Son cuatro equipos que tienen como finalidad ir al frente, no saben mucho de especulaciones; no obstante, las llaves de este formato hay que saber jugarlas y siempre dejar abierta la opción para la vuelta. Un partido suicida puede significar quedar fuera de la gran final en Estambul.
Martes y miércoles se juegan las semifinales de ida de la Champions. El martes, la que parece ser una final claramente anticipada entre Real Madrid y Manchester City. Miércoles el clásico de la ciudad de la moda, entre el Inter y Milan.
Sin dudas, el duelo entre el equipo más ganador de esta copa y los pupilos de Guardiola, es una llave fascinante y alucinante. Los ingleses, que tienen como obsesión quedarse por primera vez con el máximo cetro europeo, vienen mostrando una vez más un fútbol sólido y contundente, con un Haaland inspirado y en su máxima expresión goleadora. Tener al noruego hoy es un plus para Guardiola, porque es de esos jugadores que solo puede definir un partido o llave con su racha actual.
Pero al frente viene el cuadro más ganador de Champions: el Real Madrid, escuadra habituada a estas instancias, con un equipo de jugadores veteranos en estas lides y que además querrán sumar una más para las vitrinas del Bernabéu.
Siguen siendo Benzema, Modric, Kroos, Courtois y Alaba jugadores de fuste, con todavía mucha calidad que aportar y entregar. Sumado al poder de los jóvenes como Valverde y Vinicius, la Casa Blanca es firme candidato, pero antes debe superar al que por luces es, hoy, el mayor favorito de muchos.
Es una llave altamente impredecible.
La otra, de los equipos italianos, es bastante pareja. Además de la eterna rivalidad, son dos cuadros que han tenido un año regular en todo. De hecho, en la liga están separados por dos puntos y, si de comparar el nivel de ambos planteles se trata, habría una leve superioridad de los de Inter, pero muy leve.
Esta llave también se ve muy difícil de vaticinar, porque costaría pensar que en la llave de ida se saquen una ventaja incontrarrestable. Pero, claro, como es fútbol, podría pasar algo extravagante, cosa que dudo pueda darse en este duelo entre italianos.
Lo que sí está garantizado es el espectáculo. Son cuatro equipos que tienen como finalidad ir al frente, no saben mucho de especulaciones; no obstante, las llaves de este formato hay que saber jugarlas y siempre dejar abierta la opción para la vuelta. Un partido suicida puede significar quedar fuera de la gran final en Estambul.
Por eso la invitación es para disfrutar y deleitarse con estas semifinales que de verdad estarán de alto voltaje.
Usted tiene su favorito. Es cosa de sentarse frente al monitor y esperar.