A riesgo de ser declarado interdicto del proyecto político y de Gobierno, por algún(a) novel del comando, y antes de que se siga profundizando en los errores políticos en la incipiente campaña presidencial, le doy estos consejos no pedidos. No quisiera escuchar nuevamente “nadie lo dijo” o “no lo vimos venir”. Lo hago con la mejor intención y disposición.
1. La soberbia no es buena consejera, no construye unidad ni amplía la base de adhesión. El sentido autoritario y mesiánico, sin argumentos y sin escuchar, no son parte de la política ni de la democracia.
2. Como ha quedado probado, es un error estratégico exaltar la juventud como gran mérito del cambio, despreciando la experiencia, la trayectoria, el “tener calle” y el haber ganado elecciones. Más aún si son los mismos los que siguen haciendo más de lo mismo (oligarquía). ¡No cometa los mismos errores!
3. Constituye un grave error estratégico y político intentar alinear autocráticamente las filas en torno a un tema altamente sensible para la gente, controvertido que, por lo demás, estuvo en la base de la explosión social. Más aún cuando se explica mal la idea. Esto es POLÍTICA, por lo que se requiere más claridad y diálogo.
[cita tipo=»destaque»]Si se quiere abrir opciones para un proyecto político de futuro, es preciso equilibrar bienes públicos con los privados; lo patriarcal con lo matriarcal; la competencia con la solidaridad; lo técnico con lo político; la juventud con la experiencia; sumar más que restar. Se requiere gente con más calle, que le haya ganado a alguien, se deben superar el nepotismo y la endogamia sociocultural que embarga al sector. Entender que más allá de la derecha económica hay “otros” distintos que reclaman consideración, respeto y participación política. Le deseo el mayor de los éxitos, le pido abrir espacios a la participación y colaboración.[/cita]
4. Resulta deplorable intentar someter a parlamentarios solo con amenazas. En momentos en que la probidad y la ética están gravemente cuestionadas en el país, se demanda algo más que ese peregrino autoritarismo. Se espera reflexión y escucha. El voto de un parlamentario es inviolable y no puede haber “órdenes de partido”, ni de coalición, menos de un comando electoral. Sugiero leer el artículo 38 de la Ley Orgánica Constitucional de Partidos Políticos y apegarse a su espíritu y letra.
5. El mérito académico es importante, pero, además, se requiere buen criterio y sentido común, es decir, eso que se denomina “calle”, conocer la realidad de la gente común, esa que con dificultad llega a fin de mes con su sueldo. Es decir, con la mayoría de los chilenos.
6. Tengo la seguridad que en el país hay una centroderecha muy distinta al fiel de la balanza que se quiere encontrar en las tres comunas. Tiene inquietudes, intereses y problemáticas que no están siendo adecuadamente consideradas. Sugiero impulsar una centroderecha más moderna, que no siga haciendo más de lo mismo, con los mismos que nos trajeron a este desastre político.
7. Se requiere un proyecto político que enfatice el sentido ciudadano, social, republicano, democrático y laico, que supere los dogmas, incluidos los económicos. Comprometido con el emprendimiento y el orden, en un entorno solidario. Es necesario salir del paradigma de una derecha conservadora, autoritaria, individualista y egoísta.
Si se quiere abrir opciones para un proyecto político de futuro, es preciso equilibrar bienes públicos con los privados; lo patriarcal con lo matriarcal; la competencia con la solidaridad; lo técnico con lo político; la juventud con la experiencia; sumar más que restar. Se requiere gente con más calle, que le haya ganado a alguien, se deben superar el nepotismo y la endogamia sociocultural que embarga al sector. Entender que más allá de la derecha económica hay “otros” distintos que reclaman consideración, respeto y participación política. Le deseo el mayor de los éxitos, le pido abrir espacios a la participación y colaboración.