Todo indica que el pleno de este jueves sea rechazada la propuesta del FA de elevar el quórum de 2/3 para las reformas constitucionales, por lo que se buscará en la segunda oportunidad llegar a los 4/7 para las reformas, situación que dará un nuevo aire a la coalición e iniciarán una campaña para aprobar con reformas. Para los partidarios del rechazo, enfrascados en una campaña de “todo o nada”, sin lograr hasta ahora renovación en sus ideas, perderán la oportunidad de presentar una opción diferente y terminarán reduciendo su ventaja actual. Acercadas las preferencias, la experiencia de la última elección presidencial se repetirá y probablemente ganará el apruebo.
Las últimas encuestas registraron una importante tendencia al Rechazo de la propuesta de nueva Constitución. Sin contar aún con textos definitivos y normas transitorias, las preferencias siguen marcadas por esa opción, hasta hoy.
Lo que se inició como un proceso arrollador sobre sectores más conservadores o de centroderecha –también de centroizquierda–, terminó convirtiéndose en una seguidilla de “errores no forzados” que rápidamente fueron generando oposición en una parte importante de la población. Con más del 70% de los votos a favor por una nueva Constitución y habiendo elegido una gran mayoría de convencionales, un sector más radical terminó siendo autodestructivo al pretender algunos extremos insostenibles.
En el medio de este panorama se encuentra el Gobierno del Presidente Gabriel Boric, con un elevado nivel de rechazo en las encuestas y una coalición que se amplía diariamente para poder sobrevivir. Todo esto en menos de noventa días, basado solo en anuncios esporádicos y continuas explicaciones, sin siquiera haber desarrollado hasta ahora una agenda política.
Para el actual Gobierno un triunfo de la opción Rechazo sería su lápida. En un ambiente exacerbado por los contantes errores comunicacionales y contradicciones de una coalición desarticulada, el Presidente no consigue darle un rumbo claro a su Gobierno, mientras el tiempo de las buenas intenciones se agotó.
Más aún, el Gobierno enfrentará una verdadera “lluvia“ de expectativas que finalmente no podrá satisfacer, afectado por la situación económica mundial complicada y con focos de inflación muy destructivos para los salarios. Muy probablemente tendrá que recurrir a la experiencia política de la centroizquierda, ampliando aún más su coalición a costa de su principal aliado, cada vez más incómodo.
Una vez que el Gobierno desechó una tercera vía de solución al plebiscito, la única salida que le está quedando es “aprobar para reformar”, lo cual necesariamente requerirá un quórum de aprobación de 4/7 para las reformas en el período de transición. Pretender subir el requisito a los 2/3 es simplemente actuar con el azar de una moneda al aire y el Gobierno no está en condiciones de correr ese riesgo.
Así las cosas, todo indica que en el Pleno de este jueves sea rechazada la propuesta del FA de los 2/3, por lo que se buscará en su segunda oportunidad llegar a los 4/7 para las reformas, situación que dará un nuevo aire a la coalición e iniciarán una campaña para aprobar con reformas. Los partidarios del Rechazo, enfrascados en una campaña de “todo o nada”, sin lograr hasta ahora renovación en sus ideas, perderán la oportunidad de presentar una opción diferente a la “catástrofe” y terminarán reduciendo su ventaja actual.
Acercadas las preferencias, la experiencia de la última elección presidencial se repetirá y probablemente, guste o no, ganará el Apruebo.