
Más allá del eslabón: la cadena
Respecto a la pregunta de si alcanzarían a presentar una buena propuesta de texto constitucional el 4 de julio, la ex presidenta de la Convención Constituyente, Elisa Loncon dijo: “…vamos a lograr instalar los derechos que antes no estaban reconocidos, eso es bueno para Chile», (Entrevista en el diario El Mercurio del 4 de enero de 2022).
Otras personas involucradas en el proyecto constituyente afirman que los pueblos de Chile aprobarán la propuesta porque el proceso fue participativo, paritario, y, por primera vez, incluyó a través de cuotas a los pueblos originarios.
Todo eso es, a mi juicio, positivo. Pero no suficiente. Lo ideal es que la propuesta que emane tras el proceso de armonización nos permita sostener que el texto constitucional posibilitará un mayor bienestar para todos, todas y todes.
Por lo mismo, estas semanas que quedan son claves. Del trabajo de los y las convencionales emergerán principios, reglas, y un diseño del Estado y de sus principales procesos. Responsabilidad y sostenibilidad fiscal; deber de contribuir al financiamiento del gasto público, según capacidad y propiciando la progresividad; independencia de la política monetaria; promoción de la protección del consumidor y de la libre competencia; entre otros, son elementos básicos para el buen manejo económico. Y eso, a su vez, es condición necesaria para financiar los derechos sociales que el texto constitucional buscará garantizar.
De manera consistente a esos principios, la propuesta de nueva Constitución conformará instituciones y definirá los principales procesos que éstas llevarán adelante. También establecerá cómo las instituciones interactuarán entre ellas, en qué plazos y con qué contra pesos.
En otros términos, la Convención Constituyente está proponiendo a la ciudadanía un nuevo sistema, una nueva sala de máquinas. Proyectar con una visión integral cómo funcionará ese sistema es fundamental. El Banco Central, por ejemplo, es una pieza clave. Que el Banco Central pueda desarrollar su misión con autonomía, aislado del ciclo político y con alto nivel técnico es necesario, pero no suficiente. Para el buen funcionamiento de la economía se requiere también de una institucionalidad fiscal sólida, tanto a nivel nacional como subnacional.
En esta cuenta regresiva al 4 de julio no basta enfatizar lo importante que son algunas de las piezas, las requerimos a todas y a todas funcionando en su mejor nivel. Al fin de cuentas, la cadena es tan fuerte como el eslabón más débil. Por lo mismo, la invitación es a recuperar la perspectiva global.
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