Lo que debemos dejar muy claro en la Constitución es que las FF.AA. son las únicas que tienen el poder de las armas y que su propósito es la defensa de la soberanía e independencia de Chile, y la protección del interés nacional donde sea que esté ubicado. Las instituciones de la defensa no existen para resguardar procesos eleccionarios, administrar a Chile en época de catástrofe, realizar controles de movilidad en época de pandemia, resguardar el orden público en estados de excepción, construir caminos, apagar incendios y, así, muchas otras cosas que los políticos les piden realizar en épocas de paz.
Normalmente no escribo de temas de política. Escribo sobre la Defensa Nacional y las Fuerzas Armadas. Pero en esta oportunidad me aproximaré a lo político desde la óptica de las instituciones a las que se les ha entregado el monopolio del uso de la fuerza y de las armas.
Independientemente de lo que diga la Constitución que está vigente, las Fuerzas Armadas de Chile y las de todos los países del orbe existen –a excepción de las que pertenecen a países con regímenes totalitarios en donde su principal tarea consiste en mantener en el poder al régimen dictatorial no democrático– para defender la independencia y soberanía, y proteger el interés nacional donde sea que esté ubicado.
Las instituciones de la defensa no existen para resguardar procesos eleccionarios, administrar a Chile en época de catástrofe, realizar controles de movilidad en época de pandemia, resguardar el orden público en estados de excepción, construir caminos, apagar incendios y, así, muchas otras cosas que los políticos les piden realizar en épocas de paz. No son las FF.AA. las que eligen las tareas que van a realizar. Cumplen órdenes, pero a la vez se aseguran de que lo que se les pide sea legal y algo para lo cual tengan los medios, capacidades humanas y el entrenamiento requerido.
[cita tipo=»destaque»]Las Fuerzas Armadas se deben a Chile y los chilenos. Lo de no deliberantes, disciplinadas y jerarquizadas es una obviedad que no agrega mucho valor, pero que no está de más indicarlo si eso deja tranquilos a los que así lo desean. Sí deben tomar la precaución de detallar en qué consiste la no deliberación, para evitar discusiones inútiles sobre el tema.[/cita]
Evidentemente no las queremos opinando o tomando decisiones relacionadas con política contingente, pero ello no implica que no puedan opinar o manifestar su opinión cuando se burlan de ellas o les faltan el respeto a sus héroes. Las queremos dedicadas a lo suyo, pero si las metemos en un cuanto hay de cosas como las mencionadas anteriormente, corremos el riesgo de que se les vea como actores políticos, algo que ellas no desean o no buscan, pero que es algo a lo que constantemente son llevadas por las autoridades políticas de turno.
Lo que sí debemos hacer es dejar muy claro en la Constitución que las Fuerzas Armadas son las únicas que tienen el poder de las armas y que su propósito es la defensa de la soberanía e independencia de Chile, y la protección del interés nacional donde sea que esté ubicado. Se deben a Chile y los chilenos. Lo de no deliberantes, disciplinadas y jerarquizadas es una obviedad que no agrega mucho valor, pero que no está de más indicarlo si eso deja tranquilos a los que así lo desean. Sí deben tomar la precaución de detallar en qué consiste la no deliberación, para evitar discusiones inútiles sobre el tema.
Habiendo sido claros en lo que necesitamos y les pedimos, la pregunta que sigue es: ¿qué esperan ellas de sus mandantes? Esperan respeto, esperan que no se les meta en temas que salen de lo suyo, esperan sueldos y pensiones dignas, ya que están dispuestas a dar la vida por Chile, no cobran horas extras y no se pueden sindicalizar o ir a la huelga, y esperan seriedad de parte de sus autoridades en la defensa de lo que es Chile y que no seamos tan buenos para regalar lo que la sangre de muchos costó lograr.
Para cerrar, es hora de entender que no pertenecen a uno u otro bando político, y que no van a sacar nada quienes pretenden anularlas o neutralizarlas para realizar su asalto al poder, o de ganar su favor para evitar que ello ocurra. Se deben a Chile y los chilenos, a su soberanía e independencia, y al resguardo de los intereses nacionales.