El mes pasado hemos visto que el Banco Central ha relajado política monetaria rebajando la tasa de interés en 50 puntos base, lo que sorprendió al mercado sobre todo por la magnitud del ajuste, algunos esperaban que nuevamente el Banco Central pudiera bajar la tasa este mes. Esto ayuda a mejorar la actividad económica al mejorar las condiciones crediticias y la inversión.
En estricto rigor al bajar el precio del dinero reflejado en la tasa de interés debería hacer más atractivo el consumo presente, que posponer las compras actuales, si el premio por ese sacrificio es mínimo. Y lo mismo pasa con la inversión, al bajar la tasa de interés permite que el costo alternativo baje.
Pero qué ocurre si los agentes económicos tienen las expectativas que el precio de los activos pueda bajar en un futuro próximo. En ese caso lo mejor es mantener la caja o liquidez esperando buenas oportunidades de inversión. En esa situación el efecto de política monetaria ya no tiene efectos esperados sobre la actividad económica, en particular sobre la inversión. Incluso en esa situación lo óptimo es mantener niveles de inventarios pequeños ante una posible caída de la demanda debido a una mayor tasa de desempleo.
La importancia de los créditos se justifica porque existen gastos que solo se pueden financiar con endeudamiento, pero las personas y empresas debería ser responsables en términos de financiar activos o bienes de largo plazo o que duren más de lo que dura el crédito que permite su compra, por ejemplo un refrigerador, una lavadora en el caso de los hogares o una propiedad, pero es habitual observar que muchas personas financian gastos corrientes como mercadería o un viaje que dura 5 o 10 días, regalos para fechas especiales, que luego se pagan en muchas cuotas.
Cuando las familias ya tiene un nivel de endeudamiento alto, al bajar la tasa de interés es difícil traspasarla a las familias, dado que el nivel de endeudamiento razonable ya se encuentra en un nivel limite o demasiado alto, en estas circunstancias una caída de la tasa de interés podría permitir renegociar deudas mejorando las condiciones crediticia, más que seguir aumentando el consumo a costa de mayor crédito, eso además sería irresponsable, recordemos que el sistema financiero funciona con depósitos de terceras personas, siendo su labor principal evaluar riesgos, son intermediarios, que toman el dinero de los ahorrantes y lo prestan, estos préstamos deberían hacerlos en términos seguros que permita garantizar la devolución de los ahorros.
Por el lado de los créditos al sector empresarial relacionado a la inversión, el panorama externo que ha elevado la incertidumbre respecto de las condiciones futuras y las consecuencias de la guerra comercial sobre la actividad económica mundial, generan un escenario poco propicio para incrementar la inversión. Además, dada la alta concentración económica que existe en el país, donde un grupo reducido de empresas controlan gran parte del producto interno bruto, y dada la experiencia pasada de fallas importantes en los sistemas de gestión de control y regulación que provocó la crisis del año 82 en nuestro país, así como la experiencia acumulada de las crisis bancarias, nos ha demostrado la necesidad de poner límites a la concentración de préstamos bancarios, así como evitar carteras relacionadas a los grupos económicos que controlan una entidad, todas estas regulaciones necesarias o políticas crediticias pueden limitar la transmisión de la política monería hacia la actividad económica.
De ahí la necesidad de complementar la política monetaria con la política fiscal para lograr un mejor efecto sobre la actividad económica. La ventaja de la política monetaria es que es mucho más rápida que la política fiscal. Y también se ha aprendido que el estímulo monetario puede llegar a límites que se veían poco predecibles en el pasado. Lo anterior, significa que el Banco Central tiene bastante espacio para seguir relajando la tasa de política monetaria, pero debe ir evaluando paulatinamente su impacto sobre la actividad económica, sin perder de vista su objetivo principal que es mantener controlada la inflación y evitar a toda costa procesos deflacionarios.
El nivel de deuda púbica de Chile aún es relativamente bajo respecto de otros países de la región, pero al mismo tiempo es importante evitar que aumente con el propósito de tener espacios ante un escenario más adverso. Finalmente, no debemos olvidar que un alto déficit fiscal es una promesa cierta de incrementos impositivos en el futuro, la deuda de Estado es la deuda de todos los ciudadanos de un país.