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Recreación y desarrollo cognitivo en la infancia

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Por: Claudia Figueroa León


Señor Director:

Para desarrollar la cognición y habilidades de aprendizaje de niñas y niños es necesario tener claro que la experiencia y resolución de problemas son fundamentales. El exponer a los niños a distintas actividades recreativas, imaginativas, deportivas o desafiantes es siempre promotor de sus habilidades y potencialidades en la medida en que los acompañemos para solucionar sus desafíos.

Por ejemplo, para los más pequeños pintar podría desafiarlos a iniciar y terminar la tarea, hacerlo dentro de los márgenes o incluso acomodar el lápiz de manera más fácil para que el trazo sea suave y fluido. Para otros niños, el deporte promoverá en ellos la estrategia para organizar su equipo, llegar a un arco, pegarle con dirección a una pelota, etc. Todo ello lo disponen para aprender de ellos mismos y de su entorno de manera más flexible y creativa, que es la base de la inteligencia.

El uso de pantallas, por más que sea un elemento que también impone desafíos, no es que limite del todo el aprendizaje, sino más bien lo perjudica al ser un instrumento que aísla a los niños (aunque estén jugando en línea), pues les hace perder la socialización de las propias habilidades emocionales y cognitivas, aspectos fundamentales para adaptarse a una comunidad.

Asimismo, el exceso de pantallas disminuye la creatividad y la actividad física, fundamental para el desarrollo inicial, y además, la actividad imaginativa, base del aprendizaje escolar.

El tiempo de exposición es variable según la etapa del desarrollo, pero en general con una o dos horas diarias debería ser suficiente para dar paso a otras actividades recreativas que expongan a nuestros niños al desafío de explorar y conocerse.

Claudia Figueroa León,

académica Facultad de Ciencias de la Rehabilitación UNAB.

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