Resultados preocupantes entrega la reciente encuesta Chile Dice de la Universidad Alberto Hurtado y Criteria «Radiografía de la sociedad chilena de cara a un nuevo Proceso Constitucional». Uno de estos es que el 45% de las personas encuestadas señala que el resultado del plebiscito empeora la convivencia entre las y los chilenos; el 59% dice que el ambiente está muy polarizado y que se agravará en los próximos meses. Sumado a esto, también se observa una muy baja confianza hacia las instituciones, la que se intensificará en los próximos meses.
En esta misma línea, una publicación reciente del Banco Interamericano de Desarrollo, sobre confianza y cohesión social, señala que el problema más urgente que enfrenta América latina y el Caribe es, precisamente, la confianza: solo 1 de cada 10 personas cree que se puede confiar en los demás. Cuando no hay confianza, la sociedad y todos sus miembros sufren; la política es inestable; la calidad de las políticas públicas se deteriora; el crecimiento económico se desacelera; la equidad social y el bienestar individual disminuyen.
Y la desconfianza aumenta cuando existen asimetrías de poder y de información.
Sin duda la convivencia y la confianza están fuertemente afectadas en nuestro país, lo que ha sido evidenciado en distintos estudios y se ha ido transformando en un problema permanente que requiere análisis y acciones por parte de distintos sectores de la vida política y social del país.
El momento actual, en el que se exageran los miedos y se le atribuye la responsabilidad a otro, en lugar de hacer propuestas concretas que permitan avanzar en el bien común, requiere construir un horizonte de convivencia, y reconocernos en las diversidades y diferencias existentes; donde el otro distinto o desconocido no se transforme en una amenaza.
Necesitamos construir confianza, desarrollar capacidades para establecer puentes y abrir posibilidades de crear conexiones entre opuestos; recontextualizar las relaciones que tenemos y repensar cómo podemos y queremos convivir. Así también generar acuerdos dirigidos a crear condiciones de convivencia, y a promover salidas concertadas a los conflictos sociales y políticos más urgentes.