En mayo recién pasado, el gobierno portugués anunció decisiones importantes para los ciudadanos de ese país, en primer lugar y en vista del alto costo del servicio de electricidad, rebajó el IVA que se aplica a este servicio en un 17%. El IVA era de un 23%, por lo tanto, los usuarios solo cancelarán un 6%. Esta medida abrió un debate en España, sobre la necesidad de rebajar el IVA a este servicio, por el impacto en el bolsillo de los usuarios.
En Conadecus hemos impulsado, desde hace mucho tiempo, la necesidad de instaurar un IVA diferenciado, por los beneficios que esta medida significaría para los consumidores. Chile es el único país de Latinoamérica que tiene IVA único.
Este debate se da con los economistas neoliberales, tanto del actual gobierno como de los pasados. Ellos sostienen que el IVA debe tener una tasa única para todos los productos y servicios. Según estos economistas, “no es posible” porque sería de un alto costo controlar su aplicación y además incentivaría la evasión. Pero la gran mayoría de los países europeos y latinoamericanos lo aplican, porque medidas de este tipo son necesarias para acortar la brecha entre los más ricos y los que tienen menos. Como lo demuestra Portugal, no tienen dificultades para controlar las variables, que atemorizan a los neoliberales chilenos.
Estas son las medidas que el dogmatismo económico de los neoliberales no acepta, a pesar de que estas son las causantes de las desigualdades del modelo neoliberal, por lo tanto, el país necesita medidas que alivien el bolsillo de los ciudadanos con menores ingresos.
Para graficar con más claridad lo que significa el IVA en un producto de primera necesidad, tomaré como ejemplo “el pan”, con un consumo promedio de 100 kg anuales por persona (según el INE), esto tomado como dato estadístico, pero todos sabemos que en los sectores de menos ingresos es fácilmente superior en varias veces. Una familia normal chilena, que compre 1,5 kg de pan diario a un precio de $1.000, le significa pagar $239,49 pesos diarios aproximadamente, si esto lo multiplicamos por los 365 días del año, significa un monto de $87.413 pesos, solo en “IVA” al pan anualmente.
Por esto, se debería implementar el IVA diferenciado donde se incluyan: la canasta básica de alimentos, medicamentos, artículos escolares, libros, frutas, verduras y los servicios básicos como la luz, agua y gas, que beneficia a los sectores de menos ingresos, a la llamada “clase media”, en tiempos en que el costo de la vida sube sostenidamente, son precisamente éstos sectores los más golpeados.
Los ejemplos donde se aplica el IVA diferenciado son múltiples, pero en la mayoría se aplican tres tipos: el primero es el rebajado y en algunos casos incluso con algunos productos con “0” IVA; el segundo es IVA general que hoy en Chile es 19%; y un tercero que es para los productos considerados de lujo, con tasas del 28% de IVA.
Además, es necesario considerar que si bien el Gobierno envió un proyecto para rebajar la última alza de la electricidad y crear un fondo de estabilización, esto implicará que en el futuro las eventuales rebajas estimadas no se traspasarán a los usuarios, ya que esas rebajas amortizaran el fondo que estabiliza las alzas.
Desde Conadecus proponemos que se rebaje el IVA de los servicios básicos, agua, luz y gas del 19% al 4%, lo que permitiría una rebaja directa en las cuentas para los usuarios del 15%. Chile necesita medidas concretas y que nuestros gobernantes piensen en los ciudadanos y/o consumidores, o como quieran llamarnos los neoliberales.