Opinión
Como gobierno nos parece importante responder esta pregunta sobre el 5 de septiembre que inquietó tanto a la ciudadanía como a la prensa, y así despejar el tema para poder concentrarnos en lo que nos parece lo más importante del actual momento: que todos y todas conozcan el texto íntegro de la propuesta de nueva Constitución y que puedan decidir informadamente, y con plena libertad, si aprueban o rechazan.
Cuando en el plebiscito de entrada, cerca del 80% de las personas marcaba claramente la necesidad de una nueva Constitución y determinaba cuál era el camino para llegar a ella, la democracia chilena alcanzó uno de sus puntos históricos más altos. Personas de todas las regiones, de distintos orígenes sociales, hombres y mujeres, independientes de izquierda, de centro o de derecha, decidían juntos y juntas que este sería el camino y que transitaríamos por él con personas 100% electas para ello.
Ese día, los y las chilenas optaron por más Democracia. En ese camino avanzamos como país y el 4 de septiembre será un día histórico independiente de cuál de las dos legítimas opciones se imponga en el plebiscito de salida.
Si triunfa el Apruebo tendremos como gobierno un desafío enorme para implementar ese nuevo texto y, por supuesto, mejorar aspectos de la propuesta de nueva Constitución. Esto es claro porque las constituciones, al menos las democráticas, no están escritas en piedra sino que permiten cambios en función de lo que anhela o demanda la ciudadanía.
Por otro lado, si es que no gana el Apruebo, como señaló el Presidente Gabriel Boric el viernes pasado, seguiremos el mandato del 25 de octubre de 2020 que pidió una nueva constitución escrita por una convención distinta de los otros poderes del Estado, la que tendremos que aprobar vía reforma constitucional, con los quórums disponibles y que implicará que la resolución del tema constituyente se extienda por cerca de un año y medio más.
Como gobierno nos parece importante responder esta pregunta sobre el 5 de septiembre que inquietó tanto a la ciudadanía como a la prensa, y así despejar el tema para poder concentrarnos en lo que nos parece lo más importante del actual momento: que todos y todas conozcan el texto íntegro de la propuesta de nueva Constitución y que puedan decidir informadamente, y con plena libertad, si aprueban o rechazan.
Ese es nuestro esfuerzo y deber como gobierno. Y esperamos que todos puedan difundir el texto completo sin importar si ya están por el Apruebo o el Rechazo. Esto, porque acceder al texto completo es la posibilidad de decidir y participar de la democracia de manera profunda. Por lo mismo es que nadie, de ningún sector político, debería de restarse de llamar a conocer el texto íntegro y votar en conciencia y lejos de la oscuridad de las noticias falsas.
Debe existir total claridad en cuanto a que las personas necesitan evaluar si la propuesta de nueva Constitución satisface o no sus -tan urgentes como históricas- demandas que dieron origen al proceso constituyente. El voto informado implica saber cuál es el camino después del 4 de septiembre. E insisto, implica evaluar si las expectativas en vivienda, pensiones, salud u otros derechos sociales comenzarán a cumplirse después del próximo plebiscito.
Finalmente, deseo manifestar mi esperanza en los momentos que vive Chile. Les debo mencionar en estas líneas que en cada rincón que visitamos del país, la gente se agolpa buscando acceder al texto.
Chile quiere saber sobre los contenidos de la propuesta, Chile quiere decidir informadamente, y las personas saben que están siendo parte de la historia.
Chile quiere más y mejor democracia.
