Señor Director:
El lamentable conflicto entre Rusia y Ucrania no desembocará en lo que las redes sociales ignorante y dolosamente han denominado como la «Tercera Guerra Mundial», porque básicamente dicho encuentro bélico no reviste ni lo hará en el futuro, el carácter de mundial, ni siquiera alcanzará el nivel del continente europeo, ello a consecuencia de cómo los aliados y simpatizantes de la República ucraniana se han restado de prestarle apoyo militar, limitándose únicamente a las sanciones económicas contra el gigante liderado por Vladimir Putin. Pero tales sanciones, sean económicas, políticas, culturales o diplomáticas, no detienen las balas. No desvían los misiles. No inmovilizan a los tanques ni tampoco salvan vidas ni mucho menos pueden revivir a quienes ya fallecieron. Porque no será una guerra mundial ni tampoco una guerra propiamente tal; lo que estamos contemplando es y será una masacre sin precedentes, que desembocará con un río de sangre y una pila eterna de cadáveres destrozados, todo ello mientras el resto del mundo, cómodo y a kilómetros de distancia, observa la barbarie como un insensible e indiferente cómplice.
Matías Vidaurre Vilo.