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Convención de los derechos del niño en la UC Opinión

Convención de los derechos del niño en la UC

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Ignacio Sánchez
Por : Ignacio Sánchez Rector Pontificia Universidad Católica de Chile
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Esta semana se organizó un Congreso a cargo del Centro UC de la Familia en el marco de su décimo aniversario, para conmemorar los 30 años de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño. Este encuentro es de la mayor relevancia, pues esta Convención es el tratado más ampliamente ratificado a nivel internacional. Un total de 195 países lo han firmado, Chile ratificó la Convención el año 1990. Sus 54 artículos establecen los derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos de todos los niños, sobre la base de cuatro principios fundamentales: la no discriminación; el interés superior de la infancia; el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo; y el respeto por la opinión de los niños y niñas. Y si bien su aplicación es obligación de los gobiernos, el documento también define las obligaciones de los padres, profesores, y profesionales de la salud, entre otros. Es decir, toda la sociedad está llamada a velar por que los niños y adolescentes crezcan y se desarrollen en ambientes protegidos, donde se satisfagan sus necesidades de afecto, espiritualidad, alimentación, educación, y salud.

Desde la primera Declaración de los Derechos del Niño en 1959, – que incluía 10 principios y no tenía carácter obligatorio-, pasaron 30 años hasta que en 1989 se aprobó el texto final de la Convención. Hoy, treinta años después, el Centro UC de la Familia nos invitó a reflexionar en torno a lo que este importante documento ha significado en la vida de los niños y cómo en nuestro rol de educadores podemos colaborar para que estos derechos sean plenos y reconocidos ampliamente. La Convención establece que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad y es el medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, en particular, de los niños. Por ello, debe recibir la protección y asistencia necesaria para poder asumir plenamente sus responsabilidades dentro de la comunidad. En su articulado, el documento consagra el derecho del niño a la vida familiar, propiciando fortalecer el rol de la familia y promoviendo su reconocimiento para un efectivo ejercicio de los derechos de niños, niñas y adolescentes.

Es relevante destacar el trabajo que desarrolla el Centro UC de la Familia en este ámbito, el que, guiado por su misión, nos invita permanentemente a reflexionar en temáticas de familia, con el fin último de promoverla como el lugar privilegiado para el desarrollo de sus miembros y como el pilar de nuestra sociedad. Si bien para muchos niños y niñas aún subsisten desigualdades en el acceso y ejercicio de estos derechos, -los que se relacionan a las condiciones de pobreza y falta de oportunidades, en especial en educación-, son muchos los avances que ha habido en estos años en materia de derechos para los niños. A modo de ejemplo, y solo por nombrar algunos: en el ámbito de la educación preescolar se han hecho importantes esfuerzos en la mayor cobertura y atención de la JUNJI y el programa Chile Crece Contigo, planes que apoyan el adecuado desarrollo de los niños desde la primera infancia en materia de salud y educación. En el área de la salud y nutrición, el plan de vacunación de nuestros y niños y más recientemente el etiquetado de alimentos y bebidas son iniciativas que a nivel nacional han resultado relevantes en un adecuado crecimiento de los niños.

Sin embargo, el Comité de Derechos del Niño de Naciones Unidas ha señalado que existen graves violaciones a los derechos garantizados por la Convención en algunos casos de niños que se encuentran bajo la supervisión de organizaciones del Estado, -como lo que se han conocido en los últimos años en el Sename-, los que se han abordado por sus nuevas autoridades y que ha contado con el apoyo del parlamento. Por otra parte, el aumento de consumo de drogas por los niños y jóvenes es un tema de gran actualidad que requiere una atención urgente.

Estas iniciativas son tarea de toda la sociedad. En la universidad no hemos estado ajenos a esta realidad, el Centro UC de la Familia, realizó el año pasado un seminario que analizó el rol del Estado como protector de la infancia. En él se dieron a conocer los resultados del estudio “Atención de la infancia vulnerable en Chile: Diagnóstico sobre su institucionalidad y propuestas de mejora”. Para avanzar en este apoyo, el año 2015 iniciamos en la universidad un trabajo con el Servicio Nacional de Menores para implementar el proyecto de Biblioteca Escolar Futuro en sus Centros de Internación Provisoria. A través de este espacio los invitamos a participar de una red lectora y a soñar a través de las historias plasmadas en los libros para que así pudieran asomarse a un futuro mejor.

Es importante agradecer la participación que tuvimos de panelistas e invitados internacionales por su contribución a esta discusión y al Centro UC de la Familia por la organización de este Congreso. Esta reunión fue una oportunidad para analizar las brechas existentes en nuestro país, y a través de la discusión se pudieron definir algunos pasos a seguir para avanzar en el cumplimiento de la Convención, a través de la colaboración con las instituciones pertinentes. Esta es una gran oportunidad para avanzar en los desafíos que se plantean y desarrollarlos de manera interdisciplinaria.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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