Opinión
Las cifras presentadas durante la primera semana de julio por el Ministerio de Desarrollo Social son más que preocupantes. Sin duda alguna, que la pandemia ha dejado y seguirá dejando huellas en nuestra sociedad. Lamentablemente, la cifra de pobreza aumentó, como no había ocurrido desde hace 20 años en Chile.
Si bien las ayudas del gobierno, tal como las de la administración anterior, serán un pequeño alivio para las personas más vulnerables, los datos indican que la crisis económica es más fuerte de lo que pudimos habernos imaginado hace dos años atrás.
Una prueba clara de aquello es la línea de la pobreza, indicador de la capacidad de satisfacer las necesidades básicas de una persona. Esa estadística indica que actualmente, la línea de la pobreza está por sobre los 200 mil pesos, un número muy alto para una gran mayoría de chilenos.
Según proyecciones de los expertos, más de 150 mil personas se podrían considerar en estado de pobreza, al menos en la dimensión económica, subiendo de un 10,8% a 11,6% de la población, mientras que la pobreza extrema iría de un 4,3% a un 4,5%, teniendo el peor escenario desde inicios de siglo.
Es a raíz de esto, que desde las instituciones del Estado tenemos que poner en marcha un Plan Nacional contra la Pobreza. Tenemos que usar las herramientas de las instituciones para focalizar directamente los recursos a quienes más lo necesitan, de manera organizada y sin desperdiciar los cada vez más escasos recursos.
Fortalecer el empleo, financiar proyectos PYME, intervenir familias con falta de oportunidades, asegurar el normal desarrollo de niños, niñas y adolescentes en situación de riesgo, construir redes de apoyo a nivel municipal, provincial y regional son elementos obligatorios para salir de esta situación tan oscura para un grupo importante de los chilenos.
Un elemento fundamental, será el combate a la pobreza rural. Hoy las personas del mundo agrícola, forestal, pesquero, minero y de todos los mundos del trabajo que no está concentrado en las grandes ciudades del país. Ahí tenemos una falta de desarrollo que lamentablemente, está siendo más golpeada y que, si no intervenimos, no podremos recuperar en el futuro próximo.
