Opinión
En conjunto con Anatel, hemos querido celebrar los 65 años de la televisión abierta en Chile, en cuyos inicios y posterior desarrollo la UC ha tenido una significativa participación. A diferencia de lo que ocurrió en la mayoría de los países de América Latina en que la televisión surgió y fue administrada por el Estado, por empresas privadas o en modalidad mixta, en Chile, es a fines de la década del 50, que esta nace bajo la iniciativa y tutela de las universidades. Había en las instituciones de educación superior una capacidad de experimentación tecnológica, se contaba con laboratorios y estaba también la voluntad y el interés de los estudiantes y académicos por desarrollar iniciativas de televisión.
Es así como la UC de Valparaíso, de manera pionera decidió traer a Chile las capacidades para hacer un canal de televisión; junto a otras iniciativas que se realizan también en la Universidad de Chile. Por su parte, en la UC la televisión surgió dentro del Departamento de Investigación Científica y Tecnológica, -DICTUC-, ya que el año 1954 se tramitó el permiso para instalar una estación experimental de televisión en el Cerro San Cristóbal. Cinco años después, en 1959, en dependencias de la Escuela de Ingeniería, se construye el primer equipo de transmisión para circuito abierto. Ese mismo año se inauguran las transmisiones periódicas de emisión abierta a través de canal 2, para luego en 1961 trasladarse a la frecuencia de Canal 13. Ese año la Universidad decidió que el Canal tenía que ser parte integral de las actividades de extensión y de su fin cultural y educativo.
Hoy, la televisión se ha convertido en un medio de comunicación muy influyente en todo el mundo, es decir, es un medio de masas muy significativo, y lo sigue siendo a pesar del advenimiento de las redes sociales y su impacto global. En Chile, luego de más de seis décadas, transita hacia una industria de multimedios altamente competitiva. A lo largo del tiempo, es posible identificar desde lo que fueron contribuciones iniciales, abriendo un camino en las comunicaciones, posteriormente en la defensa de valores ciudadanos y democráticos, en la identidad y la cultura, el deporte, la entretención y aporte a la familia, junto a su trabajo para poder transmitir los valores de la Universidad y de la Iglesia. Esta tarea fue siempre compleja y muy desafiante, y estuvo siempre en un grado de tensión por el desarrollo y los cambios de la sociedad. El Canal 13 pasó por diferentes periodos, cada uno de ellos con sus características propias que respondieron a los cambios del país, a la evolución del propio medio en Chile y a su relación con la Universidad.
Así, la televisión universitaria en su estructura y financiamiento debió enfrentar la apertura a los privados, con el consiguiente aumento de la competencia y la disputa por recursos publicitarios. Este difícil escenario se vería también potenciado por la dificultad de los canales para reducir sus costos. En este contexto los medios universitarios se vieron frente a la disyuntiva de competir por el rating y la publicidad o mantenerse fieles a sus valores y propósitos y al encargo que se les había realizado. En este proceso, se buscaron alianzas y en nuestro caso, se decidió entregar a la propiedad privada el Canal 13 y su señal abierta para que se abordaran los nuevos desafíos y requerimientos económicos que la universidad no podía asumir.
Junto con la celebración de este aniversario, se reconoció la trayectoria de más de sesenta años de Mario Kreutzberger, quien ha forjado una trayectoria extraordinaria en Canal 13 y que a través de su impulso y liderazgo en estos más de cuarenta años de Teletón ha realizado un aporte muy significativo al país. Una figura que la UC reconoce y valora de manera especial. Desde el lugar en el cual nos encontramos hoy, nuevamente participando en televisión con contenidos que surgen de la actividad de la propia Universidad Católica en el Canal 13 Cable, a través de los programas “Protagonistas” y “Hablemos de Chile”, seguimos aportando al rol de las universidades en este medio abierto, masivo y transversal que sigue permeando de conocimiento y cultura a través de sus plataformas cada vez más diversas. En esta nueva etapa esperamos poder responder al desafío con el mismo espíritu de curiosidad y de visión con que iniciamos la era de la televisión experimental.
En tiempos en los cuales los contenidos e información de calidad son urgentes y necesarios, esta mirada al rol de la televisión en sus 65 años de historia en Chile es más vigente que nunca. Para asegurar la democracia, la libertad de expresión, el respeto a la dignidad de la persona y los aspectos éticos de la profesión, son imprescindibles todos los esfuerzos y trabajo colaborativo para hacer de nuestros medios de comunicación una fuente fidedigna de información y cultura. Desde nuestra universidad, seguiremos trabajando para conocer las inquietudes de la comunidad y poder así, a través de esta nueva era de la televisión, seguir entregando nuestro aporte cultural para servir mejor al país y a sus habitantes.
