Hoy, Corfo ha vuelto a estar en la palestra pública, en el contexto de los planes que vinculan al organismo con el litio. Pero más allá de este tema puntual, la Corporación estableció la mirada de un Estado moderno, engendrado en la cabeza de un adelantado de la época.
Sentado en la plaza de una destruida ciudad de Chillán, el Presidente Pedro Aguirre Cerda rompió en llanto. Las personas que lo acompañaban, más niños y familias que pasaban por el lugar, lo miraban incrédulos. El Primer Mandatario llegó a ese estado emocional al ver la catástrofe que había causado el terremoto con epicentro en Chillán, ocurrido a las 23:32 horas del martes 24 de enero de 1939.
El movimiento telúrico, que fue sentido desde Valparaíso hasta Temuco, registró una magnitud de 8 grados en la escala de Richter y 10 en la de Mercalli. La zona centro sur quedó en el suelo, siendo Chillán la ciudad con mayor daño. Se estima que entre veinticuatro mil y treinta mil personas perdieron la vida.
El Mandatario, oriundo de Calle Larga, en cosa de horas estaba en Chillán. Se hizo acompañar por parte de su gabinete y por su esposa, Juanita. En su caminar por la ciudad pudo presenciar la magnitud del desastre. Casas destruidas, escombros y calles intransitables. Los cuerpos sin vida estaban cubiertos por sábanas blancas. Los servicios de salubridad estaban colapsados. El panorama era desolador. Mientras avanzaba el Presidente junto a su comitiva, la gente espontáneamente se fue sumando a su lado. Continuó su transitar, hasta que se sentó en una plaza para dar paso a esa explosión de sentimientos que no pudo simular.
Al regresar a Santiago, el primer profesor-Presidente de Chile declaró a los medios de comunicación lo siguiente: “Una de las regiones más prósperas del país ahora está en ruinas”.
De inmediato el Gobierno de Pedro Aguirre Cerda comenzó a realizar las gestiones en el Congreso para que se apruebe la creación de un organismo que ponga en pie a Chile. Las líneas de acción de esta entidad ya estaban relativamente definidas. Era un tema que manejaba al revés y al derecho “Don Tinto”. Sin ir más lejos, los pilares de este organismo estaban plasmados en las 176 páginas del libro El Problema Industrial, escrito por el mismo Pedro Aguirre Cerda en 1933. Así nació Corfo, un 29 de abril de 1939.
El rol de la Corporación fue principalmente reducir las importaciones, promoviendo la creación de nuevas industrias locales. Así se fortaleció el comercio, transporte y agricultura. La empresa nacional Industria Azucarera Nacional (IANSA) y la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), pilares básicos para la industrialización, se crearon gracias a este impulso inicial de Corfo. Se ideó Chilefilms, organismo que finalmente se oficializó en 1942, durante el Gobierno de Juan Antonio Ríos. Este Mandatario llegó a La Moneda con su eslogan de campaña “Gobernar es producir”.
Para ir a la par con esta tarea que proyectaba este nuevo servicio, Aguirre Cerda fortaleció la educación técnica profesional. Creó liceos industriales y comerciales a lo largo del país. Reabrió también las Escuelas Normales, las que habían sido cerradas por Ibáñez del Campo.
Hoy, Corfo ha vuelto a estar en la palestra pública, en el contexto de los planes que vinculan al organismo con el litio. Pero más allá de este tema puntual, la Corporación estableció la mirada de un Estado moderno, engendrado en la cabeza de un adelantado de la época. Mientras tanto, en Chillán, aún existen leyendas populares, canciones y poemas que hablan de Pedro Aguirre Cerda.