Cuenta la leyenda que el Real Madrid no atravesaba un buen momento en sus arcas hasta que Santiago Bernabéu dijo: “Si nuestro principal sostén es la venta de entradas, pues agrandemos el estadio y vendamos más tickets”. Así fue como se inició la expansión de uno de los lugares más emblemáticos del fútbol.
Si la conversación se diera en la actualidad, el diagnóstico sería diferente. Las fuentes de ingresos de los clubes se diversificaron. En primer lugar, porque la experiencia del fanático es mucho más amplia y no finaliza en la compra del ticket y, en segundo lugar, porque la incorporación de la tecnología permite desarrollar soluciones de lo más variadas y complejas.
Por ejemplo, el Barcelona notó que los espectadores perdían mucho tiempo desde la llegada hasta encontrar su asiento y eso empeoraba la experiencia. Para encarar esto, crearon un gemelo digital del Camp Nou donde podían simular flujos de personas virtualmente para mejorar las comodidades. En este entorno virtual pudieron hacer pruebas rápidas y finalmente optimizar el ingreso de las personas para evitar atascos y acelerar el tiempo de acceso.
Hace unas semanas, el Valencia anunció el incremento de un 20% en la cantidad de público durante la temporada. A través de un software para manejar grandes cantidades de datos, observaron que muchos no llegaban a comer durante los 15 minutos del entretiempo, entonces desarrollaron una app para pedir comida desde el asiento. Pero, no todo fue en el estadio: para mantener la cercanía durante la pandemia, apelaron a la fidelidad de sus fanáticos más longevos –y quizás los menos tecnológicos– y organizaron llamadas con los jugadores. Una experiencia 360°.
El Real Betis está desarrollando su estadio en el metaverso para que los fanáticos vivan desde su casa lo que es estar en el campo de juego. Algo similar ocurrió en la NBA, que empezó a vender asientos para espectadores que lo miraran desde su casa. No, no era una estafa, sino una tecnología desarrollada con realidad virtual para seguir el partido desde una ubicación privilegiada. Los cascos de RV fueron uno de los regalos más populares en Estados Unidos durante la última Navidad, según la cadena de televisión CNBC.
Hace un tiempo se presentó la Asociación de Management Deportivo Chile y en la presentación estuvo Juan Iraola, uno de los responsables de la transformación digital de la Real Sociedad. El principal objetivo que se pusieron fue mejorar los puntos de contacto con el fanático y que consuman más allá de la compra del ticket cada quince días. Para lograr esto, desarrollaron un ecommerce que aumentó más del 85% en visitas y permitió vender todos los abonos de forma online. Otro de los proyectos fue un código QR implantado en la camiseta oficial que, los días de partido, al escanearlo ofrece promociones y sorteos.
Observar lo que se está haciendo en otras partes del mundo puede generar buenas ideas para el fútbol chileno. En el plano internacional un foco fuerte está en construir la infraestructura digital sobre la cual montar experiencias innovadoras. Localmente todavía algunos clubes tienen un camino que recorrer, empezando por algo tan simple como ofrecer wifi y 5G en los estadios, para luego poder construir lo más estratégico: pensar en el vínculo con los fanáticos más allá del día de partido.
Los amantes del deporte dirán que lo que importa es lo que sucede dentro de la cancha. Y tienen razón. La tecnología ahí también aporta soluciones. En 2017, Ariel Holan, actual entrenador de la U. Católica, dirigió su primera práctica en Independiente de Argentina con un dron que generó cierto recelo en algunos de sus colegas, lo cierto es que servía para tener otra perspectiva de los movimientos de su equipo, registrar todo el entrenamiento y finalmente corregir errores que de otra manera no hubiera podido. Hoy ya no es sorpresivo. Pero no es lo único: su exayudante de campo, Leandro Stillitano, que estuvo en Colo-Colo hasta hace unos días, solía marcar jugadas durante el partido en una tablet para mostrárselas a los jugadores en el entretiempo. Dando un paso más, hoy son muchos los cuerpos técnicos que utilizan Media Coach, una herramienta de análisis de movimientos que les permite recabar información precisa e inmediata, evaluar rendimientos y desarrollar informes para luego tomar mejores decisiones. La tecnología al servicio del alto rendimiento.
El software de estadística sirve tanto para el tiempo real como para la planificación a largo plazo. Si las transferencias de jugadores son una importante fuente de ingresos para los clubes, las estadísticas pueden minimizar el error. Monchi, el director deportivo del Sevilla, contó que cuando necesita, por ejemplo, un lateral derecho para reemplazar en un futuro al que tiene, mira sus capacidades físicas en base al jugador “modelo”: cuánto corre, cuál es su media, con qué intensidad y cuánto resiste.
En 2021, la tecnología en deportes a nivel global generó 17,9 mil millones de dólares, mientras que en 2026 se estima que superará los 40 mil millones, según Research and Markets. Sin Santiago Bernabéu para ofrecer sus precisos consejos de gestión deportiva, quizás sea hora para todos los clubes chilenos de optar por aquella herramienta que revolucionó diferentes áreas de la economía y que ya llegó al deporte: la tecnología.