Chile es el tercer país exportador de paltas del mundo, el sector genera más de 19 mil empleos directos y beneficia a más de 51 mil personas solo en la V Región. Además, es la industria que tiene mayor riego tecnificado del país y cumple con las más exigentes certificaciones internacionales, como los sellos Global GAP, el Grasp y el Rainforest Alliance, que certifican el menor consumo de agua, la menor erosión de los suelos, la protección del hábitat de la vida silvestre y la detención de la deforestación.
Nuestro país enfrenta una de las sequías más importantes de su historia y el 2019 es el año con menores precipitaciones desde que se tiene registro. En este escenario todos los actores nacionales estamos tomando una mayor consciencia no solo por el cuidado del agua, sino también por tener un consumo responsable y privilegiar los productos y alimentos sustentables.
El día 19 de diciembre, en este mismo medio, el señor Rodrigo Aljaron mencionaba en una columna que, a raíz de los desafíos planteados por la COP25 a la industria alimentaria, las personas debían ser responsables de reducir las pérdidas, los desperdicios y recursos que se utilizan en la producción, citando como ejemplo a los paltos que consumen 389 litros de agua por kilo. Si bien este dato de consumo de agua es cierto, es importante aclarar que está en línea o incluso es menor que el de otros cultivos de frutas, como las manzanas y cítricos, y es mucho más bajo que el que implica la producción de carne, que alcanza a 15 mil litros de agua por un kilo.
Chile es el tercer país exportador de paltas del mundo, el sector genera más de 19 mil empleos directos y beneficia a más de 51 mil personas solo en la V Región. Además, es la industria que tiene mayor riego tecnificado del país y cumple con las más exigentes certificaciones internacionales, como los sellos Global GAP, el Grasp y el Rainforest Alliance, que certifican el menor consumo de agua, la menor erosión de los suelos, la protección del hábitat de la vida silvestre y la detención de la deforestación.
Asimismo, los paltos en Chile son el único cultivo carbono positivo, lo que quiere decir que este tipo de plantaciones combaten el cambio climático, según lo confirmó el Estudio de Huella de Carbono en Productos de Exportación Agropecuarios de Chile, del año 2010, del INIA, que estableció que los paltos en laderas capturan más CO2 que el que genera su producción y comercialización. Lo mismo fue comprobado por el Imperial College of London, UK, que establece que los paltos en laderas que reemplazaron a la vegetación xerófila (espinos y otros matorrales) son capaces de capturar 2,5 veces más CO2 que este tipo de vegetación porque tienen mayor potencial de almacenamiento (43,4 ton/ha de CO2 contra 16,42 ton/ha).
Por otra parte, estudios nutricionales han demostrado que la palta chilena es un “súper alimento” debido a las condiciones climáticas de las zonas donde se cultivan, que la hace tener características únicas en cuanto a cantidad de aceite. Tiene vitaminas A, B, C, E y K, ácido fólico, potasio, magnesio, zinc, fósforo, omega 3 y fibra. Además, es la única fruta sin carbohidratos que contiene proteínas. Sus grasas positivas ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares y es recomendada por la Sociedad Chilena de Cardiología y American Heart Association.
Así, la palta es uno de los alimentos que más aportes nutricionales entrega por litro de agua requerido en su proceso productivo. Por ejemplo, considerando solo el ácido fólico, aporta 300 veces más que un kilo de carne y 7 veces más que un plátano.
Por lo tanto, resulta clave que los consumidores preocupados por elegir productos sustentables tomen decisiones correctamente informados, sobre todo respecto a la palta, considerando que el país no solo es el tercer exportador del mundo, sino también uno de los principales consumidores de esta fruta.