La actual pandemia ha removido los fundamentos de nuestra sociedad y economía, incluyendo algunos ámbitos que teníamos por supuestos y hasta por exitosos. Esta crisis ha sido tan dura que nos ha llevado a plantearnos la validez del modelo una vez más y buscar nuevas alternativas más solidarias y respetuosas. Los parques urbanos pueden y deben contribuir con la esperada etapa de rediseño socio-ambiental a la vez de que pueden ayudar en el imperativo de mantener un distanciamiento mínimo entre personas que otros lugares públicos no lo permiten.
Los parques urbanos tienen un reconocido rol ambiental y la salud de la sociedad. Y aunque, esta es una historia ya inserta en nuestro consciente colectivo y nuestros deseos de dignidad, lamentablemente sigue sin encontrar soluciones de corto plazo, y con una visión de largo plazo. Pero el rol de los parques urbanos, y cómo hacemos uso de ellos, tiene más relevancia que nunca en tiempos de pandemia. Cabe preguntarse entonces, cómo se ha manejado el acceso y uso de los espacios públicos como los parques urbanos en Chile. Por precaución fueron cerrados inmediatamente y se han mantenido así invariablemente, sin cuestionamientos. Hasta donde sé esta decisión fue unilateral y su rol actual no ha estado en la discusión pública. El problema es que se ha llegado al punto de limitar las libertades individuales con criterios contradictorios y sin consultas ciudadanas.
Actualmente en el mundo hay opiniones divididas sobre si se deben mantener abiertos o cerrados los parques urbanos. Por ejemplo, la agrupación mundial de jardines botánicos y la asociación de parques urbanos, a pesar de que destacan la importancia de los parques urbanos para la salud de la sociedad, reconocen que la decisión debe ser tomada basada en la realidad local. Así es como mientras hay muchos parques urbanos cerrados al uso público, algunos otros han sido enfáticos en su rol socio-ambiental y decidieron que lo más importante era mantenerlos abiertos para que la gente pudiera seguirlos usando. La respuesta de ellos fue tomar precauciones y establecieron protocolos para el adecuado acceso con el fin de disminuir el riesgo de contagio.
Ya no es novedad que la respuesta de las autoridades de Chile ha sido poco lucida, claramente caótica y con un desconocimiento vergonzoso de la realidad de muchas comunas. Han sido particularmente ejemplarizadores los naipes caídos del ex-ministro de salud sobre los techos de millones de habitantes hacinados en sus casas y sin espacios públicos disponibles. Salvo algunas plazas de juegos, los parques urbanos fueron cerrados. De hecho, el ministro de vivienda y urbanismo llama a denunciar a los vecinos si alguien entra en algún parque. Pareciera una buena medida de protección ciudadana ante el desconocimiento de los efectos negativos de permitir el acceso. Sin embargo, la primera idea crítica que me surgió fue cuando el jardín botánico de Valdivia y otro de los parques de la ciudad estaban cerrados precisamente en los días que se discutía la necesidad de abrir los malls y supermercados para mantener activa la economía. Paradójicamente, Valdivia tiene la suerte de ser la ciudad con mayor cantidad de áreas verdes urbanas per cápita de Chile, dos de ellos dependientes directamente de la Universidad y que aún están cerrados, mientras que el único mall de la ciudad está abierto. Dónde están las prioridades me pregunto.
Es insólito que la gente tenga menos preocupación de entrar al mall que hacer uso de los parques urbanos. Pero es más indignante el fomento de las autoridades por mantener las actividades de consumo más que actividades al aire libre donde el principal beneficiado no es la salud de las personas, sino que mantener la riqueza de los empresarios. El momento de mayor indignación, y que me llevó a escribir, fue cuando leí que arrestaban a personas por ingresar al cerro San Cristóbal a hacer ejercicio. Y aunque entrarán a fumar y tomar cervezas!! -yo lo haría con gusto-. Hasta qué punto se pueden coartar las libertades individuales en este país. Como puede ser que sí se permite ingresar a espacios cerrados, con un gran flujo de público y con protocolos de sanidad dudosos. Cómo pueden castigar a estas personas que optan por ejercitarse y no ir a un mall a consumir. Cómo las personas que deben estar diariamente encerradas en su casa no tengan otra opción que ir a consumir. Algo debe cambiar pronto. Así como son aceptados los protocolos de seguridad de estos grandes mercados de consumo, porque no generar las medidas adecuadas en los parques donde naturalmente es más fácil controlar el distanciamiento mínimo necesario.
Más Parques Urbanos en Chile ahora, nuevas “zonas de sacrificio” en las ciudades para nuestro futuro
En este país, se han declarado con una increíble lógica “zonas de sacrificio” que implican la destrucción ambiental y de las poblaciones humanas cercanas bajo la alegoría del crecimiento económico. Nuevamente esta lógica de mercado deja su huella. Antes que todo yo no valido este mecanismo de desarrollo, pero será bueno entonces comenzar a sacrificar zonas en las ciudades y aumentar los bienes socio-ambientales de los parques urbanos. Compensar a los miles de familias hacinadas en viviendas sociales, sin acceso a parques públicos y con una densidad poblacional más allá de lo recomendado, esto incluso antes de la pandemia. Pareciera que es más rentable para el estado y las municipalidades hacinar muchas familias en algunos metros cuadrados, o destinar espacios urbanos a una fábrica, que hacerse cargo de la mantención del parque. Sin embargo, son muchos los estudios que demuestran tanto beneficios socio-ambientales como económicos. Como por ejemplo, aumentando el comercio local a pequeña escala y los ingresos por turismo. También se ha demostrado que la gente en los parques urbanos puede cosechar frutos o plantas medicinales para el consumo familiar o para la comercialización.
Hoy más que nunca los parques urbanos tienen un rol fundamental en el bienestar social y debiera existir una política que fomente el acceso y aumente las áreas verdes, idealmente con bosquetes de especies nativas. Establecer quintas con árboles frutales, cultivos de plantas medicinales y alimenticias para el libre uso de los ciudadanos. Por eso insto al ministro de vivienda y urbanismo, a las municipalidades, a las universidades con sus parques y jardines botánicos a que no evadan su rol. Que no se dejen llevar por el desconocimiento y la comodidad. Y para aquellos que no sepan cómo mejorar su gestión, que sepan que hay muchos ciudadanos fuera de sus oligarquías políticas, económicas y pseudo- intelectuales deseosos de contribuir y hacer uso de los pocos espacios que tenemos. Hago un llamado a las autoridades para que le permitan a sus ciudadanos mantenerse activos sin la necesidad de comprar, de ir a un restaurant o un cafe. Que la reactivación de las grandes empresas no sea la única motivación de este des-gobierno y que para eso los encargados de los parques trabajen en conjunto con los respectivos servicios de salud para activar medidas de cuidado en conjunto. Por favor, abran los parque ya.