¿Tus colaboradores están desconectados o desmotivados? Percibes que su esfuerzo se limita solo a cumplir y no así a sobresalir.
Estamos enfrentados a un nuevo desafío organizacional y tiene relación con las nuevas generaciones y el estrés acumulado durante los últimos años. Mundialmente es conocido como quiet quitting o renuncia silenciosa que explica cómo las nuevas generaciones cuidan su trabajo rindiendo lo justo y necesario.
Estos nuevos trabajadores no están dispuestos a sobreexigirse, dar más de lo que el contrato estipula, saben a la perfección las condiciones de él y lo cumplen al pie de la letra. A su favor, tienen la fortaleza de que son altamente eficientes y efectivos y aprendieron a trabajar las horas estipuladas y por objetivos.
Este nuevo tipo de colaboradores trabaja para cumplir con lo que se les pide y nada más, así aseguran el salario acordado para hacer su vida antes y después de la jornada laboral. Para ellos, tener una vida equilibrada es primordial para que les permita explorar su vida personal y mejorar la calidad de vida, que es lo más importante.
¿Qué nos llevó a esto?
Durante mucho tiempo las creencias organizacionales colectivas estaban centradas en: esforzarnos siempre más, tener un desempeño superior el 100%, trabajar más de las horas estipuladas y al mismo tiempo empatizar y aceptar que no había posibilidad de reconocimiento económico por el momento que vivíamos. Esto llevó a un deterioro de la calidad de vida de las personas, aumento de estrés laboral y sobre todo desvalorización del trabajo. En otras palabras, impulso a las nuevas generaciones de trabajadores a replantearse sus prioridades y al mismo tiempo el rol del trabajo.
¿Cómo equilibrar?
Entendamos que las antiguas creencias organizacionales nos llevaron a donde estamos.
”Para todos debe ser igual”, “necesito más compromiso de tu parte” y “todos vuelven a la presencialidad”, el pensamiento que desencadenó la renuncia silenciosa.
Mucho éxito