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Detrás del vaso lleno de agua Opinión

Detrás del vaso lleno de agua

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Luis Baertl
Por : Luis Baertl Presidente de la Junta de Vigilancia del río Maipo primera sección
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En tiempos donde la manera en que nos ocupamos del agua es una tarea vital para el desarrollo de las ciudades, la voluntad de acuerdo entre las distintas partes involucradas en su gestión no es solo destacable, sino que necesaria para que podamos sentir que abrir la llave y llenar nuestro vaso de agua no es una novedad.


Para los habitantes de la Región Metropolitana, abrir la llave y llenar un vaso de agua es una actividad cotidiana que no requiere mayor esfuerzo. No hay preocupación ni alarma. No hay novedad. Y si no hay alerta es porque el suministro de agua potable fluye permanentemente y sin interrupciones. 

 

Esta situación, que pareciera no tener una relevancia mayor, implica un gran esfuerzo de muchos actores que trabajan y logran consenso para distribuir un recurso que hoy, por contexto de cambio climático y aumento de demanda, es cada vez más escaso. Una iniciativa exitosa en esta línea es el acuerdo de colaboración firmado hace dos años entre Aguas Andinas y las siete Asociaciones de Canalistas de la primera sección del río Maipo, donde estas últimas entregan parte de su agua cruda para asegurar el consumo humano en el Gran Santiago.

La iniciativa se remonta a 2021, con la sequía sin dar tregua y la sombra del racionamiento encima, cuando las entidades firmaron un convenio que permitiría asegurar los niveles de agua en el embalse El Yeso, gracias al aporte de los regantes de esta parte de la cuenca.  Hace unas semanas, se entregó el último balance, donde se da cuenta que en marzo de este año el embalse alcanzó el nivel histórico de 195 hm3, lo que brinda seguridad ante situaciones extremas de escasez que se están viviendo en el río actualmente.

Es importante destacar este trabajo colaborativo entre la empresa de servicios medioambientales y los regantes, que además contó con la participación de la Junta de Vigilancia del Río Maipo primera sección- la única constituida en el río- porque es un ejemplo de cómo es posible alcanzar acuerdos mancomunados, los que son fundamentales para una eficiente gestión del recurso y aportar mayor sostenibilidad a la cuenca. Ello,  a su vez cumple con un objetivo mucho más grande que es asegurar el suministro para la población de la región; porque, sin ir más lejos, el agua traspasada por los regantes durante el 2022 permitió abastecer 30% de la demanda de la ciudad. 

En tiempos donde la manera en que nos ocupamos del agua es una tarea vital para el desarrollo de las ciudades, la voluntad de acuerdo entre las distintas partes involucradas en su gestión no es solo destacable, sino que necesaria para que podamos sentir que abrir la llave y llenar nuestro vaso de agua no es una novedad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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