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Los nuevos aires de la política exterior del Gobierno Opinión

Los nuevos aires de la política exterior del Gobierno

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Magdalena Sepúlveda y Vicente Silva
Por : Magdalena Sepúlveda y Vicente Silva Magdalena Sepúlveda es directora ejecutiva de la Iniciativa Global por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales y antigua Relatora de la ONU sobre Extrema Pobreza y Derechos Humanos. Vicente Silva es representante para América Latina de la Iniciativa Global por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (GI-ESCR).
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Si el Gobierno del Presidente Boric –liderado por Cancillería– lograra articular a los gobiernos de la región en torno a la necesidad de enfrentar la elusión y evasión tributaria y los paraísos fiscales, no solo fortalecería su vocación multilateral y posición de liderazgo regional y global en la materia, sino que permitiría también que la política exterior turquesa cuente con los recursos suficientes para garantizar los derechos humanos, avanzar en la equidad, ampliar los espacios democráticos y proteger al planeta. Liderar en política fiscal internacional es el ingrediente adicional que se necesita para estar a la altura de los tiempos y las necesidades de chilenos y chilenas, que esperamos ver consolidado en este nuevo ciclo de política exterior del Gobierno. 


Con fecha 28 de julio de 2022m la ministra de Relaciones Exteriores, Antonia Urrejola, publicó una columna haciendo un balance de los primeros 4 meses de política exterior del Gobierno de Chile. La política del Gobierno ha sido descrita como una política exterior turquesa. Es decir, una agenda basada en el multilateralismo, el respeto por los derechos humanos y la protección medioambiental, priorizando la integración y construcción de posiciones comunes desde América Latina.

El hecho de que la ministra escribiera la columna informando sobre los avances logrados en estos meses es un ejemplo concreto de las «energías renovadas” del Gobierno y de los esfuerzos de Cancillería para enfrentar y liderar nuevos desafíos, rindiendo cuentas de la gestión y acercándose a la ciudadanía. 

Los avances logrados a pocos meses de gestión del actual Gobierno son realmente destacables y se encaminan a recuperar la vocación multilateralista del país. En particular, la integración de Chile al Acuerdo de Escazú sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales da un marco normativo para avanzar en cooperación regional y justicia climática. También es importante celebrar la creación de la coalición «Américas por la Protección del Océano». Siendo un país con una de las costas más largas de mundo, es destacable que desde la política exterior se haga hincapié en la relación entre cambio climático y sostenibilidad de los océanos y se participe en espacios de cooperación política para salvaguardar el ecosistema marino. 

Uno de los aspectos más innovadores de este “nuevo ciclo” en la política exterior es, sin duda, la transversalización del enfoque de derechos humanos y la perspectiva de género. Con determinación se sitúa a Chile en el grupo de países de vanguardia que desde un par de años vienen implementando este enfoque en su política exterior, como Canadá, México y Suecia. 

Estos avances son fundamentales para que Chile avance con equidad hacia una transición social y ecológica, poniendo a las personas y al planeta en primer lugar. Existe una estrecha correlación entre la igualdad de género, la protección de los derechos humanos, el desarrollo sostenible y el mantenimiento de la paz y la seguridad. 

Otro factor clave, que debería estar al centro de la cooperación regional en los próximos años, es la necesidad de avanzar en un nuevo pacto fiscal en América Latina en contra de los paraísos fiscales, la evasión y la elusión. 

[cita tipo=»destaque»]La buena noticia es que Chile, así como diversos países de la región, han comenzado a levantar la voz sobre la necesidad de la cooperación regional para enfrentar los paraísos fiscales.[/cita]

Los últimos estudios muestran que, a nivel mundial, el 36% de los beneficios de las multinacionales se trasladan a paraísos fiscales. En América Latina, el abuso fiscal corresponde a un 6% del PIB de la región, y un 27% de la riqueza se encuentra en cuentas off-shore. La elusión y evasión fiscal de las empresas multinacionales agrava las desigualdades dentro de los países y entre ellos, y priva al Estado de valiosos recursos económicos para financiar servicios públicos de calidad y el tránsito hacia una economía sustentable. Por tanto, sin recursos suficientes ni cooperación internacional, no podrá haber una política exterior turquesa que pueda desarrollarse con éxito. 

Aunque el tema de política fiscal no se incluye explícitamente en la columna de la ministra, la buena noticia es que Chile, así como diversos países de la región, han comenzado a levantar la voz sobre la necesidad de la cooperación regional para enfrentar los paraísos fiscales. En la reciente IX Cumbre de las Américas, desarrollada en Los Ángeles, Estados Unidos, el Presidente Gabriel Boric hizo un llamado a avanzar hacia una convención global contra los paraísos fiscales. En esa misma línea, durante su gira a Argentina, ambos presidentes, de Chile y Argentina, expresaron su intención de avanzar en la articulación de una estrategia regional sobre fiscalidad internacional. Por otra parte, el presidente electo de Colombia, Gustavo Petro, también ha declarado su compromiso en luchar contra la evasión y elusión tributaria internacional, eligiendo, además, a José Antonio Ocampo, presidente de la Comisión Independiente por la Reforma de Tributación Corporativa Internacional, como ministro de Hacienda.

Si el Gobierno del Presidente Boric –liderado por Cancillería– lograra articular a los gobiernos de la región en torno a la necesidad de enfrentar la elusión y evasión tributaria y los paraísos fiscales, no solo fortalecería su vocación multilateral y posición de liderazgo regional y global en la materia, sino que permitiría también que la política exterior turquesa cuente con los recursos suficientes para garantizar los derechos humanos, avanzar en la equidad, ampliar los espacios democráticos y proteger al planeta. Liderar en política fiscal internacional es el ingrediente adicional que se necesita para estar a la altura de los tiempos y las necesidades de chilenos y chilenas, que esperamos ver consolidado en este nuevo ciclo de política exterior del Gobierno. 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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