Señor Director:
Sorpresa entre los perdedores, pero sobre todo entre los ganadores. El resultado de la consulta ciudadana sobre una laguna artificial en el Parque Padre Hurtado fue inesperado. Nadie se imaginó que la iniciativa, cuyo rostro visible fue el de Joaquín Lavín, tuviera tan contundente rechazo: 72 por ciento por el NO y una participación superior a la esperada.
Una primera aproximación sugiere que los grupos ambientalistas, opuestos a la medida, son más activos y lograron movilizar a sus partidarios, a diferencia de las personas menos interesadas en estos temas, por definición, más pasivas.
Pero no es explicación suficiente, porque no hubo campaña propiamente tal. Tan solo algunas reacciones -más bien resignadas- en las redes sociales, protestando con toda razón por la forma como se presentó la propuesta del “SÍ”, que en los hechos inducía a su aprobación.
Pero este es un caso de comunicación política en que el contenido superó a la forma. Por lo visto, la sensibilidad de la ciudadanía ante los temas ambientales -crisis de Quintero y Puchuncaví y derrame masivo de petróleo en la Patagonia de por medio- es un factor que no fue tomado debidamente en cuenta por las autoridades. Y que va a seguir estando presente mientras estos problemas no se aborden con decisión.
Jorge Gillies,
Académico de la Facultad de Humanidades y Tecnologías de la Comunicación Social UTEM.
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