápidamente su camino, se tapen los hoyos de las calles que deterioran sus autos, o se generen rápidamente fuentes de empleo. Pues nada de eso ocurrirá en el corto plazo, dado que, por ejemplo, el presupuesto de Ñuble Región para el 2019 no es un presupuesto propio, sino que todavía es la expresión del presupuesto planificado junto a la región del Bio Bio. Recién el año 2020 se notará una planificación y presupuesto que pueda dar cuenta de la realidad de Ñuble, pensada por sus propios actores territoriales.

Es decir, la inversión pública planificada por la propia región se verá reflejada sólo en el mediano plazo. Por su parte, la materialización de los objetivos estratégicos del nuevo territorio se verán implementados en el largo plazo. Por ello, hoy lo importante es definir lo estratégico del territorio, hacia dónde se quiere caminar, en qué tipo de territorio se quiere convertir Ñuble.

[cita tipo=»destaque»]La administración de las expectativas. Conectado con lo anterior, se presentará la situación de hacer frente a las expectativas de lo que significa ser región. No me cabe duda que hay mucha esperanza en el naciente territorio, esperanza por avanzar en reducir desigualdades, promover el crecimiento económico y el desarrollo endógeno. Es necesario comprender que el valor principal es iniciar un largo camino con identidad, con objetivos estratégicos que puedan dar cuenta de esta nueva unidad territorial. Por ello administrar adecuadamente las expectativas es vital para no provocar un efecto auto flagelante sobre la nueva región.[/cita]

La administración de las expectativas. Conectado con lo anterior, se presentará la situación de hacer frente a las expectativas de lo que significa ser región. No me cabe duda que hay mucha esperanza en el naciente territorio, esperanza por avanzar en reducir desigualdades, promover el crecimiento económico y el desarrollo endógeno. Es necesario comprender que el valor principal es iniciar un largo camino con identidad, con objetivos estratégicos que puedan dar cuenta de esta nueva unidad territorial. Por ello administrar adecuadamente las expectativas es vital para no provocar un efecto auto flagelante sobre la nueva región.

La experiencia comparada de la región de Los Ríos, indica que contar con una carta de navegación que oriente la inversión pública de mediano y largo plazo es fundamental, y sólo así, se puede garantizar que la inversión pública sea creciente con el paso de los años. Por ejemplo, el año 2006 cuando la región de Los Ríos era una provincia de la Región de Los Lagos, compartía una inversión FNDR similar con la provincia de Osorno (aproximadamente 7 mil millones de pesos). Comparado con el año 2016, la misma ex provincia de Valdivia, hoy Región de Los Ríos, tuvo una inversión FNDR de casi 52 mil millones de pesos, a diferencia de los 16 mil millones que alcanzó la actual provincia de Osorno. Es decir, es un hecho objetivo que habrá un aumento sostenido de la inversión pública en Ñuble, pero es un camino de largo aliento y que requiere ser guiado por políticas y objetivos estratégicos que orienten el desarrollo territorial.

Finalmente, el factor electoral. Este será un escenario complejo para Ñuble, fundamentalmente porque la definición de sus objetivos estratégicos se cruzará con la campaña para elección de Gobernadores Regionales el año 2020. Inevitablemente las definiciones estratégicas del territorio se entrelazarán con este inédito proceso electoral. No obstante, será clave la madurez de los líderes políticos, pero por sobre todo, el rol que cumpla la sociedad civil para hacer frente a esta situación y no desviar la mirada del futuro estratégico del territorio. Este hecho político está a la vuelta de la esquina, y sin duda afectará, ojalá positivamente, a la dinámica política del nuevo territorio.

Para quienes creemos firmemente en que la proximidad territorial influye positivamente en el desarrollo regional y en el enfrentamiento de las desigualdades territoriales, vemos con esperanza el futuro de Ñuble. Ahora, en gran parte, depende sólo de Ñuble.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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