Todos los miembros del ecosistema nacional de ciencia, tecnología e innovación, tanto públicos como privados, estamos mandatados a tomar mayores responsabilidades en el diseño y puesta en marcha de iniciativas que ayuden a “equiparar la cancha” e incorporar los temas de género como es debido.
Chile ocupa el tercer lugar en la OCDE con mayor equidad de género en patentes científico-tecnológicas. Así lo reveló recientemente el Reporte de Género: Análisis de Mujeres Inventoras de Inapi, que añade que la proporción de mujeres inventoras chilenas en las solicitudes de patentes de invención subió 5,4 puntos respecto al año 2020.
Significa un gran hito para nuestro país. Nos ayuda a posicionarnos no solo en el ámbito científico-tecnológico, sino que también desde el punto de vista de la propiedad intelectual, y de las patentes de invención.
Este tercer lugar en equidad de género en patentes científico-tecnológicas es un reflejo de la buena investigación y desarrollo (I+D) que se ejecuta en Chile, y que necesitaba visualizarse no solo a través de publicaciones científicas, sino también a través de las patentes de invención.
Chile muestra buenos estándares de calidad a nivel internacional en publicaciones científicas. Eso se refleja en el número de citas por publicaciones por año. Al año 2018 en promedio los artículos científicos chilenos fueron citados 3,7 veces, y el promedio de la OCDE es 3,8 veces. Si se considera el hecho de que poseemos una comunidad de investigación pequeña (1,1 personas dedicadas a I+D por cada mil trabajadores), comparados con el promedio de la OCDE (8,6 personas dedicadas a I+D por cada mil trabajadores), es algo muy sobresaliente.
[cita tipo=»destaque»]Hay que redoblar esfuerzos para que lo visto en el ámbito de patentes se refleje en otras áreas del conocimiento.[/cita]
Pero también, estos resultados deben ser tomados con mesura y con altura de miras. Debemos seguir mejorando no solo la equidad de género en patentes de invención, sino que también en la cantidad de artículos científicos que son publicados por mujeres, la progresión equitativa en la carrera científica de las investigadoras en universidades y centros de investigación, el apoyo en el aumento de emprendimientos liderados por mujeres, y en aumentar la participación de mujeres en el mercado laboral y en sectores intensivos en conocimiento, como los sectores de tecnología, innovación y emprendimiento tecnológico.
Es un avance. Pero aún falta mucho por recorrer. Hay que redoblar esfuerzos para que lo visto en el ámbito de patentes se refleje en otras áreas del conocimiento. En este sentido, hay brechas que aún falta por disminuir en el ámbito STEM y que han sido detectadas en el estudio del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación llamado “Evaluación de Brechas de Género en la Trayectoria de Investigación” de este año.
En ese estudio se refleja que las investigadoras en Chile publican en promedio menos artículos científicos que los investigadores, junto con el hecho de que el sistema de financiamiento a la investigación científica no trata de igual manera a hombres y mujeres, existen diversas barreras que impiden progresar a las mujeres en la carrera de investigación científica, y que las investigadoras reciben un salario 11% inferior al de sus colegas hombres, teniendo los mismos años de experiencia, productividad científica y adjudicaciones de fondos públicos.
Todos los miembros del ecosistema nacional de ciencia, tecnología e innovación, tanto públicos como privados, estamos mandatados a tomar mayores responsabilidades en el diseño y puesta en marcha de iniciativas que ayuden a “equiparar la cancha” e incorporar los temas de género como es debido.