Hace unas semanas el gobierno anunció su plan de recuperación llamado “Chile Apoya”, que busca otorgar alivio económico a las personas. Una de las medidas que más destaca es la del fortalecimiento del acceso a crédito para 100.000 MyPymes no bancarizadas, que de acuerdo a los datos del Ministerio de Economía fue el sector más golpeado por la pandemia: experimentaron las mayores bajas en niveles de empleo y remuneraciones y se contrajeron de manera importante el número de microcréditos y el monto de los mismos.
Las estimaciones indican que en Chile hay más de dos millones de microemprendedores, cuyo aporte al PIB alcanza el 17% y que generan más de un millón de puestos de trabajo. A pesar de su relevancia en la economía nacional, hay un aspecto clave que se constituye como una deuda pendiente en la que poco se ha avanzado en los últimos años. Se trata de la inclusión financiera. De acuerdo al último informe de educación financiera del Centro de Políticas Públicas UC, en base a datos de la Encuesta de Microemprendimiento (2019), el acceso y uso de instrumentos financieros por parte de los microemprendedores es muy bajo: solo el 10% tuvo acceso a algún tipo de financiamiento formal para iniciar su negocio, el 27% ha solicitado créditos y apenas el 8% acepta tarjetas como medios de pago. Todo esto condiciona de manera negativa su sostenibilidad y posibilidades de crecimiento. Al bajo acceso al financiamiento, se le suma una alta aversión al crédito y al sistema financiero, lo que redunda en un sector donde predomina la informalidad, bajos ingresos y negocios que se asocian más a empleos de subsistencia que a la generación de valor con perspectiva de crecimiento y sostenibilidad en el mediano plazo.
Las medidas anunciadas por el gobierno dan pasos en la línea correcta para avanzar en la inclusión financiera de este grupo. Ahora bien, es importante considerar que, de acuerdo a cifras del mismo informe del CPP UC, la mitad de los microemprendedores no lleva ningún tipo de contabilidad de sus negocios y casi un tercio no puede separar sus gastos personales de los de su negocio. Por otro lado, solo 9,7% de las capacitaciones que han recibido ha sido en temas de contabilidad y finanzas. Ante la falta de experiencia y conocimientos técnicos es relevante impartir asistencia técnica y acompañamiento que apunten al aumento de la alfabetización financiera y a la formalización de los negocios.
En este escenario, el solo acceso a financiamiento es una medida totalmente insuficiente. Es necesario que estos créditos se acompañen de educación financiera e instancias de seguimiento que permitan que las MyPymes hagan un uso adecuado del dinero en pro del crecimiento de sus negocios, de manera contraria serán recursos públicos perdidos.