En general, todas las universidades han avanzado en su producción científica, pero se debe reconocer que no existe una relación lineal entre una mayor cantidad de horas contratadas de doctores jornada completa y la eficiencia productiva de los mismos, por eso es importante la gestión que realice cada universidad para alcanzar sus objetivos académicos, lo que se intenta poner en evidencia al identificar las universidades de excelencia.
En estudio reciente, Minuta 21 del Observatorio de Políticas Públicas en Educación Superior, OPPES-USACH, link: https://fae.usach.cl/fae/index.php/observatorio-de-politicas en-educacion-superior, destinado a determinar cuáles son las universidades de excelencia en la generación de publicaciones científicas en Chile, se reconoció la especial situación de algunas de ellas, las que se podrían denominar universidades “desafiantes” en el sistema de investigación científica chileno.
Habitualmente, se consideran como universidades de excelencia a aquellas que producen anualmente la mayor cantidad de publicaciones científicas Web of Science, WoS, del total del país. Al 2020, en la Minuta OPPES-USACH, se detectó que éstas son la Universidad de Chile (que generó 15%), la Pontificia Universidad Católica (13%) y la Universidad de Concepción (7.6%). Un segundo grupo de universidades también significativas, genera el 35% de las publicaciones científicas nacionales, aunque con producciones menores que oscilan entre 2% y 4%, estas son las universidades de Santiago de Chile, Austral de Chile, Andrés Bello, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, de la Frontera, Técnica Federico Santa María, Autónoma de Chile, de Valparaíso, Católica del Norte y de Talca.
Una medición más compleja, estimada con el índice de eficiencia, que detecta la productividad en publicaciones científicas, WoS, de los académicos (doctores/as) de cada universidad, reconoce un listado distinto de universidades de excelencia, que aquellas que producen dos o más publicaciones por académico (doctor/a) al año, en el período 2008 a 2020: Universidad de Chile, Universidad Autónoma de Chile, Universidad Técnica Federico Santa María y Universidad de la Frontera. También, en el mismo período, se observa un segundo grupo relevante, conformado por seis universidades en las cuales sus académicos producen más de un paper y medio al año y menos de dos, corporaciones que también tendrían, con este índice, carácter de universidad de excelencia en Chile: Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad del Desarrollo, Universidad Diego Portales, Universidad de Valparaíso y Universidad de Tarapacá.
Adicionalmente, el análisis de las estrategias de cambio en las plantas académicas (doctores) de las universidades chilenas, proporciona un enfoque institucional para determinar cuáles son las universidades de excelencia en el país. Así, en ausencia de datos que informen sobre la distribución del tiempo de los académicos (doctores), tanto a investigación como a docencia, en sus horas contratadas y asumiendo que son los doctores quienes se dedican a investigar se estimó un índice de dedicación bruto, que informa de la proporción de doctores contratados en el total de la planta académica de cada universidad. Los resultados globales del índice de dedicación bruta, en 2020, muestran que son 18 las universidades que tienen una alta participación, de a lo menos 35% de doctores jornada completa respecto del total de académicos contratados.
A la vez, el análisis conjunto del índice de dedicación con el índice de productividad científica de los doctores contratados por universidad, permite identificar, para 2020, cuatro universidades que bien pueden denominarse de excelencia pues han llegado ese año a tener un índice de dedicación bruto de 40% de doctores del total de académicos/as contratados por cada universidad y, a la vez, estar en la categoría Muy Alta en eficiencia productiva en publicaciones científicas. Tres de ellas (Universidad de Chile, Pontificia Universidad Católica y Universidad Técnica Federico Santa María) ya estaban en altos niveles en 2010 y las dos primeras ese año ya eran de excelencia, al igual que en 2020. Solo la Universidad de la Frontera aparece como de excelencia por primera vez, mostrando su carácter de universidad “desafiante”, es decir, de una corporación que está siguiendo estrategias de desarrollo que les permite llegar a los primeros niveles de producción de publicaciones científicas y desplazar a las previamente existentes en el país.
Entre las universidades de alta dedicación surge un segundo grupo de corporaciones que tienen a la vez Alta dedicación y consiguen Alta eficiencia productiva y que también pueden ser calificadas como “desafiantes”, ellas son las universidades de Tarapacá, de Antofagasta y de Magallanes, las cuales tienen un alto porcentaje de doctores entre sus académicos contratados y pese a que no generan grandes cantidades de publicaciones científicas, su estrategia de desarrollo le ha permitido avanzar en la eficiencia productiva de los doctores que contrata, llegando a tener en 2020 una posición de Alto nivel en el índice de eficiencia, mostrando con ello que, en general, las universidades de regiones han seguido una positiva estrategia de contratación de académicos (doctores/as).
Por otro lado, se observa que existen casos como las universidades de Valparaíso, Diego Portales y del Desarrollo, las cuales tienen una baja cantidad de horas de dedicación, pero a la vez, son muy eficientes, en términos productivos.
Al poner la atención en el número de académicos (doctores) contratados en cada universidad, este estudio no ignora la relevancia que tienen en los resultados, otros recursos como infraestructura, laboratorios, tamaño de los equipos de investigación, fondos concursables disponibles, cantidad de horas exigidas a los investigadores para realizar docencia de pregrado. Aspectos que, en conjunto, impactan en la productividad de los académicos (doctores), que se asumen son los investigadores en cada universidad, pero que son difíciles de dimensionar en ausencia de las bases de datos pertinentes. Igual dificultad ocurre con la posibilidad de ampliar el análisis respecto de la calidad de las publicaciones que genera cada universidad.
En general, todas las universidades han avanzado en su producción científica, pero se debe reconocer que no existe una relación lineal entre una mayor cantidad de horas contratadas de doctores jornada completa y la eficiencia productiva de los mismos, por eso es importante la gestión que realice cada universidad para alcanzar sus objetivos académicos, lo que se intenta poner en evidencia al identificar las universidades de excelencia.