En los últimos años, Chile viene enfrentando una de las sequías más grandes de su historia, a tal punto que el racionamiento del agua potable es una amenaza que podría convertirse en realidad en algunas comunas del país, en los próximos meses, si es que la ausencia de lluvias persiste.
Es por lo anterior, que desde distintos sectores la alternativa de construir plantas desalinizadoras ha tomado fuerza y emerge como una solución segura, probada y sostenible en el tiempo para contar con el recurso hídrico, tanto para el consumo humano como para las actividades productivas.
Si bien naciones como Israel, Egipto, Estados Unidos y Brasil, entre otros, son un ejemplo a seguir y nos llevan la delantera en la materia, nuestro país ya conoce de muy cerca los beneficios que entrega dicha tecnología. En efecto, sectores como la Minería y Energía, entre otras, han apostado con éxito por las plantas desalinizadoras para sus procesos y actividades.
De acuerdo a datos de la Asociación Chilena de Desalinización (ACADES), en Chile existen más de 25 plantas desalinizadoras de carácter industrial, las que en conjunto producen más de 8.600 litros por segundo. De ese total de plantas, un 75% son empleadas en el sector minero, 20% en ciudades y 5% en los sectores pequero y eléctrico.
Si bien el mercado ofrece diversas tecnologías para la desalinización, una de las más empleadas en el planeta es la de Osmosis Inversa, la cual usa el principio de osmosis para eliminar la sal y otras impurezas, transfiriendo el agua a través de una serie de membranas semipermeables. Se llama Osmosis Inversa porque es en el sentido contrario del proceso natural de Osmosis, para lo cual debe aplicarse una presión suficiente al agua de mar para que pase a través de las membranas.
Las plantas que utilizan esta tecnología, desde las pequeñas hasta las de gran escala, producen agua desalinizada que puede ser a su vez convertida en agua potable o industrial de alta calidad, tanto si proceden de agua de mar como de agua salobre, a la vez que cumplen con estrictas normas de salud y seguridad.
Independiente de la tecnología que se emplee, la desalinización de agua de mar presenta las siguientes ventajas: