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Nepotismo pa’ los regalones Opinión Crédito: Agencia UNO

Nepotismo pa’ los regalones

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Eda Cleary
Por : Eda Cleary Socióloga, doctorada en ciencias políticas y económicas en la Universidad de Aachen de Alemania Federal.
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La casta política chilena viene estirando la cuerda hace mucho tiempo creando un sistema de nepotismo insustentable que se alimenta con recambios incestuosos generacionales que mantienen el status quo del abuso permanente. Son los enjuagues de los “regalones”, cuya principal característica, curiosamente, es su odio a la libre competencia, su adoración de los recursos del Estado, pero sólo cuando se benefician ellos mismos, la imposición del mérito a terceros y la insoportable tentación de alcanzar el éxito por el dulce atajo del nepotismo ayudados de sus padres, parientes o compadres.  


Así solían ofrecer los vendedores ambulantes de Chile sus productos de navidad para hacerlos más atractivos a los posibles compradores: “pelotas pa’ los regalones”, “chocolates pa’ los regalones”, “globos pa’ los regalones”.

Iban de una calle a otra cargados con sus plásticos y dulces con el fin de ganarse la vida peso a peso en el Chile de los exitosos. Aquellos que gritan a cuatro vientos las bondades del libre mercado. Los mismos que chillan contra la “ineficacia” del Estado y deliran de devoción frente a las infinitas “delicias” del mercado libre. No para ellos, por supuesto, sólo para los demás, pues ellos se vienen sirviendo del Estado, de los impuestos, de los fondos de pensiones, del negociado con la educación y la salud y muchos otros negocios más, hace décadas.

El libre mercado no vale para los regalones ya que sus padres son los que los sacan a promover sus negocios a costa de los impuestos de todos los chilenos. Ahora se hace con todo desparpajo. No se les mueve una pestaña, porque es tanta la impunidad moral y la subordinación de sus seguidores que justifican incluso que se deje a Codelco, empresa estatal que le vende a la China 50% del cobre chileno, fuera de la gira presidencial a ese país. Piñera acomodó en el avión presidencial a su familia, y de paso también a la mujer de Frei, quien es funcionario de su gobierno. El conocido empresario Luksic, otrora financista de Bachelet y acreedor de su hijo, por supuesto invitado por Piñera a la China, se burló de Codelco por haber protestado frente a esta indignante decisión, llamándolos a hacer giras comerciales propias, mientras el mismo gozaba de la gira presidencial. Ena von Baer, que mintió con desenfado en la TV pública acerca de las coimas empresariales para financiar su campaña, también era otra de las “regalonas” en el viaje del Presidente. La flor y nata de los apitutados.

El Chile de los “regalones” está destruyendo nuestro país. Se trata de personajes sinvergüenzas que se aprovechan de sus parentescos, de sus contactos políticos o institucionales para beneficiarse con los recursos del Estado. Durante los vergonzosos años de la Concertación toda la casta política llenó el aparato público de hijos, hijas, primas, compadres, tíos, tías o sencillamente de operadores subalternos para hacer y deshacer con lo que le pertenece al país. Vendieron  el agua, el cobre, las telecomunicaciones, privatizaron los servicios sociales ( no se olviden los 1300 niños pobres de Sename que murieron a manos de instituciones privadas subsidiadas por el Estado).  Como premio se les aumentó los subsidios con el apoyo a rajatabla de todo el Parlamento con contadas excepciones.

[cita tipo= «destaque»] El juego de los “regalones” es siniestro y el nepotismo no sólo mata, sino que se da el lujo de transformar en “perdedores” a toda la gente decente. Son matones y matonas, abusadores y abusadoras, descarados y descaradas que pululan por el país riéndose del mérito.  Los hijos de Pinera, bien los saben, porque a pesar que su “emprendimiento” sólo era de un  mes, “calificaron” para la gira a China . El nepotismo es subdesarrollo, destrucción medioambiental, discriminación social, mal uso de los recursos públicos y lo más trágico: profundamente antidemocrático.[/cita]

Piñera hizo campaña contra el nepotismo y lo primero que se le ocurrió fue nombrar a su hermano Pablo embajador en la Argentina, pero ya no pudo, la presión y embarazo político lo sobrepasó. No pudo salvar la cara. Pero arremetió muchas veces más con los hijos de sus compadres y socios y ahora sacó de paseo a la China a sus hijos, que “por casualidad” acababan de fundar entre gallos y medianoche una empresa de robótica (Kauai Labs Spa) interesada en estrechar lazos justamente con el gigante asiático.  La ministra de Educación Marcela Cubillos, se ha dedicado a entregar puestos sobre pagados en el ministerio a una serie de “regalones” a costillas del erario nacional con una naturalidad que espanta a la gente de trabajo.

La casta política chilena viene estirando la cuerda hace mucho tiempo creando un sistema de nepotismo insustentable que se alimenta con recambios incestuosos generacionales que mantienen el status quo del abuso permanente. Son los enjuagues de los “regalones”, cuya principal característica, curiosamente, es su odio a la libre competencia, su adoración de los recursos del Estado, pero sólo cuando se benefician ellos mismos, la imposición del mérito a terceros y la insoportable tentación de alcanzar el éxito por el dulce atajo del nepotismo ayudados de sus padres, parientes o compadres.

En Chile, la gente está curada de espanto frente a tanto abuso. Ya no creen en nada ni en nadie. La responsabilidad histórica de la Concertación al despolitizar la sociedad chilena y declararle la guerra al libre pensamiento, atrofió nuestro país intelectualmente y le dio afrecho a los depredadores de siempre: los avivados de todo el espectro político.  Es la razón por la que Soquimich se pudo comprar el parlamento poniéndole precio a los políticos sin ninguna consecuencia jurídica. Ahora hay colusiones para los empresarios regalones, giras presidenciales para las familias de la elite, impunidad para los militares ladrones, los jueces corruptos y políticos evidentemente irresponsables y flojos. El ejemplo de regalar los así llamados medidores inteligentes a las empresas privadas, pero cancelados en su totalidad por los usuarios, es tan sólo una muestra de la inmoralidad de una casta política totalmente alienada de sus representados. Incluso las dos diputadas comunistas Vallejo y Cariola votaron a favor de esa onerosa ley de Bachelet. Estamos en el “!sálvense quien pueda!”.

Así sucedió recientemente en Sri Lanka. El nepotismo  y corrupción descarados de esa clase política, con todos los parientes del presidente Sirisena en altos puestos y jugosos negocios junto a un primer ministro peleado a muerte con él, estaban ocupados de sus asuntos y de sus “regalones” cuando una célula suicida islámica mató a mansalva a más de 300 inocentes durante el domingo santo y dejó más de 500 heridos.

Ninguno de los ministros regalones se dio el trabajo de chequear más de 10 advertencias provenientes del servicio secreto de la India meses antes de los hechos criminales de semana santa. Incluso, los nombres de los asesinos estaban contenidos en las listas de los posibles sospechosos de terrorismo elaborado por la India. Habría bastado sólo un chequeo para haber podido prevenir la tragedia de tantas familias.  Este ejemplo ilustra cómo el nepotismo y la corrupción pueden adoptar formas criminales. Es gente que se sirve del estado para beneficiarse personalmente o a sus partidos hasta que duela. No existe compromiso ni empatía con la nación. Son sujetos fundamentalmente indiferentes, pues las granjerías las reciben sí o sí.

La gran pregunta es si en Chile habrá todavía suficientes políticos decentes para parar el escándalo de la corrupción, nepotismo y tráfico desenfrenado de influencias para ganar plata. ¿Cómo se para a una casta parlamentaria que gana sueldos obscenos y que ya han perdido cualquier noción de lo que es la vida del chileno común? Si no fuera por Sharp en Valparaíso, ni siquiera tendríamos la esperanza de que algo puede hacerse. Pero ya durante sus dos primeros años de gestión redujo la deuda municipal del puerto en casi 6000 millones de pesos sólo parando las concesiones abusivas a privados de los alcaldes corruptos anteriores. De esta manera sentó un precedente de dignidad y decencia municipal que marca la diferencia con el desenfrenado nepotismo practicado hace años por la alcaldesa de derecha Reginato en Viña del Mar. Los así llamados “déficits” son en la práctica robos a la comunidad. El ejemplo del puerto de Valparaíso habla por sí solo.

El juego de los “regalones” es siniestro y el nepotismo no sólo mata, sino que se da el lujo de transformar en “perdedores” a toda la gente decente. Son matones y matonas, abusadores y abusadoras, descarados y descaradas que pululan por el país riéndose del mérito.  Los hijos de Pinera, bien los saben, porque a pesar que su “emprendimiento” sólo era de un  mes, “calificaron” para la gira a China . El nepotismo es subdesarrollo, destrucción medioambiental, discriminación social, mal uso de los recursos públicos y lo más trágico: profundamente antidemocrático.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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