El año 2000 me tocó formar parte de la primera promoción de estudiantes del Magíster en Ciencias Sociales, mención Procesos de Desarrollo de las Sociedades Regionales, de la Universidad de Los Lagos. Esta iniciativa se forjó a raíz de una fuerte influencia intelectual del profesor Sergio Boisier. Así como lo había hecho en la Universidad el Bío-Bío a comienzos de los 90, para formar el Centro de Estudios Regionales, hizo lo suyo en la Universidad de Los Lagos para tener un magíster con foco en el desarrollo regional.
Su influencia intelectual para ese entonces se complementaba con su capacidad de despliegue para realizar conferencias, clases y consultorías en diversos lugares del país y de América Latina. Su luz intelectual tenía ruedas y se expandía producto de una energía inagotable, que se combinaba perfectamente con el dinamismo de sus clases y entretenidas anécdotas sobre la Odeplan, el ILPES, el territorio de Antioquia, la admirada ciudad de Concepción y otras que quedarán guardadas en la memoria de quienes fuimos sus estudiantes.
En alguna de aquellas clases, cuando nos hablaba de los “factores y actores del desarrollo territorial”, tuve la osadía de preguntarle algo así como: “Profesor, ¿por qué en su propuesta teórica le otorga un escaso valor a la participación ciudadana y a la política en el desenvolvimiento de procesos de desarrollo regional?”. Luego de un breve debate, su última respuesta fue notable y me dijo, en su estilo: “Bueno, Sr. Montecinos, será para que usted lo estudie y lo escriba alguna vez, ahora déjeme terminar mi clase”. Amé su respuesta, porque en ese entonces el mismísimo “gurú” del regionalismo me provocó, probablemente sin ser su intención principal, a que incursionara en los estudios de la dimensión política del desarrollo territorial. Su tono sincero, a veces irónico pero motivador, muy común en el profesor Boisier, fue el gatillante para iniciar, por allá por el año 2001, mis primeras reflexiones en esta materia. ¡Gracias por eso, profesor!
Ya en ese tiempo, era un lujo tenerlo en clases, sobre todo para quienes teníamos inquietud empírica sobre los temas y problemáticas que pasaban en regiones. ¿Pero qué estaba germinando Boisier en las Ciencias Sociales, en ese entonces?
Desde el año 90, con trabajos como la construcción social de las regiones y su intento de recuperar y resaltar la Ciencia Regional en Chile, Boisier estaba construyendo una mirada del desarrollo regional desde un enfoque epistemológico integral, multidimensional, algo que era poco usual en las Ciencias Sociales. Hoy, después de años, se puede valorar mucho más el atrevimiento intelectual que tuvo al reconceptualizar el desarrollo regional, y hacernos hablar del desarrollo territorial de manera holística, desde la economía, la sociedad y el territorio. Hasta hoy es difícil encontrar intelectuales o académicos de esa envergadura.
Lo que algunos le destacan como innovador, para mí es arrojo, valentía intelectual, algo de genialidad; disruptivo, provocó lo más parecido a un cambio de era en los estudios regionales. Perdón por el ejemplo futbolero, pero para mí es algo similar a lo que logró Mirko Jozic en el fútbol chileno. En síntesis, Boisier revolucionó los estudios regionales, ¡provocó que se hablara de la teoría de la complejidad de Edgar Morin para entender los procesos regionales!
Un bonus track del profe. Muy pocos saben que Sergio Boisier terminó su doctorado “a la antigua” el año 2007. Es decir, lo concluyó después de tener una carrera académica consolidada y fue básicamente para ponerse a tono con los tiempos. Tal como me lo dijo íntimamente en su auto en un recorrido que realicé con él desde la Cepal hasta el centro de Santiago, “me di un gusto y terminé mi doctorado, ahora estaré a la altura de esta camada de jóvenes doctores académicos que no te leen si no eres doctor y solo quieren publicar ISI y ganarse un Fondecyt, a mí no me interesa eso”.
Profesor, su obra trascenderá y se leerá por años, pero como también usted era un “ser territorial”, espero que en la comuna de Purén su nombre y obra se puedan ir a leer, allá donde usted nació, allí donde nació el principal intelectual del desarrollo territorial de Iberoamérica.
Gracias por lo que hizo y buen viaje, profesor.