Señor Director:
Se ha vuelto recurrente y contumaz confundir a la audiencia y lectores en distintos medios sobre qué significa, en la nueva Constitución, el derecho a la vivienda digna y adecuada. Se dice que no estaría garantizado el derecho a la vivienda propia. Lo hemos escuchado nuevamente de Constanza Hube e Iván Poduje, defensores del rechazo, en un programa de televisión. Lo que señalan es un abierto engaño que busca confundir mañosamente y manipular las expectativas de las personas.
Primero, porque el derecho a propiedad está resguardado en el artículo 78 en completa forma y fondo; y en sus aspectos expropiatorios, supera normas de varios países desarrollados. Retoma además los aspectos fundamentales de la propiedad, como es su función social, y la moderniza agregando la función ecológica, fundamental para nuestro futuro. No es cierto que se contemplen pagos parciales, ya que se habla de “el pago”, es decir, solo uno. Y se refiere a “modalidad” de pago porque la derecha obligó a incluirlo durante el debate para ampliar las posibilidades del alegato jurídico sobre plazo o condición en tribunales.
Segundo, porque los panelistas ocultan el significado —consensuado mundialmente — que tiene el concepto de “vivienda digna y adecuada”, precisado internacionalmente por Naciones Unidas, aceptado técnicamente por la Unión Europea y aplicado en constituciones como la española, por ejemplo. Esto quiere decir que vivienda digna y adecuada es la forma aceptada para incluir, además de la vivienda en propiedad, la vivienda en arriendo o en comunidad, garantizando la seguridad de la tenencia de un bien. Así, el párrafo 2 del articulo 51 se explaya sobre lo que se debe entender por vivienda adecuada.
Por último, lo que ocultan es que el articulo 51 de la nueva constitución contó con 133 votos en la convención, es decir, 17 votos de derecha, incluido el del ex ministro de Vivienda y Urbanismo de Sebastián Piñera, lo que es de toda lógica y sentido común cuando se conocen las urgencias de la población y se ha tenido que gestionar la provisión de vivienda social. Pero lo más ingenioso es cuando le adjudican intenciones al Presidente Gabriel Boric por una política de arriendo que comenzó en el primer gobierno de Sebastián Piñera luego del terremoto. Por favor, elevemos el debate.
Genaro Cuadros, arquitecto urbanista,
Universidad Academia de Humanismo Cristiano.