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Chile al desnudo Opinión

Chile al desnudo

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Nunca en nuestro país había tomado tanta fuerza la pobreza y las condiciones infrahumanas en que tantas personas viven a diario.

El estallido social de octubre mostraba el claro trasfondo de desigualdad y falta de acceso a servicios y derechos básicos. Sin políticas públicas que ayudaran a mitigar un problema de magnitud gigantesco, que nos acompaña hace décadas y al que lamentablemente nos acostumbramos. En un contexto, en que la incertidumbre y la llegada del mes de marzo generaba especulación cae como una bomba el Covid 19 en nuestro país.

Dos shocks seguidos, sin pausa. El primero de origen interno y el segundo externo. Como fuere, dos shocks sin precedentes.
El primero mostró lo que hoy algunos desconocen o dicen desconocer: La pobreza y todo lo que ello conlleva: falta de oportunidades, de acceso a bienes y servicios de primera necesidad, hacinamiento, y un infinito etcétera que muestra nítidamente cómo la desigualdad económica y social en Chile es vergonzosa e inhumana.

El coronavirus o Covid 19 trae consigo un sinfín de predicciones y proyecciones económicas. Muchos dicen que será como la crisis de 1982, y se recuerda también la crisis asiática y la crisis sub prime. Ninguna de estas crisis es comparable al escenario actual que ha dejado al descubierto las precariedades y un Chile al desnudo, que muchos no quieren ver.

Impacta ver que algunos analistas y políticos hablan de datos olvidando totalmente que tras cada dato hay personas y familias que viven el día… ¿O solamente en ficción, como en la película «Parásitos», existe el hacinamiento y el hambre? Lo único que es materia de comparación en cifras responde a temas de desempleo, inversión, producto, y muchas variables económicas, que son datos que se deben utilizar para ejecutar eficientemente los mecanismos de acción y solucionar las falencias, y no para lucirse en televisión.

Las actuales políticas públicas no están siendo efectivas. Las cajas de alimentación ayudan hoy pero no es suficiente. En escasos metros cuadrados viven 10 personas o más, El bono Covid no es suficiente, y ningún mecanismo actual lo es: pan para hoy y hambre para mañana. ¿Hasta cuándo las autoridades van a improvisar?

Como en todas las crisis, de toda índole, lo peor y lo mejor del ser humano aflora. Vemos empatia, humanidad y generosidad en muchos. En otros, hacer «la vista gorda», vivir en una burbuja y pensar sólo en «mi ganancia» y metro cuadrado recuerda inevitablemente el equilibrio de Nash: ¿mi mejor estrategia?, Coopero o no? , ¿y yo qué gano? La miseria del egoismo. La miseria humana donde, si yo no tengo beneficio, ¿para qué voy a cooperar?

En materia de política pública el FMI aprobó una línea de crédito que las autoridades deben canalizar a todos, pero no especialmente a los sectores donde no se puede esperar más, porque la bolsita de té ya no tiene color.

Es imperativo un sueldo básico de emergencia mínimo $ 300.000, y ¿donde? Ahí están los alcaldes que deben conocer la realidad de su comuna y tener claro el catastro de quienes necesitan de manera urgente y necesaria. En ese orden. Cada municipio debe tener claridad absoluta en esto y actuar. Por supuesto, el gobierno debe poner urgencia en ello y canalizar a los municipios. En la demora que surge entre debates innecesarios y políticos la gente muere de hambre o Covid. Hay que materializar ya.

Lo bueno que se ha hecho son las residencias sanitarias y la intención de hacer llegar 2.5 millones de cajas de alimentación.
Lo malo, la política reactiva en todo ámbito. Improvisación, malas señales y contradicciones. La mala fe de algunos. Los «dimes y diretes» de partidos políticos que a nadie ayudan y tampoco importan. ¿Las ayudas en materia financiera a emprendedores y pymes? Sin letra chica seria ideal, lamentablemente van acompañadas de requisitos absurdos en el actual escenario: no tener Dicom (medio Chile está en Dicom) , emitir boletas y no tener morosidades en la banca y el infaltable «Registro Social de Hogares». Más de medio Chile antes del Covid sobrevivía con $ 300.000. Ahora, con más de un millón de personas sin empleo: ¿Va a pagar la cuota de una tienda o un crédito si apenas subsiste?

En materia cultural, nos comparamos con países europeos, sin embargo, muchos chilenos (no todos) son únicos en desafiar lo establecido en probar hasta donde estira el elástico, en que tal vez «no me pillen». Así no hay política que ayude, y acá no digo que la culpa sea de la gente, la gran mayoría acata y pone de su parte, pero esta minoría es vergonzosa. El gobierno debe hacer un mea culpa y reconocer los errores, la falta de proactividad, el intento de «nueva normalidad», por favor; en un ejemplo podemos mencionar Francia, que abrió 70 escuelas en mayo pasado y las tuvo que cerrar. Acá el año escolar está perdido, y en hora buena pues ad portas del invierno y con 45 alumnos en una sala es mejor no imaginar lo que podría ocurrir. Es mejor perder un año que perder la vida, una lógica que no amerita análisis. Así podríamos seguir enumerando errores como abrir malls y comercio nada indispensable.

Es lógico que cada empresa debe atenuar el daño y ojalá no romper el tema contractual. Como sea el desempleo seguirá al alza siendo un escenario peor que una guerra.

La economía se basa en cifras ciertamente, cifras que son familias. Nada nuevo bajo el sol, sólo que este virus viene a mostrarnos que hace décadas estamos sobreviviendo con un «virus» peor: Esconder bajo la alfombra los problemas por el «qué dirán», ¿Qué dirán de los ingleses de Latinoamerica?, ¿Del mejor sistema de salud del planeta?, ¿De la copia feliz del edén?.

Erradicar el Covid y el «virus» antes mencionado implica abrir los ojos, actuar con empatia y humanidad. ¡Eso es la economia, es la ciencia social que debe velar por el bienestar y calidad de vida de las personas! Los datos los dejamos para analizar, contrastar y ver qué hacer en materias y políticas públicas.

Al cerrar este análisis, quisiera subrayar cuatro cosas:

1. Desabastecimiento no habrá en algunos bienes pero si en otros. La cadena alimenticia está funcionando de manera lenta y el mercado negro ya se instaló. Nuestra matriz productiva ya tomó otros matices, y el repunte, como economía abierta depende de la situación de nuestros principales destinos de exportación.
2. Hago un llamado a las AFP. El dinero es de los cotizantes, entreguen por favor ese 10%, que nadie nos asegura llegar a la edad de jubilación y ahora es cuando el hambre y las carencias apremian. Por último en un afán de «buena señal»
3. Hago otro llamado para solucionar urgentemente los obstáculos al cobrar los seguros de cesantía y también para poner fin a las cuentas médicas millonarias en hospitalizaciones referentes al Covid. Por último, y no menos importante, las personas con menos ingresos que tiene acceso a la banca usan cuenta Rut del Banco estado, por ello hago un llamado a eliminar los cargos al retirar dinero y al hacer transferencias.
4. Las penas por no cumplir cuarentenas, cordones sanitarios y toque de queda deben tener un castigo, pero las multas millonarias y penas de cárcel amenazantes no tienen efectividad ni llegada, el camino para hacer que las personas cumplan no va por ese camino. La vía al cumplimiento es otra.

Esta columna no es estadística por respeto a quienes están viviendo carencias gigantescas, y además porque la economía es una ciencia social que debe velar por la calidad de vida de las personas (lo reitero)

5. Todos las proyecciones para este año están subestimadas. La contracción económica y el desempleo (entre otras) vienen fuertes, pudiendo alcanzar los dos dígitos.

6. A quienes están a cargo de las políticas socioeconómicas: es imperativo separar lo importante de lo urgente.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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